Leticia Camacho. ¿A quién no le apetece un buen concierto al aire libre? Y si además tiene lugar en un sitio íntimo, pongamos una azotea, con aforo limitado, el plan se vuelve más apetecible, ¿no es así? Esto mismo proponen para la noche de hoy, 20 de junio, los miembros de La imaginaria, el grupo motor de Redetejas en Huelva, una red ciudadana de micro espacios culturales en azoteas particulares, que va ya por su tercera edición en la capital y que se ha celebrado en otras ciudades andaluzas como Sevilla, Córdoba o Jerez.
El proyecto, sin ánimo de lucro, nace con el objetivo de reunir a los vecinos y fomentar la autogestión cultural, «salir de los circuitos comerciales y así poder saltar los obstáculos que muchas veces nos ponen las administraciones», comenta uno de los organizadores, que prefiere no dar su nombre porque suelen trabajar bajo el anonimato. En definitiva, concienciar acerca de la participación ciudadana y sus cauces, al menos en lo que a cultura respecta.
La filosofía es clara. De un lado, ni anfitriones ni organizadores ni artistas ven remunerada su participación. Los propietarios de las azoteas pueden poner un ambigú y cobrar las bebidas que se ofrezcan -o no- y los organizadores establecen un precio simbólico de entrada -suele ser de 1 euro- a los asistentes para costear los gastos de producción, esto es, gasolina, cartelería, etcéra. «Nadie se lucra, hasta los músicos pasan la gorra, pero tampoco gastamos, es lo comido por lo servido», apuntillan desde La Imaginaria.
Por otro lado, aunque no existe un calendario establecido de estos encuentros, la puesta en marcha es sencilla. Se abre una convocatoria a través de redes sociales a los invitados, que han de registrarse en la web www.redetejas.org para poder reservar dos invitaciones por persona. El aforo suele ser pequeño y hay que estar muy atento, ya que en este último emplazamiento las entradas se han acabado en la friolera de 3 minutos. De hecho, según los organizadores, «se fija el número de asistentes en función de la capacidad máxima de la azotea más pequeña, y los espectadores se organizan en grupos que van rotando de una azotea a otra, porque el encuentro trata de hacerse simultáneamente en más de una».
Los 60 afortunados que acuden hoy al encuentro, divididos en dos grupos de 30 personas, visitarán esta noche dos azoteas cuya ubicación solo conocerán al recoger su pase. El perfopoeta, músico y compositor onubense, Fernando Bazán, interpretará su espectáculo Ruan: confesiones en el no lugar, en el que combina rock y perfopoesía, adaptándose al espacio, con lo que el abultado grupo de músicos que suele llevar quedará reducido a uno o dos, destacando la palabra y el sonido de las guitarras, bañado, eso sí, con su habitual humor negro.
Mala suerte o falta de talento es el número de la compañía de danza y teatro Mopa, que parte de procesos de creación colectiva, música y humor para la puesta en marcha de sus espectáculos. En concreto, este que ofrecerán en ‘Redetejas Huelva vol. 03’ versa sobre el amor y lo cuentan bailando daggering, kuduro, choque, footwork o krumping, bailes contemporáneos con los que sus personajes se arriesgan para trabajar en un tono de película de aventuras.
Entre tanto y tanto, los componentes del Colectivo S.U.R Sindicato Underground del Ritmo animarán con su fusión musical, teniendo en cuenta que a medianoche todo debe estar recogido y finalizado, respetando así las normas y la convivencia vecinal, una de las máximas de esta idea, que viene detallada en uno de los manuales redactados por Redetejas.
Ni qué decir tiene que todo el que prueba la experiencia sale encantado, «yo he participado desde todos los ángulos, como organizador, anfitrión y también como músico, y es muy especial poder tocar en un ambiente así», asegura otro de los miembros de La Imaginaria.
En la misma línea y también promovido por Redetejas y La Matraka, se sitúa el proyecto cultural Myplayz, una plataforma online donde se pueden abrir espacios de cualquier tipo, no solo azoteas, para organizar actividades culturales. Así que prepárense, porque esto no ha hecho más que empezar.