S. D. Nadie dijo que iba a ser fácil. Y más con los antecedentes: es la campeona del mundo, sus rivales la conocen muy bien y encima acude algo mermada. Añádese el susto que dio en el primer set, cuando se quedó en el suelo dolorida precisando asistencia médica. Todo esto y más lo superó Carolina Marín en su partido de octavos de final del Mundial de bádminton que se disputa en Indonesia ante la taiwanesa Pai Yu Po (21-11, 18-21 y 21-17), en un partido que duró una hora y 15 minutos.
No está siendo un camino de rosas y es lógico. Carolina Marín defiende el título conseguido hace un año en Dinamarca. Cuando salta a la cancha del Istora-Gelora Bung Karno Senayan de Yakarta, lo hace como campeona del mundo con todo lo que lleva adherido de presión, aunque se la quiera quitar. Sus rivales afrontan el duelo como el rival a batir, y en este mundo de conocimientos exactos los entrenadores hacen muy bien su trabajo y el juego de Carolina ha sido desmenuzado por todos. Por si fuera poco la onubense ha ido al Mundial, dice que a un 80%, por mor de una lesión en el metatarsiano del pie derecho que le ha privado de entrenarse al máximo.
Todo esto Ganó a la malaya Tee, y volvió a sufrirlo ante Po, una jugadora combativa, que no se rinde y que supo aprovechar los altibajos de una Carolina que no está consiguiendo hasta ahora hacer un juego redondo, alternando momentos intratables con otros menos reconocibles en ella.
En el duelo de octavos fue Pai Yu Po quien dio primero. Se colocó con un renta de 2-6 como presentación de cartas credenciales. Pero Carolina no tardó en reaccionar para, con enorme parcial de 13-2, empezar a decantar el set de su lado. Iba a llegar una jugada que, ojalá no, pueda ser clave en el devenir de la competición. Un contratiempo físico de Carolina. Forzó para defender un volante corto muy cerca de la red y se dañó el tobillo izquierdo. Susto porque tras quedarse en el suelo necesitó asistencia médica sobre la cancha. Minutos de zozobra mientras se le atendía; se levantó, probó y siguió jugando… y de qué manera. Porque del 15-11 que supuso esa jugada pasó al cierre de la manga por 21-11 con un parcial de 6-0.
En el segundo set Carolina fue de más a menos. Tras un inicio equilibrado (5-5), de nuevo cobró ventajas en el marcador que parecían sólidas para solventar la papeleta. Pero se volvieron a unir errores no forzados de la ahora irregular Carolina, y buenas acciones de Po. Lo cierto es que la taiwanesa convirtió un 17-14 en un 18-21, que mandaba el partido al siempre incierto tercer ser.
Entró con buen pie -valga la expresión- la onubense, que se fue con un cómodo 8-3 en el marcador. Pero a renglón seguido reaccionó Po para devolverle parcial y empatar a 8. Pudo ser un momento delicado y, curiosamente, ahí Carolina Marín se movió mejor. Volvió a despegarse (13-8), ahora ya de manera definitiva. Porque a pesar de un atisbo de reacción de la siempre luchadora jugadora de Taiwán, que pasó de un 17-10 a un 17-14, la de Huelva ya tenía el partido donde quería y se apuntó el set por 21-17, que le daba paso a los cuartos de final. La puerta para una medalla.
En esa ronda espera la china Shixian Wang (2-2 en sus enfrentamientos), que pudo tuvo que apretar de lo suyo sobre todo en el primer set para derrotar a Busanan Ongbumrungpan. Y es que esto es un Mundial y nadie regala nada, como lo sabe de primera mano otra china, Li Xuerui, que ha caido ante a hindú PV Sindhu.