Redacción. El reconocido artista moguereño Enrique Azcárate nos abre las puertas de su universo creativo en una exposición de pinturas que inauguró el pasado 2 de octubre en la casa museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez. La muestra permanecerá abierta al público hasta principios del mes de noviembre.
Aunque este genial creador moguereño, de reconocida solvencia y dilatada trayectoria, no se prodiga mucho en las salas expositivas, en esta ocasión ha querido hacer una excepción para mostrar en su pueblo algunos de los trabajos a los que ha dado forma en los últimos cinco años.
Se trata por tanto de una muestra retrospectiva en la que podemos apreciar esa insaciable búsqueda de la perfección que ha proyectado el artista en toda su obra, y que también queda reflejada en los 17 cuadros que llenarán de color la sala de exposiciones de la Fundación del Nobel durante todo el mes de octubre.
En el acto inaugural Enrique Azcárate estuvo acompañado por el responsable de la entidad juanramoniana, Antonio Ramírez, el concejal del Ayuntamiento de Moguer Ángel Alberto Gorostidi y el vicepresidente de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla, el moguereño Juan Miguel González, quien destacó la singular capacidad que tiene el artista moguereño para captar «lo esencial de su entorno y de los personajes, contándolo con tal acierto y sencillez, que el resultado es una versión poética de equilibrada armonía».
En su paleta de colores ocupan un destacado protagonismo las tonalidades azules, celestes y grises que enganchan al espectador con un especial halo de misterio que llena de una magia inconfundible su obra, centrada en paisajes, composiciones y figuras. El doctor González aseguró también en relación con la labor creativa de Enrique Azcárate que ahora los espectadores «debemos descifrar el significado de estos colores para elevarnos a un plano trascendente. Así podemos deducirlo de las propias palabras del poeta moguereño Juan Ramón Jiménez cuando afirmó: Dios está azul».
Y precisamente en la casa en la que el Nobel vivió sus sueños de infancia y adolescencia, es donde podemos admirar y disfrutar durante todo este mes de la calidad y profundidad poética de la obra de Enrique Azcárate.