RFB. No le gusta la notoriedad ni el protagonismo ni, por tanto, las entrevistas. Ha aceptado esta por consideración especial a un buen amigo que ya no está y con el que compartía, a nuestro juicio, una virtud clave, ser una excelente persona. Por eso, a la hora de atribuirle calificativos uno de ellos sería, sin duda, la de ser generoso, lo que ha puesto de manifiesto a lo largo de sus intensos ochenta años de vida.
Aparentemente tranquilo y tímido, su clarividencia y entusiasmo te atrapan en la conversación. Hoy alcanza la condición de octogenario con una vitalidad extraordinaria, que derrocha en un valor que, según él, es uno de los pilares del logro de la felicidad, amar a los demás.
Lleva trabajando desde los quince años y hace lo que le gusta, dedicando la mitad de su valioso tiempo a su empresa, USISA -encabezada también por sus hijos-, y la otra mitad a ayudar a sus semejantes en diversos frentes abiertos de solidaridad, entre ellos la presidencia del Proyecto Hombre de Huelva.
Es un empresario de raza, aunque considera que el empresario se hace, no necesariamente nace. Con tan solo 16 años se fue a Madrid, a regentar un negocio en el Mercado Central de pescado, volviendo a Huelva con 22 al tener su familia que venderlo porque las cosas no marchaban como hubieran deseado. Desde entonces ha desempeñado un papel relevante en el sector pesquero onubense, conociendo cumbres y también horas bajas, y hoy observa el horizonte como patriarca de una familia cuyo apellido va unido a la historia, el presente y el futuro de esta actividad que forma parte indisoluble de nuestra identidad.
– Háblenos de sus orígenes. ¿Cual es la imagen más antigua que conserva en su memoria?
– Nací en Huelva, en la calle Rico, 34, en vísperas de la contienda nacional. Me cogió la guerra con un año y mi memoria llega al año 1942, ya que en casa de unos amigos vecinos tenían un almanaque y todos los días lo veía, así quedó grabada la fecha. Recuerdo que había poco que comer. El pan era de afrecho, que ni los perros lo querían, y la familia que podía comía guisos de garbanzos, de castañas, y en casa no había de nada.
– ¿Cuales fueron valores inculcados por sus padres? ¿y los suyos a sus hijos?
– Mis padres, como supongo piensa a cada uno de los suyos, eran muy buenos. Recuerdo que mi padre jamás me pegó. Mi madre tampoco, de eso se encargaba mi hermana la mayor, que es quien nos educaba –hoy le agradezco los principios educativos, y actualmente vive y está muy bien a sus 91 años-. Mi padre me legó la formalidad, la honradez y el amor al trabajo. Yo con 15 años le llevaba los números y aprendí mucho de él. Quedé huérfano con 26 años, y recuerdo que mi madre, horas antes de morir, me dijo que cuidara de mis hermanas solteras. Se despidió uno a uno de nosotros, que éramos 9 hermanos y, horas después, muy tranquila, se fue donde nos irá nuevamente recibiendo.
Mis hijos han tenido otra forma de vida, quizá más fácil. Teresa, Juan, Jose y Ángela todavía me tienen con ellos, y trato de inculcarles lo que ha sido mi vida, trabajo, honradez y mucho amor al prójimo.
– A parte de su familia, ¿quienes fueron personas referentes en su infancia?
– En el colegio de los Hermanos Maristas, recuerdo con cariño al hermano Urbano. Los demás, si dejaron huella en mí no fue positiva. Amigos de la infancia tuve muchos. Destaco a José Luís de la Corte, y a Juan Vázquez Parrales. Afortunadamente hoy vivimos todos. De la Corte ha sido y es socio en todos los negocios que he tenido, y actualmente tiene participación en Usisa –ha sido como un hermano para mí.-
– ¿Como fue su devenir al volver de Madrid?
– Me hice cargo de la fábrica de salazones en Isla Cristina. Tenía unos 25 empleados y como las cosas para este gremio no iban bien, en el año 1973 hicimos una fusión entre los 26 fabricantes de aquel tiempo, y constituimos la sociedad de la Unión Salazonera Isleña, S.A. Hoy a sus 42 años sigue adelante. Recuerdo que a la firma de la sociedad el señor notario, don Tomás Marco Hualde, me dijo que no me daba más de dos años. Afortunadamente se equivocó.
Esto marcó mi vida para el futuro, tiempos buenos y otros muy malos, tanto que en el año 1993 fuimos a la suspensión de pagos. Suspensión que fue modélica en su tiempo, ya que se le pagó a todos los acreedores y pudimos salir de ella con una plantilla de unos 140 trabajadores.
– ¿Qué opina sobre la institución familiar en estos tiempos que vivimos?
– El concepto familia hoy se va perdiendo a marchas forzadas, el respeto a los padres, a los profesores y casi diría a las personas, se está perdiendo. Quizá alguna culpa sea de los padres, que no hemos sabido conservarla y hemos ido pasando de la fuerza que tiene como institución básica. Hoy hay que intentar recuperarla por el bien de todos.
– ¿Podemos ser felices, en un contexto a veces tan injusto?– Se puede ser feliz según lo que entendamos por ser feliz. Se necesita ser fuerte en el perdón, en el amor a los demás, y en la esperanza, y sobre todo la aceptación de los problemas. Para conseguir esto lo primero es el amor en Cristo para los cristianos, dejar que entre dentro de ti.
– ¿Qué supone ser empresario? ¿cómo se alcanza el éxito empresarial?
