Mari Paz Díaz. Adán Beltrán Gómez es un onubense nacido en Punta Umbría en el año 1971. Sus primeros estudios los realizó en el colegio Virgen del Carmen de la localidad, donde hizo EGB. Luego comenzó FP en el instituto puntaumbrieño, para después marcharse a La Rábida, a la Politécnica, a estudiar Ingeniería Técnica Industrial, carrera que terminó en 1997.
Su vida laboral la inició en la empresa de construcción de su suegro, edificando durante un año un centro comercial en Quinta do Lago en Almancil (Faro). Tras su estancia en Portugal continuó formándose y, después, empezó en una empresa de construcción civil de Huelva, una firma que le trabajaba a las fábricas del Polo Químico en labores de mantenimiento general, construcción civil y edificación. Así fue hasta el año 2001,cuando se incorporó a su empresa actual, una multinacional alemana que se encarga de hacer ingeniería y fabricación de producto centrada en el mundo industrial llamada ‘Steuler Kch’. Adán pertenece a la filial española ‘Steuler Tecnica’, con sede en Zamudio (Vizcaya), si bien su base de trabajo normalmente se encuentra ubicada en las oficinas de Huelva, desde donde atienden a los clientes de Andalucía, Extremadura y Portugal (polos químicos, complejos mineros, fábricas de alimentación, etcétera).
Desde hace un tiempo, a esta entidad le están saliendo muchos trabajos en el extranjero, especialmente en Portugal, donde este onubense estuvo trabajando en 2009 en un proyecto en Estarreja (Oporto). En aquella ocasión, su familia, su mujer y su hija, pudieron acompañarlo.
Sin embargo, desde 2010, inició una nueva andadura en el extranjero, esta vez mucho más lejos: en Arabia Saudí. Era su primer proyecto lejos del mundo que él conocía, con una cultura, comida y un horario diferente. Un país en el que se encuentra en la actualidad, pues ha regresado para trabajar. En concreto, la zona de obra en la que trabaja Adán está ubicada a unos 200 kilómetros de Kuwait por el norte y a unos 100 kilómetros de la ciudad más cercana, Al Jubail, en la zona costera del Golfo Pérsico. Su campamento está en pleno desierto, junto al mar, en una zona protegida por la policía.
Una estancia que tuvo un paréntesis en el año 2013, cuando se marchó a realizar un proyecto en Carolina del Norte, en Estados Unidos. En esta ocasión, fue en una planta de zinc donde su empresa prestaba servicios de ingeniería y soporte técnico de obra. Responsable de calidad, jefe de obra o director de proyecto han sido algunos de los perfiles profesionales que ha realizado a lo largo de su vida.
Ahora, desde Arabia, nos cuenta para Huelva Buenas Noticias, cómo está siendo su experiencia en este país.
-Adán, ¿cómo surgió la oportunidad de irte fuera?
-No fue una decisión que me correspondiera a mí personalmente, sino que a mi empresa le llega un trabajo y ellos deciden qué persona se adecua mejor al perfil solicitado. Tengo compañeros que han trabajado en Perú, México o Malasia, entre otros.
En principio, ellos hablaron conmigo y acepté el reto de volver a Arabia, donde ya estuve en un proyecto similar en el año 2010. En concreto, estamos en el desierto de Arabia. Aquí, la rutina es trabajar 10 horas al día de jueves a jueves y descansar el viernes, que es el día que te puedes permitir salir a la ciudad, comer algo diferente y ver tiendas. La ciudad más cercana está a 100 kilómetros.
-¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
-Comenzamos a trabajar en este proyecto el pasado 8 de marzo, aunque tenemos rotaciones de 60 días de trabajo y 14 días en casa, lo que te permite tener algo de vida familiar. Sino sería muy difícil llevar esto a buen puerto. Sobre todo porque el tiempo que te llevas a aquí todo gira alrededor del trabajo: trabajar, comer y dormir. Y así todos los días, con la excepción de los viernes que puedes salir a la ciudad si no trabajas.
-No es tu primera estancia en el extranjero…
-No. Ya estuve trabajando antes aquí, en el 2010, como he comentado. En 2013 estuve en Estados Unidos y, en 2009, en un proyecto en el norte de Portugal.
-¿Cómo te has manejado con el idioma?
-Aquí en Arabia, como en los países del entorno, el idioma estrella es el inglés. Cuando llegué la primera vez tenía un nivel muy básico. Lo pasé mal porque hablaba y entendía poco, pero con el paso del tiempo te vas acostumbrando y vas asimilando el idioma. En estos momentos me defiendo con el inglés, pero me queda mucho que aprender.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia?
-Está siendo una experiencia profesional única, ya que aparte del reto de estar en este entorno tan complicado, estoy conociendo mucha gente de distintas culturas y formaciones que me hacen ver las cosas de otra forma. Ahora valoro muchas cosas que antes pasaban desapercibidas para mí por la abundancia de nuestro entorno. Además, el soporte económico que te da estar aquí, te ayuda a afrontar la vida de forma más fácil.
-¿Cómo es vivir ahí?
