Redacción. “Nuestra propuesta es la única viable desde el punto de vista técnico y medioambiental para la clausura definitiva de la balsa de fosfoyesos”. Así de contundente y seguro se mostraba el director de Fertiberia, Roberto Ibáñez, durante la presentación en la mañana de este viernes ante los medios de comunicación del proyecto de clausura definitiva de estos apilamientos, a partir del diseño realizado por la empresa norteamericana, Ardaman & Associates INC, “multinacional –destacan desde Fertiberia- con más experiencia y prestigio en clausurar espacios como Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá o Australia”, y la compañía Eptisa, representada hoy por José Miguel Benavente, director de Medio Ambiente Industrial de Eptisa.
Este mismo viernes Fertibertia ha entregado además al Ministerio de Medio Ambiente los informes complementarios requeridos en el marco del cumplimiento por parte de la compañía de la sentencia de la Audiencia Nacional, necesarios para que se dé luz verde al proyecto de la empresa.
Según han informado, el plan de clausura de las balsas de fosfoyesos, “que se hará mediante la cobertura de las balsas con polietileno de alta densidad, sobre la que se aplicarían otros materiales como tierra, lo que evitaría filtraciones o roturas futuras”, se asienta sobre tres objetivos fundamentales, “garantizar la seguridad estructural, eliminar todo posibilidad de generación de contaminación, así como regeneración de la zona con una capa adicional vegetal con plantas autóctonas para la recuperación paisajística».
Cuestionados por la presencia de los llamados «fosfoyesos negros», desde Fertiberia aseguran que cuentan con informes del Consejo de Seguridad Nuclear, que avalan que lo recomendable es «neutralizarlos» sobre el terreno.
El proyecto, han explicado, tiene un presupuesto estimado de 65’9 millones de euros, y un tiempo de ejecución de diez años, contemplando además Fertiberia un plazo de hasta 30 años de control y surpevisión.
Cierre a la vía del traslado los fosfoyesos. Dos razones, una jurídica y una técnica, han sido esgrimidas hoy por la compañía para descartar el traslado de los fosfoyesos a otras localizaciones. De una parte, según declaraba el director de Fertiberia, Roberto Ibáñez, “la propia Audiencia ha cerrado esta vía”. Asimismo, a juicio del director de Medio Ambiente Industrial de Eptisa, José Miguel Benavente, “el impacto al medio ambiente que se generaría con el traslado de los fosfoyesos sería mucho mayor que el contemplado por el proyecto presentado”. Para transportarlos “serían necesarios hasta 500 camiones al día durante 30 años, con el consiguiente colapso de tráfico que se generaría”, a lo que habría que sumar el problema de “a dónde llevarlos”.
Filtraciones «cero» una vez finalice el proyecto. En relación a los estudios del Departamento de Geología de la Universidad que detectaron filtraciones en las 750 hectáreas de balsas de fosfoyesos restauradas, desde Fertiberia consideran que «no están contrastados» y aseguran que «cuando el proyecto concluya las eventuales filtraciones serán cero».
Consenso entre las partes. En relación a la Mesa de Fosfoyesos, convocada por el Ayuntamiento el próximo jueves, Roberto Ibáñez ha eclarado que es «imposible contentar a todo el mundo», y que, hasta el momento, tan sólo Fertiberia ha presentado «un proyecto seguro, no es experimental al estar soportado por otros muchos estudios».