Rosa Mora. Como un canto a la vida. Así define el guitarrista Juan Carlos Romero (Huelva, 18 de agosto de 1964) su cuarto trabajo en solitario ‘Paseo de los cipreses’, con el que homenajea a grandes de la música que nos han dejado recientemente. Personas, todas ellas, nos contaba el maestro onubense, muy vinculadas a él tanto personal como profesionalmente. Así las cosas, con este álbum, en el que ha estado trabajando cerca de cuatro años, Romero rinde tributo a Paco de Lucía, Enrique Morente, Félix Grande, ‘Niño Migue’l, Antonio Moreno – técnico de sonido de Huelva- y, de una forma especial, a su propio padre, un gran aficionado a la guitarra y quien iniciara a Juan Carlos Romero en el mundo del flamenco a los ocho años de edad.
‘Se canta a lo que se pierde’ es un verso del poeta Antonio Machado que el flamenco onubense recupera en este álbum para dar título a una de sus composiciones. Una frase, señala Romero, que resume bien el mensaje que quiere transmitir con este trabajo: «el duelo por la pérdida es inevitable pero hay que mirar la vida con entusiasmo y alegría».
Aunque presentado en Sevilla, Barcelona y Madrid, el guitarrista confiesa a Huelva Buenas Noticias que aún espera la invitación de las autoridades onubenses para dar a conocer su álbum ‘Paseo de los cipreses’ en Huelva, ciudad en la que residen su familiares y amigos. Juan Carlos Romero, Premio Nacional de Guitarra en el prestigioso concurso de Jerez de la Frontera y compositor para grandes artistas como Enrique Morente, Rocío Jurado o Miguel Poveda, desea sorprender a público y crítica con un álbum que incluye una rumba, bulerías, granaína, tangos, una taranta, un tema de composición libre así como un vals flamenco.
– ‘Paseo de los cipreses’ es el título del su nuevo disco, ¿por qué ese nombre?
– El título viene marcado por el simbolismo del árbol. Lo que he tratado de hacer en este álbum es un homenaje a personas muy cercanas a mí que han desaparecido en un corto espacio de tiempo. Por orden de tributo en el disco te destaco a Antonio Moreno, técnico de sonido de Huelva, Paco de Lucía, Enrique Morente, Félix Grande, mi padre y ‘Niño Miguel’, quien fue una de mis referencias.
– Hay quien define el flamenco como una música triste. Esta idea, según tengo entendido, no la comparte usted.
– Quien piensa eso es porque no conoce bien esta música. Escucho flamenco desde que tengo seis años de edad y jamás me ha parecido triste. Como decía mi amigo Félix Grande, el flamenco no es una herida abierta, es una herida cauterizada, no es tristeza, sino consuelo. A veces preferimos no hablar de pérdidas, sin embargo tenemos que ser conscientes de que la muerte es una de las cláusulas de la vida. Hay que aceptarlo con la máxima naturalidad posible.
– ¿Cuáles son los rasgos que mejor definen el disco?
– He pretendido confeccionar un álbum sobre todo flamenco. No es mi intención hacer fusión o acercarme a otras músicas. El disco tiene un lenguaje muy personal, algo que se aprecia en mis composiciones y forma de expresar. Ahondo en la tradición como referencia aunque mantengo la ambición de mirar al futuro.
-¿Cómo ha sido la preparación de este álbum?
– Han sido casi cuatro años componiendo pero con muchas interrupciones como consecuencia de la muerte de personas cercanas. Es por ello que insisto en la idea de que este disco es un canto a la vida. Engañarse es infantil, hay que aceptar el destino, precisamente no dándole la espalda disfrutamos más.
– Sigamos hablando de su último trabajo, ¿qué podremos encontrar en él?
– Son un total de ocho piezas las que incluyo en el disco: rumba, bulerías, granaína, tangos, taranta, un tema de composición libre así como un versión del ‘Vals lamenco’ de Niño Miguel. Este vals es la única pieza no compuesta por mí, con ella rindo homenaje a un gran guitarrista del que con frecuencia sólo recordamos su faceta más controvertida. Con mi versión de su vals quiero contribuir a que se le recuerde en su época de esplendor.
– ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
– Actualmente me encuentro promocionando el disco. Ya tuve la oportunidad de presentarlo en el Teatro Central de Sevilla, en Barcelona, donde participé como docente en un curso de la Escuela Superior de Música de Cataluña, así como en Madrid.
– ¿Y Huelva?
– Esa es la gran pregunta para la cuál yo no tengo la respuesta. Hace cinco años desde la última vez que vine a Huelva por trabajo y el por qué no he venido después es algo que yo no puedo responder. Para mí lo lógico habría sido presentar el disco aquí, con mi gente. Yo hago una distinción entre la gente de Huelva y las Autoridades Culturales y, puedo concluir, que quiénes han dirigido la cultura en Huelva han estado la espalda completamente a lo que yo hacía. Claro que a mí me gustaría tocar aquí, es la ciudad donde están mis amigos, mi familia…
– Ha compuesto para grandes figuras como Rocío Jurado, Enrique Morente, Carmen Linares o Miguel Poveda.
– Sí, y también he trabajado con José Mercé, Manolo Sanlúcar, la verdad es que siempre es un halago.
– ¿Algún mensaje para los onubenses?
– Pues desde aquí me gustaría volver a recordar que si no vengo a tocar a Huelva no es por falta de ganas ni porque me haya desvinculado de la ciudad. Cada uno es responsable de sus cuestiones y el que yo venga aquí o no, no es responsabilidad mía.
– Muchas gracias y mucha suerte.
– Gracias a vosotros.