Sergio Borrero. Las cuatro de la tarde de aquel 18 de marzo de 1940 marcaban las campanas de la Parroquia de la Purísima Concepción cuando el Arcipreste de Huelva, D. Julio Guzmán, bendecía bajo las bóvedas del templo la nueva imagen titular de la Hermandad de la Buena Muerte. Nuestra Madre de la Consolación y Correa en sus Dolores quedó expuesta a continuación en besamanos, a cuya finalización fue subida a su paso para realizar estación de penitencia en esa misma tarde de Lunes Santo. Sería esta la primera y última vez que la nueva imagen procesionase en dicha jornada, pues a partir de 1941 la Hermandad pasaría a engrosar la nómina del Jueves Santo.
Huelva recibía entre inmenso gentío (según cuentan las crónicas del diario Odiel) el paso gótico en caoba tallado por Gómez Basilio donde por vez primera, la nueva imagen de la Virgen de la Consolación miraba la cruz vacía envuelta “en rico sudario”. Fue aquella la primera vez que Huelva pudo ver en la calle a una de las imágenes con más bellas y de mayor personalidad de nuestra Semana Santa. Un misterio alegórico que a día de hoy se ha mantenido con la salvedad de los años comprendidos entre 1949 y 1952, cuando la Hermandad decidió procesionar la imagen de la Virgen bajo palio, adquiriendo este a una hermandad jerezana y vendiéndolo posteriormente a la Hermandad de los Estudiantes.
El artista sevillano Joaquín Gómez del Castillo, quien ya había realizado para la Semana Santa onubense la imagen de la Virgen de la Esperanza y el San Juan para la Hermandad de San Francisco, realizó en su taller onubense la talla de la Virgen de la Consolación, un año antes de la del Cristo de la Buena Muerte. Estas imágenes vinieron a sustituir a sendas tallas procedentes de Cartaya que llegaron a la corporación en 1937 para poder procesionar, toda vez que las primitivas imágenes titulares de la cofradía fueron destruidas en 1936 por el fuego republicano en los disturbios de la guerra civil.
Nuestra Madre de la Consolación y Correa en sus Dolores es una de las imágenes de mejor factura salidas del taller de Gómez del Castillo. Para su realización, el imaginero siguió la línea de la anterior titular, una imagen anónima que a mediados del siglo XVIII ya se encontraba en el Convento de las Agustinas, dirigiendo la mirada de la Virgen hacia el cielo. Así mismo, puede apreciarse la clara inspiración del artista en la Dolorosa de la cofradía de Jesús, de Murcia, obra de Francisco Salzillo. El resultado fue una magnífica talla, de aires castizos y conmovedora mirada en la que se refleja un marcado rictus doloroso; dejando caer sobre su hombro derecho un mechón de pelo de su cabellera perfectamente trabajada.
Con motivo de la efeméride del 75 aniversario de su realización, mañana sábado 7 de marzo la Santísima imagen volverá a pisar el templo donde fue bendecida y del que salió en 1995 para volver al templo fundacional de la Hermandad, el Convento de las Madres Agustinas. A las 07:30h dará comienzo el Rosario de la Aurora Extraordinario que llevará a la imagen a la Parroquia de la Purísima Concepción, donde se realizará una misa de acción de gracias a las 08:00h. Una vez finalizada, volverá a ser trasladada de vuelta al Concento de las Agustinas.