M. P. D. Reto conseguido. El grupo de onubenses que participó el pasado fin de semana, entre el 25 y el 27 de septiembre, en la ‘Powerade MTB Non Stop Series’ lograron completar sin descansar los 770 kilómetros que separan a Madrid de Lisboa. Una prueba ciclista muy dura, que celebraba su tercera edición y en la que los participantes no pueden dejar de pedalear en ningún momento, de ahí que pueda realizarse por equipos y por relevos, si bien hay ciclistas que lo hacen solos, por parejas o tríos.
Hay que recordar que los onubenses acudían con un equipo formado por ocho personas y tres de apoyo, todos ellos miembros del Club Ciclista Rebiciclados de Aljaraque, que se inscribían en dos grupos de cuatro personas cada uno, con la idea de hacer relevos cada 60 – 80 kilómetros de distancia.
Según explica Ricardo Orta, miembro del club onubense, a HBN «ha sido una experiencia fantástica para todos los que participamos en ella, porque se trataba de una competición internacional. Al final, hemos quedado en el puesto 130 de los 250 equipos participantes, un lugar que no está nada mal, teniendo en cuenta que nuestro objetivo tan sólo era terminarla. Y realmente ha sido una prueba muy dura».
Además de la satisfacción de haber superado una competición de estas características, los dos equipos onubenses han podido vivir anécdotas de todo tipo. Entre ellas recuerdan la caída de uno de los corredores, de Ignacio Pomares, en el kilómetro 30 de su etapa, a pesar de lo cual completó los 80 kilómetros que tenía previsto, tras lo cual acudió al hospital, donde le cogieron cuatro puntos en la cara.
Entre los momentos más divertidos se ha encontrado el hecho de que los onubenses prepararon para comer su propio ‘catering’ a base de productos onubenses, una alimentación muy diferente a las barritas energéticas que tomaba la mayoría de los ciclistas participantes. Revuelto de habitas con jamón y paella fueron algunos de los platos que hicieron para la comida, lo que atrajo a muchos de los asistentes, incluido el director de Powerade en España y los periodistas de Tele 5.
Pero, «sobre todo nos quedamos con la solidaridad de la gente que participó en el avituallamiento a lo largo del recorrido. Por ejemplo, en Santiago de Alcántara, un pueblo de 600 habitantes, las voluntarias eran unas señoras que ellas mismas habían sido las encargadas de comprar fruta para dar a los ciclistas, porque consideraban que era mejor que las barritas energéticas. Parecían auténticas abuelas, porque les metían los plátanos en los bolsillos del maillot a los ciclistas. Cuando llegó mi compañero se habían acabado las bebidas frías y, sin pensárselo, fueron corriendo a un supermercado para comprarle algo fresquito. Una prueba de la humanidad de estas mujeres que se lo pasaron bomba y que, sin duda, dejaron huella gracias a su simpatía», recuerda Ricardo Orta.
En definitiva, los onubenses se encuentran muy satisfechos con el papel que han jugado en la ‘Powerade MTB Non Stop Series’, aunque por el momento no saben si volverán a repetir, puesto que «ha supuesto dos días sin dormir». A pesar de ello, consideran que la experiencia merece la pena vivirla, sin olvidar todo lo que ha supuesto en cuanto a organización al tratarse de una experiencia internacional, en la que los ciclistas tan sólo podían orientarse a través de GPS.