Redacción. Comenzó el acto con un solemne traslado del Simpecado y el cortejo de Hermandades hacia la Parroquia de San Bartolomé de Beas, acompañando a la Hermandad de Nuestra Señora de los Clarines, y a la pregonera, Isabel Leñero Cruado, quien antes de comenzar su intervención recibió la bendición del párroco. El pregón, lleno de sentimiento, fue un homenaje a los Clarineros de todos los tiempos, a los que ya se fueron, y a los que no faltan a la cita del mes de Agosto con su Virgen.
La beasina encargada de pronunciar el pregón resaltó con sus palabras la fe de los vecinos de Beas, que desde hace 700 años, veneran la imagen de la Virgen de los Clarines, y la tienen presente en los acontecimientos más importantes de su vida. Leñero Cruzado tuvo un recuerdo para los enfermos y ancianos que ya partieron, siéndole difícil contener la emoción al recordar a personas como su abuelo Manuel, quien fuera vestidor de la Virgen durante muchos años, y murió de manera repentina unos meses antes de que ella naciera, en un traslado de la Virgen a Beas. El pregón fue adornado por una plegaria cantada por Sergio Escobar Villaseñor, con letra de Fernando Bando.
Destacan desde la Hermandad como momento especial del acto, el instante en el que un grupo de niños -entre los que se encontraban los hijos de la pregonera- subió al altar a recitar una poesía a la Virgen. Al final del evento los asistentes, que abarrotaban el templo, ovacionaron a Isabel Leñero con un largo y prologado aplauso.
Por su parte, José Antonio Gomez, Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de los Clarines, agradeció muy emocionado el pregón, y con una entrega de obsequios y la imposición de la medalla de la Hermandad a la pregonera y a la presentadora, terminó el acto que da el pistoletazo de salida a las fiestas patronales de Beas.