Redacción. La crisis económica llevó al ayuntamiento de Ayamonte, como a tantos otros, a tener que recortar gastos de partidas consideradas no prioritarias. Como no podía ser de otra manera, entre los recortes, se llevó por delante la tijera los diversos premios que se concedían en el Certamen Nacional de Pintura, que se convoca con motivo de las Fiestas locales en honor a la Virgen de las Angustias. El ingenio y la imaginación llevaron al consistorio a buscar otras vías motivantes para que los artistas estuvieran presentes en cada nueva convocatoria. Así es como Alberto Moreno en 2013, se alzó con el primer premio de la sección amateur y hoy su obra cuelga orgullosa en la sala de las Tinajas del Centro Cultural Casa Grande.
Alberto hace cinco años que terminó los estudios en la Facultad sevillana de Bellas Artes. Muchos lienzos manchados, muchos bocetos utilizados y algunas obras que han llegado a buen puerto. Sin embargo aún ronda por su cabeza alguna asignatura atragantada pero felizmente superada, el dominio del vaciado de moldes y su construcción, algo que no le ofrecía atractivo ni una motivación especial.
Llama la atención que su hermano Andrés también haya tomado el sendero de los lienzos y los pinceles, pero hay que recordar que su abuelo, Prudencio Navarro, fue un gran dibujante y un gran dominador de los dibujos a tinta. Quizás de ahí le viene su mecánica de elaboración del trabajo, situándose primeramente frente a cuartillas en blanco para plasmar una idea, posteriormente visualizar un boceto más o menos completo, luego realizar la adecuada composición donde resalta los primeros planos y sitúa las figuras humanas como eje fundamental, para finalmente distribuir el color. Es la mecánica constructiva de su obra.
Claro, en esta primera exposición individual como pintor, ha seguido el camino que le marca su propia creatividad y ha logrado un conjunto de cuadros de distinto tamaño, aunque él se siente cómodo en los grandes formatos, pero con un hilo conductor capaz de colgar todos los cuadros en el mismo tendedero. ‘Ambulantes’ es el título de la exposición. Color es el primer apellido y soledad el segundo. Ha sido capaz y además con una maestría única, defender su tesis de la composición, la figura y el color y a la vez transmitir un mensaje claro: el mundo de la sonrisa, la alegría, el espectáculo y todo lo que lleva tras de sí, un manto de soledad, tristeza y lágrimas que en la mayoría de los casos no se ven.
Alberto ha querido enfrentar estos dos conceptos tan diametralmente opuestos para esta muestra al público por primera vez. Reivindica personajes tan especiales de vida alegre o sonrisa eterna, como son los protagonistas del circo, del espectáculo callejero y sin embargo intuye que detrás de todo ello hay una gran sensación de tristeza, de soledad u olvido, que él lo ha querido neutralizar con el color más radiante, el más vivo, de ahí esos azules, esos ocres, la vida más esplendorosa. Quizás todo eso solo transcurre en su imaginación pero el realismo de sus obras define el concepto perfectamente.
“Ambulantes” estará expuesta al público hasta este fin de semana en la sala de las Tinajas. Luego, Alberto seguirá trabajando en su próximo proyecto, que no suelta prenda para no gafarlo y en seguir presentándose a concursos y quizás, a esperar que su obra abra muchas ventanas que mañana puedan convertirse en puertas de grande galerías.