La Pasada del Abad, el pasado «astromegalítico» de la joven Rosal de la Frontera

HBN. Rosal de la Frontera es una caja de sorpresas llenas de patrimonio histórico y natural, de cultura y tradiciones, en definitiva, de historia la provincia de Huelva y de España. Así, este municipio, el más joven de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche -fue en 1896 cuando recibió el nombre de Rosal de la Frontera, antes era Rosal de Cristina-, tiene su nombre ligado a otros importantes como el del poeta Miguel Hernández y alberga en su territorio con restos que dan fe del paso de las distintas civilizaciones que dejaron su huella en esta tierra.

En esos términos, uno de los mayores tesoros rosaleños es el crómlech Pasada del Abad, que se cuenta entre principales ejemplos del megalitismo menhírico de la provincia de Huelva en el área de la Ribera del Chanza, en el curso del bajo Guadiana. Se trata de un círculo de piedras construido entre el V-IV milenio a.C. y compuesto por seis menhires o monolitos de distinta morfología y tamaño -tres de pizarra y tres de granito rosa-. Seis ortostatos desprendidos que podrían formar parte de la cámara de un antiguo sepulcro en galería.

Este conjunto está estratégicamente ubicado en una loma a escasos kilómetros del pueblo de Rosal de la Frontera, a pie de la carretera Nacional 433. Concretamente su localización se ubica en el punto kilométrico 145,5, al paso de una de las vías de comunicación histórica entre Sierra Morena y el Alentejo portugués y a escasos diez kilómetros en línea recta de otra construcción prehistórica, el dolmen de la Belleza.

Esta es una de las características de este tipo de construcciones, que tal y como recoge la publicación El Megalitismo en la provincia de Huelva.El legado de la Arquitectura Megalítica en el suroeteste peninsular: Itinerarios de un paisaje cultural simbólico «se ubican en zonas de topografías suaves y cercanas a las vegas con suelos fértiles y en emplazamientos junto a áreas de tránsito o pasos naturales, empleadas históricamente como vías pecuarias, caso de la Vereda del Chanza y Vereda de Portugal a Sevilla».

El círculo Pasada del Abad llama especialmente la atención además de por el paisaje en el que se encuentra enmarcado, de una belleza espectacular, por su funcionalidad y su relación con la astronomía. Y es que la construcción y disposición del mismo no es fruto de la casualidad, sino que está condicionada por un objetivo concreto relacionado con el control de los ciclos solares de equinoccios y solsticios, en definitiva, de los episodios de tránsito de las estaciones naturales anuales.

Otro aspecto llamativo es que en uno de los seis bloques que lo componen, concretamente en el menhir número 2 se puede apreciar un grabado con la constelación de la Osa Mayor. Este grabado responde por un lado a una característica del arte megalítico neolítico del sur peninsular (con grabados y motivos decorativos) y, por otro, a la asociación de algunos de los sitios en los que se encuentran estas construcciones con la observación astronómica y los mencionados ciclos de la naturaleza.

Asimismo, estas construcciones, de las que la provincia de Huelva posee un extenso «catálogo» se construyeron con un objetivo relacionado con el territorio en tres vertientes, como recogen los autores de El megalitismo en la provincia de Huelva, entre los que se cuenta el responsable de la excavación del crómlech Pasada del Abad, José Antonio Linares Caterla: «se sitúan en las cercanías de los suelos óptimos para el desarrollo de las prácticas agropecuarias, para la apropiación de los mismos, caso de los círculos de La Corteganesa, El Torrejón, etcétera; se ubican en las cercanías de las vías de comunicación tradicionales de tránsito de ganado (vías pecuarias), para la delimitación de ámbitos espaciales o áreas de explotación, caso del menhir de La Alcalaboza y se emplazan en puntos que definen la accesibilidad a un ámbito territorial específico, caso del alto valle del Chanza, enmarcado al este por el dolmen de la Belleza y al oeste por el círculo de la Pasada del Abad«.