José Luis Rúa / Ayamonte. No era el escenario más apropiado para la llegada de la primavera. Una estación especialmente deseada por esas otras anteriores, tristes y demacradas, incluso en alguna ocasión cargada de malos recuerdos o desconsuelos disfrazados de cada día. Pero la florecida primavera asomó por los montes de ahí enfrente, por esas tierras portuguesas que nos protegen de los malos vientos y nos arropan con viejas canciones. Ese día, precisamente ese, se festejaba el Día Mundial de la Poesía. Y como no podíamos imaginar de otra manera, los Poetas del Guadiana asomaron sus cabezas llenas de versos nuevos y lo fueron derramando por calles y plazas.
Primero fue en la emisora municipal de Ayamonte, bajo la atenta batuta de Encarna Sayago, Antonio Cabrita, Joao Pereira y José Cruz por parte portuguesa lanzaron en su lengua vernácula los primeros versos. A continuación en la lengua de Cervantes fueron pronunciados poemas de distinto calado por parte de Clemen Esteban, Rúa Nácher y Eladio Orta.
Conversaciones con preguntas y respuestas. Silencios con palabras ensambladas de la mejor manera para expresar los sentimientos más preciados. Una hora en la que oyentes desconocidos para el poeta, se hicieron románticos por unos instantes y se dejaron llevar por ese globo aerostático de los sueños, camino de no se sabe dónde.
Castro Marín se dejó poseer por la poesía más viva en su centro cultural de “Casa da Sal”. Y si Diego Mesa abría el acto con palabras hacia los Libros del Estraperlo que hoy veía parir una nueva obra, “Apontamentos da Margen”. Donde 23 poetas del Bajo Guadiana eran casados en una obra en lengua portuguesa.
Ana Francisco, daba la bienvenida a la nueva publicación y al numeroso público que sorprendía a todos, una vez más, por su presencia y su silencio cómplice. Pedro Tavares enlazando los estilos tan diversos entre los autores, solicitaba una lectura a sus propios autores. Así se escuchaba a Susana Castro, Paula Laranjo, Manuel Palma, Graciela Costa o Antonio Machado. Paco Barrera venía desde Ayamonte para hacer de su violín una voz distinta y Perro Andaluz desde su mesa de mezcla lanzaba compases melodiosos para casarse con los nuevos versos. Y casadas estuvieron perfectamente las voces del coro de la Universidad de Faro.
Tiempo para la música y el verso. Palabras de ofrecimiento y agradecimiento de la responsable municipal castromarinense, Filomena Sintra. Un alcalde pendiente de las lecturas y alejado de los protagonismos. Un público respetuoso y una jornada bella por sí misma.
Y el día tenía previsto finalizar en la Biblioteca Municipal de Villa Real de San Antonio. Papel y libros sobre el moderno atril, permitieron que gentes vinculadas, enamoradas o amantes de la poesía se apoyaran en él y leyeran sus versos, como un anónimo rapsoda volcado sobre su amplio auditorio. José Cruz, Antonio Cabrita, Clemen Esteban o Joao Pereira se confundieron con anónimas voces y confeccionaron un recital homenaje a sí mismo, que finalizó casi con las últimas horas del día.
De nuevo los Poetas del Guadiana se arman de valor y lanzan a los cuatro vientos su nueva publicación. Sorprenden a todos por su ritmo y su creatividad, pero en el fondo saben que ya nadie encuentra extraña esta lucha por sacar a la luz nuevas obras, nuevas voces nuevas ganas de seguir latiendo a ritmo fuerte. El día de la poesía se va, pero mañana o en unos días, la poesía volverá a presentarse de nuevo con otro texto que seguirá sumando voluntades a esta cultura del Bajo Guadiana.