Benito A. de la Morena. Me han surgido dudas sobre si comentar la “emboscada” consentida que ha sufrido S.M. con la anunciada “pitada” al himno de España; si orientar el articulo a la probable estrategia de paralización del mundial de fútbol en Rusia 2018 destacando, en este preciso momento, la investigación del FBI por el escándalo de corrupción que salpica a la FIFA y que ha provocado la necesaria dimisión del presidente del máximo organismo futbolístico mundial, Joseph Blatter, que pone en entredicho la concesión de los Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar; o si orientar mis efluvios a departir sobre la escandalosa trama de corruptelas políticas que se están estableciendo para conseguir alcaldías, y presidencias de Comunidades, en un país en el que todo vale para pueblo “emocional” y de poca memoria; pero, finalmente, he preferido algo más sencillo como es devolver el agradecimiento a un amigo con el que mantengo conversaciones profundas, de esas que hacen pensar y que mantienen el sentido evolutivo del espécimen humano.
Le decía a mi amigo que, según un estudio elaborado por Microsoft y en el que se entrevistó a unas 2.000 personas, la actividad cerebral ha perdido cuatro segundos en su capacidad de atención desde el año 2000, pasando de 12 segundos a 8 segundos, coincidiendo en los años de mayor expansión de la telefonía móvil; y que expertos académicos han abierto en los últimos años un debate acerca de si es recomendable o no memorizar las cosas en plena era digital, en la que gran parte del conocimiento humano se puede encontrar fácilmente en Internet.
Yo le indicaba, como posible causa, el que hemos vivido en un mundo demasiado local durante dos milenios y que, en un escaso abrir y cerrar de ojos, desde la segunda revolución industrial a mediados del siglo XIX, que empezamos a usar tecnología, pero muy especialmente desde hace poco más de sesenta años con el lanzamiento de los primeros cohetes en la segunda guerra mundial, hemos llegado a la televisión de plasma, internet y sus “nubes”, la nanotecnología y la carrera espacial, todo muy rápidamente, tan rápido que nuestro cerebro no ha sido capaz de seguir el ritmo natural del progreso, aunque sí el dominio de una técnica, cual primates que somos, y que dentro de esa lentitud de adaptación al medio, hemos vivido dentro de una cultura nómada y proteccionista de lo nuestro, hasta el extremo de ser muy “pueblerinos” dicho con el mejor cariño y sentido, y yo me pregunto, ¿es eso malo?, evidentemente NO, pero creo que no es evolutivo.
Le indicaba que el otro día leí que las ciervas en la berrea provocaban la selección evolutiva de la especie, pues obligaban a que el macho que las pisara fuera el mejor a través de sus peleas. Ellos usan el instinto, pero ya el espécimen humano no, pues se supone que usa una inteligencia, pero esta ya no es natural, es ayudada artificialmente, por lo que puede que un filósofo o un sociólogo sea evolutivamente mejor que un ingeniero que ejerce mas mecánicamente su labor, y yo me pregunto, ¿eso significa que la especie humana está en decadencia? Mi impresión es que SI pues entiendo que es la mente la que debe evolucionar y no solo las habilidades que se derivan de la técnica.
Algunos pensamos que somos ciudadanos del mundo, un mundo que está a escasas cuatro horas del centro de África, siete de New York, once de Argentina…. y aún así nos consideramos locales en vez de globales, ¿causas?, la falta de comunicación es una de ellas pues los idiomas no se promueven en la juventud a la edad adecuada; falta de actitud, pues no nos dejan salir del nido con el excesivo proteccionismo de nuestros padres poco evolutivos, aunque muy cariñosos con sus cachorros; un exceso del confort que anhelamos, aunque digamos lo contrario y yo me pregunto, ¿es eso negativo?, evolutivamente SI pues nos hace depender excesivamente de los demás y ello frena tu desarrollo haciéndote menos completo. Consecuencia, pues que nos pasará como al resto de los ciervos que no consiguieron pisar a la cierva.
Una vez alguien me dijo que para ochenta años de vida media que vamos a vivir, para que tantos esfuerzos, mejor vivir la vida y disfrutarla. Quizás tuviera su parte de razón, pero a mí me parece que la evolución proviene desde hace mas de tres mil quinientos millones de años, cuando las primeras bacterias aparecieron en un planeta inundado por las aguas y atmosfera irrespirable, y que posibilitó la aparición, hace tan solo ciento noventa mil años, del homo sapiens, nuestro más directo “abuelo”, y no creo que la manera de entender la vida actualmente sea la ideal para la perpetuidad de la especie, por lo que auguro que en unos cuantos cientos de años, estaremos bastante deteriorados evolutivamente hablando, y alguien se preguntará, ¿y qué importa lo que suceda dentro de cientos de años?, para mi es evidente que la persona que haga esa pregunta ya ha dejado de evolucionar, por eso yo deseo seguir en la brecha hasta el último día de mi existencia terrenal.
