Redacción. El numeroso público que llenó el sábado el patio de butacas del teatro del Centro Cultural de la Villa se rindió al brillante pregón de exaltación a la Virgen de Consolación que pronunció Antonio Pérez Beltrán. En el 75 aniversario de la bendición de la Imagen, el pregonero repasó, desde sus vivencias personales y su gran devoción por Nuestra Señora de Consolación, hasta la historia de la vinculación de Cartaya con la Virgen. Especialmente emotivo resultó su recorrido por la historia de la tradición que “desde siempre ha unido a las distintas generaciones de mi familia entorno a su figura y que hemos ido transmitiendo en la misma medida en la que nuestros abuelos y padres nos la transmitieron a nosotros”.
Ya en la presentación del acto adelantó su amigo Emilio Palacios, con repetida experiencia como pregonero de San Isidro y de la Virgen, que el pregón no iba a dejar a nadie indiferente y así sucedió. Llamó especialmente la atención la puesta en escena, brillante y solemne, sobre un escenario presidido por una réplica de la Virgen y en el que no pararon de sucederse, sobre una gran pantalla central, emotivas imágenes relacionadas con la devoción mariana hacia dicha Virgen en la localidad que arrancaron una y otra vez el aplauso del público. Tampoco cesaron los continuos vítores a la Virgen, a la par que los versos y reflexiones del pregonero dejaban paso a la voz de la artista local Raquel Vázquez, que abrió la noche con una soberbia interpretación del Ave María y a la que acompañó a la guitarra, el músico Pepe Villegas.
No faltaron los niños y niñas, que escenificaron la tradición de los Aleluyas, recientemente recuperada por la Hermandad de Consolación en el Domingo de Resurrección, tampoco el recuerdo “hacia los hermanos que ya no están y que contribuyeron a la transmisión de esta devoción por la Virgen de generación en generación”.
El himno de la Virgen y las plegarias que tradicionalmente han formulado los cartayeros a los pies de la Imagen cerraron la intervención de un pregonero que finalizó fundido en un emotivo abrazo con sus hermanos y familiares más directos. También recibió una placa conmemorativa del Ayuntamiento de Cartaya, de manos del primer teniente de alcalde, Manuel Barroso Valdés.
Tras este histórico pregón, comienza la última semana de actos con la que la hermandad celebra dos importantes aniversarios, el de la Bendición de la Santísima Virgen, tras la destrucción de la imagen primitiva, en 1936; y el XXV Aniversario de la Imposición de la Medalla de Oro de Cartaya a la Virgen por parte del Ayuntamiento, que tuvo lugar el 9 de septiembre de 1990. En estos días continua la celebración de la Novena, hasta el 12 de septiembre, destacando la imposición de medallas a los nuevos hermanos, el jueves 10; el Santo Rosario, el sábado 12; y finalmente, el domingo 13, la celebración del Día Grande de la Virgen, con un pasacalles a las 11:00 horas, a cargo de la Banda del Ateneo Musical de Cartaya, la Solemne Función Principal de Instituto, a las 12:00 horas, y la Procesión de Subida, tras la Misa de Despedida de la Virgen, a las 20:00 horas.