Carlos Barrero, el primer ajedrecista de Huelva que obtiene el título de Maestro Internacional

Paula Crespo. Jugada maestra la que ha hecho Huelva con Carlos Barrero, el primer ajedrecista de la tierra en conseguir el título de Maestro Internacional de este juego milenario convertido en deporte, ciencia y arte. Se trata del penúltimo escalafón dentro del catálogo internacional de títulos, que se completa con el de Gran Maestro -que ostentan campeones del mundo- y conseguirlo no es tarea fácil. Si no que se lo digan a Carlos, psicólogo de profesión y ya consolidado ajedrecista, que ha invertido 23 años jugando y aprendiendo para llegar hasta esta distinción, que pocos ostentan.

Los requisitos: ocupar una posición alta en el ranking -disputando y ganando partidas contra adversarios con puntuación más alta- y realizar una «actuación por encima de lo normal» en al menos tres torneos de envergadura que en su caso fueron: el Open de Dos Hermanas, el de Sevilla (el más reciente) y una competición por equipos que jugó en Portugal, fichado por un equipo del país luso, el Sport Faro e Benfica. En ellos se enfrentó a grandes maestros de distintos países, y por sus resultados, cosechados en algo más de dos décadas y por su ranking consiguió proclamarse hace dos años Maestro Internacional de Ajedrez.

Él ha sido la primera persona en conseguirlo en la provincia de Huelva donde otros tres jugadores ostentan el título de Maestro FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), escalafón previo al de Maestro Internacional. Desde entonces en sus partidas, cuando compite en un torneo relevante, en vez del nombre del club al que pertenece se le distingue con una bandera española. «Juego por el país en vez de por el club», explica Carlos quien reconoce que haber llegado hasta aquí ha sido para él como quitarse «un peso de encima. Tenía una gran presión porque hacía mucho tiempo que me decían que iba a conseguir este título, que se veía venir. Así que tenerlo por fin ha sido una tranquilidad».

Y es que aunque entró en contacto «tarde», con 12 años de edad, ha completado una exitosa carrera ante el tablero, a la que sigue sumando éxitos: «Supe lo que era el ajedrez cuando mis compañeros de clase empezaron a traerse el tablero a los recreos. Antes había jugado con mi abuelo alguna que otra partida pero no sabíamos bien las reglas. Fueron mis compis los que me enseñaron a jugar y más tarde di clases en el Colegio Maristas, donde me enseñaron a leer el tablero y a prepararme», asegura el ajedrecista onubense.

Entonces comenzó a prepararse en serio, a conocer el lenguaje del ajedrez, que es el sistema algebraico, así como los nombres de las casillas para aprender a leer las partidas. Es precisamente esa lógica y esa matemática la que enganchó al ajedrez a este onubense que asegura que no utiliza su faceta como psicólogo en las partidas: «la Psicología sirve un poco para conocer al rival, pero nada más. El ajedrez es matemático, juegas contra las piezas, no contra el rival. Intentar engañar al contrario puede volverse en tu contra. Es la lógica del ajedrez la que creo que atrae. El hecho de que no intervenga el azar y de que si lo haces bien tienes tu recompensa, depende solo de ti y además no tiene fin, no dejas de aprender nunca».

Palmarés
En 23 años de carrera como ajedrecista son muchos los logros que este Maestro Internacional de Huelva a cosechado, pero del que se siente más orgulloso es de tener «el score favorable con el tres veces campeón continental americano y ex campeón del mundo juvenil,el genio peruano Julio Granda. A cuatro partidas tengo dos victorias y una tablas, él sólo una victoria y unas tablas». Todo un  hito ya que  es el único en Huelva que ha derrotado en partidas oficiales a Grandes Maestros -el máximo título mundial-.

Además, los éxitos comenzaron a llegarle a Carlos muy pronto, tanto que en su palmarés se reflejan innumerables éxitos de su adolescencia. Así, ha sido campeón provincial sub-16 en los años 1993 y 1994; campeón andaluz sub-16 1994; campeón de segunda categoría provincial en 1994; campeón provincial juvenil de 1995 a 1998; subcampeón andaluz juvenil en 1995 y 1997 (tercero en el 96); campeón del Open Internacional de Lepe en 1995; subcampeón provincial absoluto en 1996 y campeón andaluz juvenil y 4º de España juvenil en 1998.