Redacción. El obispo emérito de Huelva, Ignacio Noguer Carmona, presidirá este miércoles, 11 de febrero, a las 17.00 horas, la Eucaristía con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, con el sacramento de la Unción de Enfermos, en la parroquia de la Purísima Concepción de Huelva, que este año cumple cinco siglos de historia y que estos días alberga la imagen peregrina de la Virgen de Fátima.
Para el director del secretariado Diocesano de Pastoral de la Salud, Manuel Díaz, la esencia de esta jornada, cuyo lema es “Salud y sabiduría de corazón”, es “volver a poner en el centro de nuestra reflexión y de la acción pastoral al enfermo, algo que es un signo de sabiduría del corazón”. Como en años anteriores, un mismo tema une para realizar la Campaña del Enfermo desde la Jornada Mundial, 11 de febrero, hasta la Pascua, el 10 de mayo, VI domingo de Pascua.
La exhortación del Papa Francisco, Evangelii Gaudium, invita a hacer una reflexión sobre nuestras tentaciones como evangelizadores y a anunciar el Evangelio con nuevas actitudes y lenguajes. Es una llamada a abrir los ojos para descubrir dónde están hoy los enfermos, cómo están siendo acompañados y visibilizados en nuestra sociedad e Iglesia, y a transformar el corazón de las mismas para que los pongamos en el centro de nuestras preocupaciones y atenciones, como hizo Jesús.
En este sentido, el director del Secretariado describe cómo “la enfermedad, desde el punto de vista humano, es una desgracia, es algo rechazado, no querido e incluso los hospitales, residencias de ancianos o los tanatorios, los desterramos de la ciudad, todo el sufrimiento lo queremos echar fuera y, evidentemente, nadie quiere estar enfermo. Pero, cuando todo eso se vive de cara a Dios, cobra sentido y, desde el punto de vista de la salud, de la enfermedad o incluso desde el acompañamiento en la misma o en el proceso de la muerte y en el duelo, con Jesús, en su encarnación, se entiende de otra manera”.
Cuando el Consejo Pontificio propone este tema pretende que se descubra que en este tiempo nuestro, en el que sólo cuenta lo que ‘reluce’ y lo efímero, la sabiduría del corazón recupere la mirada hacia el hombre doliente con actitud contemplativa. Además, se hace un llamamiento a los agentes de pastoral, para que se revisen las motivaciones y actitudes a la luz del corazón compasivo de Cristo.