Me despedí con un fuerte abrazo y a la espera de una respuesta a la que también invito a ustedes.
3 comentarios en «Dudas semánticas»
Señor de la Morena:
«Usted sí que sabe», como se diría en una de esas pantallas tontas de no hace mucho.
Dice Usted que «un país en el que todo vale para pueblo “emocional” y de poca memoria»… Cuanto más al Sur, más emociaonal y menos memoria. Son cosas de la distruibución genética a que nos condenó una creación poco afortunada. Estamos mal diseñados de origen.
Y sigue diciendo: » … nuestro cerebro no ha sido capaz de seguir el ritmo natural del progreso, aunque sí el dominio de una técnica, cual primates que somos». Usted lo ha dicho, somos primates de una especie que no sabemos en qué terminará. Igual que nuestros antecesores de Atapuerca no sabían que se iban a convertir en «nosotros». ¿Qué hubieran hecho si lo hubieran sabido?
Pero lo que más me gusta de su reflexión, toda ella interesante y provocadora, es eso que plantea:
» … alguien se preguntará, ¿y qué importa lo que suceda dentro de cientos de años?, para mi es evidente que la persona que haga esa pregunta ya ha dejado de evolucionar, por eso yo deseo seguir en la brecha hasta el último día de mi existencia terrenal».
Y más aún: ¿Que hubier pasado con nostros si nuestros predecesores hubieran pensado como ese «señor» que vuelve la espalda a su responsabilidad sobre el futuro?
Ese «señor» no solamente ha dejado de evolucionar, sino que se pierde el placer inmenso de disfrutar de la capacidad de construir futuro, aunque a él le parezca insuficiente. El placer efímero de «su hoy», está vacío de contenido «disfrutón». Es solamente una forma de mirar al tiempo pasar, porque no sabe hacer otra cosa.
Él se lo pierde.
Yo estoy con Usted, mi querido amigo, en eso de seguir en la brecha de la vida, que es lo único que aporta placer consistente. Lo demás, es una forma de eludir la relexión del que no sabe.
Y volvemos aquí a una palabra que aprendí de Usted: Reflexión. Eso que resulta difícil a los que no evolucionan ni quieren.
80 años… (con un mucho de suerte) es la esperanza de vida que tenemos algunos países de europa occidental, cuba y pocos más. estados unidos está un pelín por debajo, y hablar de la enorme desesperanza de vida que hay en áfrica me da apuro.
Lo siento no puedo estar de acuerdo con usted, por varias razones. porque nosotros somos homo sapiens, la especie humana puede haber sufrido pequeños cambios pero tan mínimos que seguimos siendo cromagnon, el hombre que llevaba adornos, que salió de áfrica y conquistó todo el planeta desplazando a otros homínidos, de todos ellos el más parecido a nosotros fue Neanderthal.
Por ahora no hay una especie nueva, todos los seres humanos vivos tenemos un ancestro común, una mujer que vivió en un lugar y un tiempo determinados. (se la ha llamado Eva Negra o Eva Mitocondrial). Lo bueno y lo malo lo compartimos, además, con nuestros parientes vivos más cercanos, algunos simios como el chimpancé o el bonobo.
pero en lo que no estoy de acuerdo en absoluto es en la preocupación por el futuro: toda una nueva forma de entender la economía y la vida, toda una nueva forma de frenar el despropósito de un mundo mal repartido y sobreexplotado y una legión de investigadores están pendientes de ese fatídico 2050 en el que posiblemente se agoten los recursos naturales y el mundo se vaya al carajo (con perdón). Toda esta gente hace esfuerzos intensos desde finales de los años 70 para frenar la catástrofe que sobrevendría (la fecha es arbitraria, clqro) por 2 cuestiones: agotamiento de los recursos naturales y la imposibilidad de que la naturaleza sea capaz de transformar nuestros desechos.
no hace falta evolucionar ni más ni menos. Virgencita de la Peña, que me quede como estoy. lo que hace falta es dejar de mirarnos el ombligo y levantar los ojos para poder mirar alrededor. Pero no es casual que cada vez menos gente quiera reflexionar (y no es para evolucionar, es para poder ostentar el nombre de sapiens sin que se nos caiga la cara de vergüenza) La gente no quiere reflexionar porque todo está en contra: la economía, la política, la educación, la sociedad…
seguimos siendo sapiens, es sólo que nos han acarajotao con tanta publicidad y tanto chuchurrito.
Gracias por el artículo, me he acalorado un poco… pero ha conseguido usted que reflexionara. Enhorabuena.
Estimad@ Khar men, un verdadero placer leer sus reflexiones que no percibo sean “acaloradas”, tampoco que discrepemos en exceso, considerando que solo son dudas “semanticas”, pues estos temas solo podemos tratarlos así, con “sarcasmo” y “simpatía”. Aprovecho también para dar las gracias al amigo Miguel que siempre me valora en exceso