– Ser empresario es crear una empresa, y saber que tu eres el primer trabajador de ella, con todo lo que eso lleva consigo. No existe el “dueño”, tú tienes que ser uno más, el mejor. El empresario se hace, no necesariamente nace. El éxito está en crear lo que a ti te guste, y lo principal es trabajar, trabajar y trabajar. El empresario debe estar atento las 24 horas del día y hacer un control mensual para ir corrigiendo los defectos. Sacar el dinero justo para vivir, hasta que la empresa creada esté saneada económicamente. De lo que me siento más satisfecho en mi empresa de casi 350 empleados es precisamente con esa realidad laboral. Que hayamos conseguido crear una paz social y que la mayoría valore su puesto de trabajo y que considere a USISA su casa.
– Hay un dicho muy común que indica algo así como que la primera generación de una empresa familiar la crea, la segunda la disfruta y la tercera la arruina. ¿Qué opina a partir de su experiencia y expectativas?
– La mía se encuentra en la segunda generación y pienso mucho en la tercera. Es difícil porque el dicho es auténtico. La solución está en la buena formación de la segunda generación, para que elijan bien a los de la tercera y seleccionen adecuadamente a los que tengan entre ellos dotes de empresario, ya que en esta generación –la tercera- serán más en número y se corre el riesgo que respondan al perfil de “hijos de papa”. En general para este tipo de empresas la situación es difícil.
– ¿Cuales han sido buenas noticias para usted?
-Llegados los ochenta años, noticias buenas he vivido las normales. Quizá puedo destacar el dejar el tabaco -sonríe-, cuando fumaba tres paquetes al día. Viví, sin embargo, dos terribles noticias, la pérdida en accidente de tráfico de mi hija Inés y la de los 26 tripulantes, amigos, que perdí en el hundimiento del Islamar III, y a los que siempre llevo en el pensamiento.
– ¿Admite el máximo beneficio como objetivo principal de la empresa?
– Bien entendido que la empresa no debe buscar el máximo beneficio a costa del bienestar de sus trabajadores. Tiene que haber un equilibrio, y es importante destinar una cantidad a obras sociales, tan necesarias hoy en día.
– ¿A qué se dedica cuando no atiende cuestiones de la empresa?
-Yo, a mi avanzada edad, cada vez quiero ser más solidario y doy lo más valioso que se puede dar: el tiempo. El 50% de mi tiempo lo doy a los demás. Ayudo a muchas personas y trabajo con ellas, ofreciéndole mi experiencia y apoyo.
En estos momentos estoy concentrado en una ampliación en el Convento de las Hermanas de la Cruz de Valverde, donde tienen 20 ancianas y 30 niñas, de 2 a 16 años. En estos temas involucro a las personas del pueblo que quieran ayudar.
– ¿De qué proyecto de los que ha llevado a cabo se siente más satisfecho? Mirando hacia atrás, ¿se arrepiente de algo?
-Me siento muy satisfecho con todos los proyectos que he desarrollado en mi vida. Empezaron pequeños y han ido creciendo con el tiempo. Han pasado por mí más de mil puestos de trabajo. Si miro atrás no encuentro nada de lo que me arrepienta, y si volviese a nacer de nuevo haría lo mismo.
– ¿Reconoce a alguna persona a la que admire especialmente?
-En mi vida he conocido a una extraordinaria persona y, sin duda, el mejor empresario que ha dado Huelva: Rafael Gómez Naranjo. Y, aunque me lleva solo tres años, ha sido como un padre para mí. Aprendí mucho a su lado, y lamento profundamente que las injusticias y torpezas de algunos hicieran caer a su gran obra, Astilleros de Huelva. Necesitaba muy poco para salir adelante y en cambio ha costado y sigue costando cientos de millones de euros.
– Por último, ¿qué buena noticia le gustaría leer en el periódico?
-Antes de marcharme de este mundo quisiera ver en los periódicos que ya no existiese la emigración y un paro que estuviese por debajo del 5%.
Muchas gracias, Juan, y que sean muchísimos años más para seguir haciendo.
5 comentarios en «Juan Vázquez, corazón y sabiduría para crear bienestar como empresario y solidaridad como ser humano»
Interesante entrevista para conocer mejor de donde viene la marca udisa tan estimada tanto dentro de isla cristina Cómo fuera de ella. Enhorabuena.
Enhorabuena por la entrevista porque ahora puedo conocer quién esta detrás de las conservas usisa tan apreciadas dentro y fuera de isla cristina. Ejemplo de empresario.
Gran empresario, mejor persona. Huelva necesitaría muchos como el y otro gallo nos cantaría.
Esperemos que por mucho tiempo nos acompañe con esa lucidez y generosidad.Gracias JUAN
PRIMO ME ENCANTA LA ENTREVISTA.ESTUVE EN TU CASA ANTES DE MORIR TU PADRE,FUI CON MI MADRE Y ENSEGUIDA DESPUES FALLECIO.
DESPUES NOS HEMOS VISTO COMO FUNDADORES EN LA FOE, ERES UN EJEMPLO A SEGUIR COMO EMPRESARIO Y PERSONA.
AHORA VIVIMOS EN HUELVA ,MORACLAROS,6 POR SI NECESITAS ALGO DE ESTA HUMILDE PRIMA.MANOLY
Es una excelente persona, tengo el placer de conocerlo, para mi es un 10. Como ser humano es todo amor y bondad.que DIOS TE siga bendiciendo con muchos años más de vida. Personas así es la que necesitamos hoy en día. Gracias muy buena entrevista.