Sergio Borrero. Poco más de una semana resta para que amanezca un nuevo Domingo de Ramos. Escasos diez días para que veamos bajar por Santa Fe pequeñas capas de raso rojo acompañando con sus palmas el misterio de la Borriquita o para que la Alameda Sundheim se impregne del sabor cofrade del barrio del Polvorín acompañando a la Virgen del Rosario. Diez días en los que la ciudad, en todas sus vertientes, irá poco a poco transformándose.
A falta del delicioso aroma a azahar de los naranjos que este año aun no han florecido, el mejor ejemplo para palpar la inminente llegada de la Semana Santa es el montaje de los palcos. En la jornada del miércoles la Gran Vía onubense comenzaba a cambiar su aspecto con la instalación de los palcos que formarán el último tramo de la carrera oficial. Una carrera oficial que será igual a la del año pasado, tras la modificación de su trazado discurriendo ahora por la Calle Concepción. Con la imposibilidad de cambiar el sistema de palcos, tan solo resta en los próximos años devolverle su aspecto de antaño, con telas para los palcos en color burdeos y galas doradas, tal y como propuso en su proyecto el presidente del consejo de Hermandades, Antonio González.
Mientras tanto, en el interior de los templos las priostías de las distintas hermandades continua dando forma a los pasos que cobijarán en su estación de penitencia a sus respectivos titulares. Es el ejemplo de la Mayor de San Pedro, donde las hermandades de la Borriquita, Pasión y Descendimiento realizaron sus respectivas “mudás» días atrás y se trabaja ya sobre los seis pasos para dejar todo listo de cara a sus salidas procesionales. Caso parecido nos encontramos en la Catedral, donde la Virgen de los Dolores de la Hermandad de la Merced luce ya preparada de cara al próximo Jueves Santo habiendo sido la primera imagen en colocarse sobre sus andas procesionales. En las casas de hermandad también se dispara en estos días la actividad, estando la totalidad de las hermandades inmersas en el reparto de papeletas de sitio.
Tan solo quedan 10 días, el próximo domingo ya es Domingo de Pasión y la Huelva cofrade despertará con el pregón de Nacho Molina en el Gran Teatro. Desde entonces, la actividad se multiplicará, copando la semana de traslados de las imágenes a sus pasos procesionales y con los últimos cultos y las últimas “mudás”. Días de espera y de preparación hasta que amanezca un nuevo Domingo de Ramos.