Ana Rodríguez. La difícil relación de un padre, violento y autoritario, con su única hija, heredera de su gran fortuna, es el punto de partida de El mar que nos atrapa, la nueva novela de Francisco Muñoz Bellido, una historia que engancha al lector desde la primera a la última página, y que hace unos días fue presentada en la capital onubense y también en un municipio que adquiere cierto protagonismo en la obra, Isla Cristina.
El ejemplar, publicado por la editorial internacional Chiado, es la última ficción que ha nacido de la imaginación de este capitán de Marina Mercante jubilado, residente en Punta Umbría, que encuentra en el mar y la playa la inspiración que necesita para hacer brotar de su pluma historias llenas de pasión y ternura.
Muñoz es onubense de adopción, pues nació en la localidad sevillana de Lebrija. Su familia, dedicada al mundo agrícola, siempre le insistió para que estudiara y, a pesar de no tener por tradición vinculación alguna con el mar, Francisco lo único que quería ser era marino mercante. Así que marchó a Cádiz, donde se formó y fue escalando puestos hasta ser capitán.
Pero tras 14 años, y aunque el mar lo era todo para él, decidió buscarse la vida en tierra. El motivo: sus hijos, que le “tiraban mucho”e hicieron que la balanza se inclinara hacia suelo firme. Así, en un descanso por vacaciones, Muñoz tuvo la fortuna de ver en un periódico un anuncio que le llamó la atención. “Una compañía de seguros, Catalana Occidente, tenía un ambicioso plan de expansión para España y sólo pedían licenciados universitarios para puestos de mando intermedio. Respondí a la oferta de empleo y, tras varias entrevistas y pruebas de selección, eligieron a una veintena de personas. Yo fui una de ellas”, explica el capitán de la Marina Mercante.
Francisco abandonó entonces su trabajo en la mar y recibió un año de formación específica en Málaga, siendo luego destinado como director a la primera oficina que abrió la citada compañía de seguros en Huelva.
El cambio de actividad le permitió tener más tiempo para hacer lo que siempre le había gustado: escribir. “Cuando navegaba no tenía ni un segundo, pero cuando lo dejé escribí mi primera novela, La fuerza del mar, una obra de ficción con muchos aspectos relacionados con los barcos”, un ámbito que el autor manejaba a la perfección.
Luego fueron llegando otros títulos, como Droga: viaje sin retorno, que tuvo una excelente acogida y con la que el lebrijano quedó finalista en el Premio San Fernando de Novela; y Siete días de junio, una historia sobre un médico especialista en Neurología al que su esposa es infiel con otro compañero de profesión.
Finalmente, este 2015, y tras año y medio de duro trabajo, Muñoz ha sacado su cuarta obra, El mar que nos atrapa, una novela que transcurre a lo largo de más de 30 años, tiempo suficiente para que a su protagonista le ocurran muchas cosas.
Francisco destaca que todo el argumento es pura ficción, aunque también se ha llevado parte del relato a un terreno que maneja muy bien, el mar. Como él mismo relata, “la protagonista es hija de un armador muy poderoso, de los mejores de Europa, y tras terminar sus estudios quiere viajar y pensar sobre su futuro. Su padre no la deja y lo máximo que le permite es pasar un par de semanas en uno de sus barcos. La joven acepta y durante el trayecto se enamora de un marinero de Isla Cristina, con quien se marcha, abandonando a su padre”. La heredera de todo un imperio renuncia al mismo por convicción, se independiza y acabará convirtiéndose por sí misma en una mujer rica y poderosa.
Así pues, el libro se ha convertido, en cierto modo y sin que su autor lo pretendiera inicialmente, un homenaje a la mujer luchadora, valiente e independiente, una mujer que no tiene miedo y que persigue sus sueños. “La protagonista se llama Paloma y es un espejo en el que mirarse, porque a muchas personas les gustaría ser como ella”, asegura Muñoz.
Para fraguar una historia como la de El mar que nos atrapa han sido necesarias muchas horas de trabajo. El onubense de adopción reconoce que escribe todos los días, convirtiéndose su afición en un hábito, un trabajo en el que Francisco ha establecido su propia disciplina. “Escribir me mantiene vivo y en forma, me da ánimo e ilusión para hacer otras cosas”, reconoce el autor. Pero además de redactar, este jubilado también lee muchísimo, por gusto y para documentarse, y además pinta, otra afición que intercala con su pasión por la literatura.
De hecho, el escritor ha realizado ya varias exposiciones pictóricas, en La Antilla, Punta Umbría y en su tierra, Lebrija, y ahora, tras finalizar su última novela, está pensando en dedicar algo más de tiempo al arte, aunque tampoco descarta que la inspiración llegue y las palabras empiecen a fluir dando forma a una nueva historia.
Por lo pronto, El mar que nos atrapa ya está en las librerías, pudiendo adquirirse en Huelva en Saltés y Siglo XXI y en Sevilla, muy pronto, en la Casa del Libro. Además, el 7 de julio Francisco Muñoz ofrecerá una nueva presentación del ejemplar, esta vez en el Teatro del Mar de Punta Umbría, donde estará acompañado por su hija y por el también escritor Uberto Stabile.