Redacción. “Este trabajo es un reconocimiento a personas emprendedoras que dieron todo, incluso la vida, para introducir una nueva especialidad, la Radiología, al máximo nivel en Sevilla, Andalucía y España”. Con esta dedicatoria inició el miembro de la Real Academia de Medicina de Sevilla, el doctor onubense Antonio López Jiménez, su disertación en la conferencia que pronunciara en el Ateneo en la que recuperó la historia de los doctores Felipe Carriazo y Piquero, José Manuel Puelles Ruiz y Leopoldo Murga, a los que son considera ‘Pioneros y mártires de la radiología sevillana’. El doctor Antonio López fue presentado por el también académico y profesor titular de Radiología de la Universidad de Sevilla, Juan Sabaté Díaz. En la mesa presidencial también lo acompañaron el presidente la institución centenaria de Sevilla, Alberto Máximo Pérez Calero; presidente de la Sección de Medicina, Farmacia y Ciencias Afines, Jaime Rodríguez Sacristán; presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Juan Bautista Alcañiz; presidente del Colegio de Médicos de Huelva y del Consejo Andaluz de Colegios Médicos, Antonio Aguado Núñez Cornejo; y la teniente alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, María Dolores de Pablo-Blanco Oliden.
Antonio López Jiménez, además miembro de la Real Academia de Medicina de Sevilla desde junio del 2011, ha sido jefe de Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Infanta Elena, de Huelva, hasta diciembre del 2014 y socio fundador de CEDICO, Centro de Diagnóstico por la imagen con alta tecnología. Y con su trabajo pone de manifiesto las vivencias y vicisitudes, prácticamente desconocidas de los tres primeros médicos sevillanos que, tras el descubrimiento la noche del 8 de noviembre de 1895, en Wursburg (Alemania) por Wilhelm Conrad Rontgen (1845-1923) de los Rayos X, logran traer hasta Sevilla a principios de 1896 de los primeros equipos de radiología, a los que la Electrología, había dado la espalda, y sin tratar, sin protección alguna personal, a los primeros pacientes.
Según López Jimenez, Felipe Carriazo fue el primer fallecido en España por ‘carcinoma radio’ inducido en 1919; José Manuel Puelles lo hace en el año 1925 por afectación hematológica radio inducida tras varias amputaciones y Leopoldo Murga, que tuvo más suerte, en su relación con los Ratos X, muere en 1923 por coma diabético. Si en el año 1895 se descubría los Rayos X al observar la fluorescencia que mostraban unos cristales de platinocianuro de Bario, situados a cierta distancia, de un tuvo de rayos catódicos con el que estaba experimentado Wilhelm Conrad, que en 1901 le proporcionó el Nobel de Física (el primero que se otorgaba) los tres médicos de Sevilla no tardaron en comprar dichos equipos en 1896 después de lo que hicieran los doctores Eduardo Fontsere y César Comas y su primo Agustí Prio en Barcelona, quien publica su propia experiencia de la carcinogénesis latrogena de los Rayos X que le llevaría a la muerte por metástasis de un carcoma de manos en diciembre de 1929.
El académico de Medicina, el doctor onubense Antonio López Jiménez, ha querido recuperar con todo detalle la vida profesional de los tres pioneros en aplicar la nueva tecnología descubierta en ese final del siglo XIX y que luego tanto ha aportado al campo médico en general. Con su estudio se quiere rendir homenaje a los primeros radiólogos andaluces porque su afán emprendedor les pasó luego enormes sufrimientos personales hasta el punto de que el doctor Carriazo, que había establecido en Sevilla el primer Gabinete de Radiología de Andalucía en 1897, sufre apuntación de dedos por radio dermitis en 1916 y en 1918 cáncer ganglionar en axila del cual es operado pero se le reproduce falleciendo en 1919. Sería el primer caso mortal del que se tiene constancia en España por los efectos producidos por falta de protección al exponerse a los Rayos X. Murió, además, pobre y salvo algunas ayudas a su familia, cayó en el olvido y ni una sola en su ciudad recuerda su afán investigador y, sobre todo, innovador en pro de introducir los mejores equipamientos que aquellos tiempos se conocían para diagnosticar enfermedades a sus pacientes. Como indicará el académico, Antonio López, en su conferencia “nadie pudo informar a aquellos primeros aventureros de los riesgos que presentaba la manipulación de los Rayos X porque se desconocían sus biológicos”, de ahí que haya querido calificar de ‘pioneros y mártires’ a los tres radiólogos que apostaron porque nuestra tierra pudiera estar al día contando con los equipamientos que se fueron descubriendo en aquella época.
La conferencia del doctor Antonio López, a la que asistieron médicos e intelectuales de Huelva, fue muy valorada por cuanto se facilitaron dato que eran totalmente desconocidos para la propia profesión médica, que acudió con sus máximos representantes, pero también por familiares descendientes de los tres radiólogos sobre los que se centra el trabajo de investigación, aunque ya quedó sobre la mesa la idea de seguir recuperando la historia de otros más radiólogos andaluces que fueron pioneros en traer hasta Andalucía esta nueva tecnología en el diagnostico de enfermedades, si bien hasta años después de su descubrimiento no se avanzó en las medidas de protección para quienes realizaban estos trabajos en la misma sala donde se hacía las radiologías.