HBN. Todo el mundo está de acuerdo en que si no fueran necesarios, sería un signo social muy positivo. Sin embargo, la realidad es otra y los Bancos de Alimentos son un eslabón imprescindible en nuestra sociedad. El de Huelva (BAH), con 16 años de historia, es uno de lo 55 existentes en el país, federados en la Fesbal -Federación Española de Bancos de Alimentos-, y ha conseguido aumentar la distribución en un 22% en 2014 con respecto al año anterior.
Los 1.777.728,80 kilos repartidos en 2014 significan que todos los esfuerzos que se realizan desde la asociación se han implementado, al igual que lo han hecho las líneas básicas de suministros, que son tres. De un lado, los alimentos procedentes de la Unión Europea, que han aumentado un 36%; de otro, los alimentos que provienen de los excedentes agrícolas, con un 22% de crecimiento frente a 2013 y, por último, las Operaciones Kilo, que se han incrementado en un 25%.
Según el presidente del BAH, Juan Manuel Díaz Cabrera, en las dos últimas líneas de suministro citadas es donde «tenemos mayor capacidad de actuación. Lógicamente, los alimentos de la UE vienen dados, mientras que nuestra lucha incide de manera más directa en los excedentes agrícolas, donde podemos conseguir más de lo que se obtiene en la actualidad con nuestro esfuerzo, y en las Operaciones Kilo que, por otro lado, tienen unos mecanismos muy controlados ya en la asociación».
En este sentido, una de las subidas más notorias en la cantidad de alimento donado a la entidad tuvo lugar a finales de 2014, durante la tercera Gran Recogida, cuya cifra, 179.000 kilos, supone un gran cómputo en el total anual.
Los retos de este presente años se derivan también de importantes cifras: la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, recomienda un consumo por persona y año de 120 kilos de alimento, «y el BAH está en una media de 70 kilos por persona y año, por lo que nuestro mayor objetivo es seguir consiguiendo que la recogida de alimentos sea cada año mayor, en vista de que las necesidades no disminuyen».
Para lograr el crecimiento, el BAH se centra en el fomento de las campañas de sensibilización en toda la provincia, prestando una mayor atención a los centros educativos.»Además de realizar recogidas en los colegios, con datos muy satisfactorios -10.404 kilos-, nos empeñamos en explicar qué es un Banco de Alimentos, porqué y para qué sirve y, sobre todo, inculcar el significado y el uso de la palabra solidaridad y advertir sobre la gravedad del desperdicio de alimentos. La tercera parte de la producción de alimentos de los continentes desarrollados se tira, y si aprovecháramos únicamente un 15% de esa tercera parte, podrían alimentarse en todo el mundo mil millones de personas que lo necesitan», explica Díaz Cabrera.
Otro hechos significativos han tenido lugar en estos dos últimos años que consolidan al Banco de Alimentos de Huelva en su quehacer. El almacén de la asociación ha conseguido al fin el alta en el registro sanitario, un proceso que ha implicado diversas obras en las instalaciones y formación específica del personal, «y que es un hito más en la senda de crecimiento que atravesamos», asegura el presidente. Igualmente, la categoría -adquirida tras otro largo proceso en 2013- de asociación de utilidad pública le otorga al BAH la posibilidad de acceder a una serie de ventajas en los terrenos fiscales, de concursos y subvenciones.
Que el año 2014 haya sido un «año de avances», tal y como reseña Díaz Cabrera, se contrasta con otros motivos de alegría para la asociación, como es el aumento de voluntarios estables. De los 51 voluntarios existentes en 2013 se ha pasado a una cifra redonda de 60, mientras que para hechos puntuales hay unos 2.500 voluntarios disponibles en toda la provincia. «Los voluntarios son la columna vertebral del Banco de Alimentos -sentencia el presidente-, sin ellos simplemente el BAH no existiría».
Juan Manuel Díaz Cabrera, al frente del Banco de Alimentos de Huelva desde octubre de 2012 y miembro del Comité Ejecutivo de Fesbal desde el pasado abril, asegura estar más encantado que cuando aceptó el reto porque «ayudar a los demás y estar en el camino de hacerlo, me aporta una tranquilidad interna y una gran satisfacción emocional y eso seguirá pasándome si seguimos cumpliendo el objetivo de crecer cada año un poquito más».