-Esta pregunta es muy fácil de contestar: no tiene nada que ver lo que conocemos con la vida de aquí. Todo es diferente. En el desierto todo se multiplica a peor. Para mí es duro vivir en este entorno. En mi caso, es un campamento rodeado por arena, otros campamentos y fábricas, con unas temperaturas que en verano llegan a los 55-60 grados. La vida diaria, como he comentado, es comer, dormir y trabajar, solo trabajar. El viernes puedes salir a la ciudad a comer o a comprar, pero al ser un país árabe, tiene muchas normas. Por ejemplo, el cierre de todos los establecimientos a la hora del rezo. Tienes que saber perfectamente los horarios para evitar quedarte esperando 40/50 minutos en la puerta de una tienda, normas absurdas si las comparamos con nuestra cultura. Por ejemplo, las mujeres aquí no pueden salir solas a la calle, tienen que ir acompañadas por un hombre. Tampoco está permitido besar a tu pareja en público o abrazarte en exceso.
Tienes que respetarlo, ya que hay una policía religiosa llamada ‘Mutawa’, que vela por el buen cumplimiento de las normas, y si la incumples puedes acabar con condena de latigazos, cárcel y deportado a tu país tras haber cumplido la condena. La gente de este país solo tiene dinero, son arrogantes y sin valores. Otra cuestión importe es la prohibición del consumo de alcohol y del cerdo. Es imposible tomarse una simple cerveza.
-¿Cómo es el lugar en el que vives?
-Vivo en el campamento del proyecto, en medio del desierto. La ciudad más cercana no es muy grande. Es una ciudad industrial donde la mayoría de la gente son trabajadores de otros países (filipinos, indios, nepalíes, etcétera). La zona de tiendas en un poco sucia, pero si te vas a la zona residencial, allí puedes apreciar la ostentación y el lujo que le gustan a los árabes.
-Y sus habitantes, ¿cómo son?
-En las ciudades hay gente de todas partes del mundo, la mayoría asiáticos, aunque también hay muchos europeos y americanos. Son los primeros los que forman el núcleo fuerte de la mano de obra, poco cualificada y con malas condiciones laborales por lo general. Luego, los europeos, americanos y demás forman la parte noble junto el resto de habitantes sauditas, los cuales tienen buenas condiciones de vida, salarios mejores y, por lo general, viven bien. Dentro de la población local hay diferentes status, pero normalmente tienen un nivel de vida bueno, si bien es cierto que pecan de arrogancia y prepotencia y, por supuesto, de machistas. La mujer aquí tiene una posición muy bien definida y con derechos muy limitados.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-Como en otros países del entorno, aquí nos conocen mayoritariamente por el fútbol. Hay muchos aficionados al Real Madrid y al Barcelona FC, es su debilidad. Por lo demás, algunos conocen algo de historia y saben que hace años una buena parte del territorio español fue Al-Ándalus. Y que hay construcciones importantes de esa época, como La Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba, pero poco más.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-Me encuentro inmerso en los trabajos de inspección y control de calidad que una compañía saudí está realizando para mi cliente, en este caso en una multinacional española. Nosotros controlamos la calidad en la aplicación de los sistemas antiácidos para la protección de superficies en este complejo químico.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
-La idea inicial es permanecer aquí algunos meses más, para así mejorar mi currículum y ahorrar un poco. Intentando reducir algo de la hipoteca de mi casa de la playa, no pretendo nada más. Es una experiencia a añadir.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Mi familia conoce mi trabajo y sabe que los desplazamientos son habituales, ya sean por España o fuera, como es el caso. Ellos están acostumbrados. Ya lo han vivido en distintas ocasiones.
-¿Y tus amigos?
-Ellos conocen mi andadura profesional y saben que viajo por temas laborales a menudo. Lo ven como algo habitual.
-¿Cuándo tienes previsto volver a Huelva?
-En principio, estaré allí el próximo 3 de noviembre. Estaré 14 días y después volveré a Arabia hasta las fiestas navideñas, que podré retornar de nuevo a Huelva.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Esta pregunta es larga de contestar. Echo de menos a todo lo que tengo en Huelva. En principio, mi mujer (Eva), mi niña (Paula) y mi perro (Copito). También a mis padres, hermanos, suegros, cuñados/as…, en general, a mi familia, que es grande. Y, por supuesto, las comidas típicas de nuestra tierra. Vivimos en el mejor lugar del mundo. Echo de menos mis salidas a Portugal, casi mi segunda tierra. Me gusta mucho. Como en Huelva, en ningún sitio.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
-Sí, lo recomiendo por experiencia personal. Es importante abrir el campo de visión a otras culturas, personas, etcétera. El vivir fuera te hace ver/pensar lo que dejas atrás y que aprecies más tu vida en España. Como nuestra tierra, nada. Como dije anteriormente, es una experiencia personal inolvidable, que recordaras toda la vida, y que podrás contar a tus nietos/as.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-A los onubenses que tengan pensado salir, yo les diría que ánimo, que inicialmente se ve con pesimismo y miedo, pero que visto en el tiempo lo recordarás como una experiencia enriquecedora y agradable. Un saludo a todos mis paisanos de Huelva desde el desierto Arabia Saudí.