Mari Paz Díaz. El invierno ha llegado este año a España mostrando una de sus caras más duras en gran parte del país al registrarse grandes nevadas y temperaturas bajo cero que han sorprendido a muchos. Son imágenes que la mayoría de los onubenses ha visto en los medios de comunicación, mientras que en la provincia de Huelva se vivía la ola de frío de forma mucho más benigna.
Es una prueba más de que la climatología que disfruta Huelva es una de sus características más valoradas. No en vano, en las encuestas realizadas entre los turistas que visitan la provincia onubense se pone de manifiesto que el clima es una de las cuestiones más apreciadas cuando vienen a Huelva, puntuándose con una nota de Sobresaliente. Climatología que se aprecia especialmente durante el verano, pero también en otras épocas del año, como el invierno, puesto que, aunque haga frío, no son temperaturas extremas como se sufre en otros lugares del país -y mucho más en Europa.
En cualquier caso, en los últimos años se ha producido un interés -a veces excesivo- por la meteorología. Prueba de ello es que las televisiones alargan cada vez más los espacios dedicados a la predicción meteorológica y a nadie les resultan extraños conceptos como alerta naranja o isobaras.
Pero, ¿por qué este interés por conocer el tiempo que hará? Hemos acudido a los profesores de Ciencias Ambientales de la Universidad de Huelva, que tienen clara la respuesta: «Porque nos afecta en nuestra vida diaria, en los negocios, en los planes de futuro, en la economía, etcétera. Más allá de esto, resulta ser un tema del que todo el mundo dice entender y sobre el que se puede hablar con cualquiera. Para poner de manifiesto su interés valga reseñar el aumento notable del tiempo dedicado a la información meteorológica en la televisión y en internet. Además, la alusión continua al cambio climático crea mayor interés por la meteorología, aunque en este caso sea tema de la climatología».
De esta forma lo explica a Huelva Buenas Noticias José Enrique García Ramos, profesor del Departamento de Física Aplicada de la Facultad de Experimentales de la Onubense, que lleva doce años impartiendo la asignatura de ‘Meteorología y Climatología’. Una materia que ha permitido a su profesorado tener numerosos conocimientos sobre el tema, instalando incluso una estación meteorológica en la facultad. Eso sí, aclaran que «no nos dedicamos a predecir el tiempo».
En concreto, en Ciencias Ambientales, estas materias se estudian desde un punto de vista descriptivo, diferente a una idea más cuantitativa, que se ofrece en una facultad de Física. Los componentes del sistema climático, la forma en que interacciona la radiación solar con la atmósfera, la termodinámica del aire, el viento, los tipos de nubes, los rudimentos de análisis sinóptico (parecido a la predicción) y el cambio climático son conceptos habituales en las clases de este grado de la Onubense.
En este aspecto, García Ramos revela que las características climáticas de Huelva vienen determinadas por su situación geográfica, comprendida entre los 38º 15” y los 36º 45” de latitud. Una franja donde no suelen producirse fenómenos meteorológicos extremos, puesto que «nos encontramos en la zona de latitudes intermedias y nuestro clima viene fundamentalmente modulado por los frentes atlánticos, las masas de origen ártico -que nos afectan en invierno- y las africanas, en verano». Además, también influye en el tiempo la brisa marina, sobre todo durante el verano, que provoca que la temperatura sea sustancialmente distinta a la de Sevilla, por citar algún ejemplo. Luego, la pluviometría es la propia del clima mediterráneo, con unos 300 días despejados anualmente, una cifra bastante elevada.
A efectos de temperaturas, dentro de la provincia, lo que marca la diferencia es la distancia a la costa, ya que el fenómeno de brisa marina suaviza más el clima cuanto más cerca se esté del mar. En concreto, el océano Atlántico influye en la oscilación entre la temperatura media de las máximas y media de las mínimas. Eso sí, la altitud de la Sierra también determina los grados. En general, Huelva cuenta con un invierno suave, donde las temperaturas se sitúan en el entorno de los 10º y, muy raramente, bajan de los 0º. Por su parte, el verano es caluroso, con temperaturas que rondan los 35º y pueden llegar a los 40º como máximo. Unas temperaturas que son más suaves en el norte de la provincia.
A nivel pluviométrico, no hay grandes diferencias entre unas zonas y otras, aunque siempre se espera algo más de lluvia en la montaña. Las precipitaciones se encuentran alrededor de los 500 mm anuales, si bien pueden aumentar hasta los 1.000 mm anuales en la Sierra. El máximo pluviométrico se registra a finales de otoño-invierno, por lo que es normal que nos encontremos días lluviosos en los meses de febrero y marzo.
En cualquier caso, son condicionantes que podrían verse alterados por las consecuencias del conocido como cambio climático. A este respecto, José Enrique asegura que «la existencia del calentamiento global y obviamente el aumento de la temperatura promedio existe también aquí. Otra cosa es que esto quiera relacionarse con cualquier fenómeno meteorológico que haya (mucho frío, mucho calor, una tormenta fuerte). En resumen, el efecto del calentamiento global se observa cuando se miran valores promedio o lo largo de un periodo de tiempo largo (20-30 años), pero es imposible asegurar si este o aquel fenómeno atmosférico se ha visto intensificado por mor del calentamiento global». Es decir, que por el momento no se puede determinar.
Con todo, podemos afirmar que la provincia de Huelva tiene un clima oceánico mediterráneo que hace que las temperaturas sean muy suaves, un clima que se puede disfrutar a lo largo de todo el año. Y no sólo en verano. Sólo resta saber aprovecharlo.