Ana Rodríguez. El arte urbano está pegando fuerte en Huelva. Un claro ejemplo son los resultados de visitas a la última exposición del Museo Provincial, una muestra del graffitero Adrián Pérez (Man-o-Matic) que está batiendo récords y que ha logrado que muchos onubenses pisen el santuario de la cultura y la historia que respira, ahora con un poco más de fuerza, en la Alameda Sundheim. Pero junto a este talentoso joven hay muchos otros en nuestra ciudad que utilizan las calles para expresarse, una práctica que comienza a ser aceptada con agrado por la sociedad dada la creatividad y belleza de algunos de estos dibujos.
Seba Ventana es un bonariego residente en Huelva que pertenece a esta nueva generación de artistas ‘callejeros’. Su sello es fácil de distinguir: dibuja animales, pero casi siempre con una alta carga simbólica, con un mensaje que hace reflexionar a quien los ve sobre temas tan serios como, por ejemplo, el maltrato animal, las causas de la crisis económica, la contaminación o la perpetuación de las tradiciones.
“Siempre he pintado y dibujado, he pertenecido a colectivos de artistas y también estoy metido en el mundo de la música, pero ahora lo que quería era llevar mis dibujos a la calle, a la realidad de Huelva, a través de animales cercanos y muy nuestros, como el flamenco o el lince, aunque también utilizo otros, como el mono o la cebra, a fin de elaborar un discurso personal y social a través de ellos”, explica Ventana.
En esta línea, podemos encontrar monitos con capirote pidiendo cera o un caballo herido en los cabezos de la Merced; un bebé cebra gateando, dos palomas besándose y un buitre con una hucha en las garras en la avenida de Portugal; o una ballena que expulsa humo por su orificio en la zona de la ría. Todos ellos han salido del ingenio y la mano de Seba y cada uno es como un pequeño ‘cuento popular’, con su carga simbólica y reivindicativa, eso sí, envuelta en una bella cobertura.
A este proyecto tan personal, que arrancó en diciembre de 2014, Seba lo ha bautizado como Wild Welva, aunque no pretende que se quede sólo en la capital. Como él mismo explica, “el primer dibujo que hice fue un mural grande con muchos flamencos volando, una imagen que tenemos ahí al lado, en Marismas del Odiel, y con la que la gente alucina. Es algo de lo que debemos sacar pecho y convertirlo en símbolo de la ciudad, algo que en otros sitios ya habrían hecho. En esta línea tengo un proyecto que quiero llevar a cabo en verano. Quiero hacer dibujos con animales emblemáticos de aquí y ponerme en contacto con artistas urbanos de Londres, París, Nueva York y otras grandes ciudades y enviárselos para que los peguen en sus calles”.
A través de esta idea, no sólo el arte urbano de este onubense se exhibiría por todo el mundo, también la imagen de Huelva formaría parte del paisaje de grandes urbes, promocionando con un sencillo gesto la singularidad de nuestra fauna y, en general, de la provincia.
Ello será posible gracias a que Ventana dibuja sus animales a mano, pintando grandes rollos de papel con tinta que luego recorta y, una vez listo, pega en las paredes como si de un cartel se tratase. Previamente, el bonariego siempre prepara el espacio en el que colocará su creación, normalmente sitios abandonados, cabezos con muros de antiguas viviendas que la hierba ha colonizado. Seba poda estas paredes, las limpia, las pinta y finalmente adhiere sus animales a ellas. “Además llevo a cabo un proceso de mantenimiento y cada cierto tiempo visito los dibujos y los reparo si han sufrido algún daño”, puntualiza.
En las creaciones de Wild Welva, su responsable utiliza poco los colores, la mayoría son líneas y trazos que ahondan en la esencia, en lo primitivo, como si fueran grabados antiguos o buscara emular los dibujos de bisontes y caballos de los ‘hombres de las cavernas’.
Esta pasión por los animales le viene a Seba de cuando era pequeño y vivía en Bonares, donde se crió con mulos, gallinas, conejos, perros… “De niño los pintaba, así que ahora supongo que he vuelto a mis orígenes”, asegura divertido.
Aunque el onubense se licenció en Magisterio y ahora es profesor, nunca ha dejado de lado su vertiente más artística, habiendo realizado en el pasado diversas exposiciones. En este sentido, Seba pone de relieve que “me han propuesto llevar mis animales a salas, pero lo he rechazado porque aún no lo veo, necesitan vivir más, para mí la calle es algo nuevo y me resulta más excitante”.
Ventana tiene claro que seguirá apostando por la vía pública para mostrar sus creaciones, que en cierto sentido también contribuyen a rehabilitar las zonas abandonadas de la capital. Pero él sabe que hay muchos en su situación, y por eso lanza un mensaje: “en Huelva hay una potencialidad artística brutal y ahora que parece que todo ello empieza a encontrar su espacio, y a tener cabida gente nueva, la ciudad podría usar como reclamo turístico su arte urbano, sumarlo a los demás que posee y potenciar a sus artistas”.
Mientras se establece una futura ruta del arte urbano en la capital, Seba mantendrá su ‘animal’ apuesta y su intención de que Wild Welva traspase fronteras y nuestros flamencos y linces colonicen las calles de las principales ciudades del Globo.