Sergio Borrero. Faltaban unos minutos para que el reloj marcara las 12 de la mañana cuando el pregonero de la Semana Santa de 2015 llegaba a una plaza del Gran Teatro expectante. Juan Ignacio Molina llegaba con su pregón con las pastas regaladas por la Hermandad de la Victoria bajo el brazo, procedente de la Parroquia de la Concepción donde había acudido a la eucaristía previa al pregón. Allí, su Hermandad de la Inmaculada, de la que el pregonero fue fundador y hermano mayor, había colocado en el altar mayor a los pies del Cristo de la Vera+Cruz a la imagen procesional de la Inmaculada Concepción para presidir dicha eucaristía.
La Cruz de Guía de la Hermandad de la Victoria presidía el escenario, escoltada por sendos faroles y buquets de flores. Presidía el acto el obispo de la diócesis, José Vilaplana, junto al alcalde y el teniente de alcalde de cultura por parte del Ayuntamiento y del presidente y el secretario del Consejo de Hermandades. Además, se estrenaba en un pregón el recientemente nombrado vicario epicospal para la celebración de la fe, Emilio Rodríguez.
Tras los sones de la banda sinfónica municipal de Huelva, que interpretó maravillosamente la versión orquestal de la conocida marcha “La Madrugá” del compositor marocho Abel Moreno tomó la palabra Antonio González, presidente del consejo y encargado de presentar al pregonero. En su introducción, quiso hacer un homenaje a Gustavo Castillo Rey, pregonero de la Semana Santa en 1994 y fallecido hace escasos días, tomando prestados algunos versos de los que recitó en su pregón. Tras hacer un repaso por las efemérides que se celebrarán en este 2015, como el 500 aniversario del templo concepcionista, el 80 aniversario del Concejo de Hermandades o la coronación de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, Antonio González presentó al pregonero destacando sus virtudes como cofrade y comunicador y reafirmándose en la idoneidad de su designación, al que dio paso con un “Que la Purísima Concepción te ilumine y te bendiga”.
Sonaron nuevamente los sones de la sinfónica municipal, en esta ocasión con la marcha Rocío. Una marcha elegida por el propio pregonero y que como decía días atrás, es el himno de la Semana Santa onubense. A partir de este momento, todas las miradas se centraron en Nacho Molina a las que esté correspondió con toda una declaración de amor a Huelva. Tras los saludos protocolarios, quiso tener unas palabras de cariño a los compañeros de “El Llamador” en su 25 aniversario, quienes llevan al Semana Santa a quienes no pueden disfrutarla en persona en Huelva.
Agradecimientos también a su familia, quienes no fueron una de las grandes familias cofrades de esta tierra, pero que le enseñaron lo más importante, a querer a Cristo y ser buen cristiano. A continuación los primeros versos llegaron para una de sus grandes devociones, el Señor de Pasión. Prosiguió Nacho Molina con una defensa a la juventud “no nos juzguen por nuestra edad, si no por nuestras acciones” e hizo un bello recorrido por las hermandades más jóvenes de nuestra ciudad destacando sus méritos.
Un recorrido por los pasos de misterio de la ciudad sirvió al pregonero para reivindicar la figura del cofrade onubense y los invitó a decir sin complejos y con orgullo que son cofrades. También tuvo palabras para los cristianos que aun hoy en día son perseguidos en diversos rincones del mundo, “no se entiende vivir sin la que está en San Francisco” y es que ella es la Esperanza de todos los Cristianos. Volvió a brotar la juventud en sus palabras, con una especial mención a los jóvenes y pequeños que se dan cita en los talleres cofrades, que crecen y pasan sus tardes llenando de juventud las casas de hermandad.
Tras un nuevo recorrido, en esta ocasión por los cristos crucificados de la ciudad, llegó a su templo, a la Parroquia de la Concepción tan significativa para él. Todo un elogio a la Purísima Concepción y un homenaje a “sus niños”, la Hermandad de la Inmaculada, que en palabras del pregonero “pusieron en sus manos la juventud”. Versos dedicados al 500 aniversario de la parroquia y a Nuestro Padre Jesús Nazareno, a una Huelva que “lleva 500 años yendo de tu mano a la casa del padre” Unas preciosas palabras que arrancaron la ovación del patio de butacas.
Sería el turno ahora de acordarse de nuestra madre, en esta tierra mariana que juró defender con sangre la pureza de María. Emotivas palabras fueron acompañando una a una a las dolorosas de nuestras hermandades, con dedicación especial a la próxima coronación de Nuestra Madre y Señora de los Dolores y terminando con Nuestra Señora de los Ángeles, la que “ellos soñaron y su nombre le pusieron”, porque “así es Huelva, tierra bendita de María y de la sonrisa más bella de los ángeles”.
Llegando ya a su fin, le llegó el turno a la Virgen de la Victoria, la que “lo llena todo”. Sobre el atril, un ramillete de flores estaba colocadas, flores que portaba María Santísima de la Victoria y que la junta de gobierno entregó el pasado viernes al pregonero junto a las pastas del pregón. Emocionadas palabras de devoción y cariño fueron saliendo de los labios del pregonero mientras iba narrando sus vivencias más íntimas junto a la Reina del Polvorín.
Para terminar, sus versos se dirigieron a su pequeña, que con apenas unos pocos meses de vida veía desde uno de los palcos del Gran Teatro como su padre pregonaba la Semana Santa onubense y le dirigía unas emotivas palabras pidiéndole que por encima de todo, fuera feliz. Juan Ignacio Molina daba fin a su pregón y una atronadora ovación le correspondía desde los asientos que llenaron el Gran Teatro. La Semana Santa 2015 ya quedó oficialmente anunciada, por delante tan solo siete días para que las puertas del Polvorín se abran y de comienzo la “primavera más Bonita”.