Ana Rodríguez. Este jueves, 30 de abril, los onubenses tendrán la oportunidad, después de mucho tiempo, de ver a su paisano Javier Ceballos subirse de nuevo a un escenario, en este caso, al del Gran Teatro de Huelva con la obra Pareja abierta. Hace algunos años que el actor centró su carrera en la dirección escénica, aunque en realidad se le podría definir como un hombre de teatro, un ámbito en el que ha hecho de todo desde que en 1982 fundara, junto con otros onubenses como el conocido Juan José Oña, el Teatro Inestable de Huelva La Breva.
La compañía nació en el barrio del Higueral, de ahí su nombre, teniendo su sede en el Centro Cultural Lazareto. Con ella sus impulsores pusieron en pie diversas obras, muchas de las cuales llevaron a diferentes puntos de la geografía española, obteniendo varios premios en festivales. La que más éxitos cosechó fue La mortaja del tiempo, una radiografía de la España de finales del siglo XIX que retrataba, con mucho humor negro, la crisis de valores que atravesaba el país. “Hacíamos entonces un teatro contemporáneo y, a la vez, costumbrista, un teatro especial, de investigación, y trabajábamos allá donde podíamos: en la calle, en las aulas, en los casinos…” recuerda Ceballos.
Javier estaba predestinado a pertenecer a este mundo desde sus primeros días, desde que su madre lo diera a luz en un lugar “emblemático de Huelva”, una clínica que antes se encontraba frente al instituto Rábida, en el Conquero. Su padre era muy aficionada a la escena y su madre tenía buena voz para el cante, uniendo sus talentos en obras de teatro de los Álvarez Quintero que representaban con fines benéficos.
“Yo estudié interno en el Seminario, iba para cura”, destaca Ceballos, “pero era muy rebelde y se dieron cuenta de que no tenía vocación”. Entonces estudió delineación, ya que también le gustaba pintar, hasta que un día, cuando ya contaba con 20 años, en la biblioteca del barrio se encontró con unos amigos y empezaron a planificar lo que acabaría siendo la Compañía La Breva. “Jamás pensé que me dedicaría a esto, porque de pequeño me daba mucha vergüenza, pero me entró el gusanillo”, concluye el onubense. Se iniciaba con ellos una nueva etapa en la vida cultural de Huelva, un teatro alternativo que perseguía educar al público en este arte y mover conciencias.
Ceballos empezó como actor y luego derivó, a partir del año 2000, hacia la dirección escénica, aunque en realidad él siempre ha hecho de todo un poco, tocando desde el sonido hasta el montaje de escenarios por aquello de su gran afición a dibujar. En este sentido, trató de formarse asistiendo durante cinco veranos a cursos de dirección de escena en Madrid, en los que tuvo como profesores a profesionales de la talla de José Luis Gómez o José Carlos Plaza. También hasta la citada fecha, el onubense alternó otros trabajos con su pasión por el teatro, pero desde que cambió de milenio, su objetivo ha sido “vivir” de lo que más le gusta hacer.
En estos 30 años, Javier Ceballos ha dirigido decenas de montajes y trabajado con numerosos colectivos onubenses, como los grupos de mayores de la Universidad de Huelva, los talleres de teatro municipales, el Teatro Lírico de Huelva, el Orfeón o la Orquesta Sinfónica. Además, desde 2004 La Breva y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Huelva firmaron un acuerdo para levantar producciones propias para el Gran Teatro de la capital, valiéndose para ello como actores de los miembros del Aula Municipal de Teatro y de otros grupos de aficionados de la ciudad con cierta trayectoria. Con este colectivo, Ceballos ha puesto en marcha una decena de producciones de gran formato del teatro español, entre ellas La Salvaje, La casa de Bernarda Alba, Tres sombreros de copa, La venganza de Don Mendo, Lisístrata o Los Pelópidas.
Con La Breva no sacaban nueva obra desde Muerto de amor, una versión de Don Perlimplín con Belisa en su jardín de García Lorca que Ceballos representó con sus hijas hace unos años. Pero la etapa de sequía ya pasó y la compañía llega al Gran Teatro con Pareja Abierta, en la que Javier tiene como compañeros a la actriz onubense Ana Carrasquilla y el técnico Fran Gómez.
“Pareja abierta es una adaptación de la obra de Darío Fo, un texto muy duro que hemos trabajado y suavizado. Con ella volvemos al teatro de sala con tintes de compromiso, porque lo fundamental de esta obra, aunque es una comedia, es el mensaje de igualdad con las mujeres que queremos transmitir. La violencia de género es una lacra y pretendemos que el público tome conciencia de ello, porque es un problema importante”, explica Ceballos.
Desde los años 90, la compañía onubense ha movido sus producciones siempre por la provincia, y con Pareja abierta la intención es precisamente ésa, que recorra la geografía de Huelva transmitiendo al público su valioso mensaje. En este sentido, Javier sueña con volver a los antiguos circuitos provinciales, a lograr que propuestas nacidas en nuestra tierra sean apoyadas en ella, consiguiendo con ello perpetuar el espíritu que impulsó a La Breva desde sus orígenes, la ilusión por hacer llegar la cultura teatral a los onubenses.