P. G. Si pierdes por 2-0 y te quedas con la certeza de que lo mejor fue el resultado, sobra cualquier otra explicación. Eso fue lo ocurrido en el césped de La Romareda, donde el Recre vio como el Real Zaragoza ganaba el partido (2-0), pero que le perdonaba de haber recibido una goleada de auténtico escándalo. Solo el delantero Pedro, tanto en el primer tiempo como en el segundo, tuvo hasta cuatro ocasiones clarísimas, de esas de gol sí o gol también, pero que las marró de manera incomprensible.
En Zaragoza se vio al peor Recre en mucho tiempo. Firmar un partido sin ningún remate entre los tres palos, y que el único peligro fuera una acción entre Pedro Ríos y Manu Molina, culminada con un disparo de éste arriba, ¡¡¡ en el minuto 92 !!!, ya refleja lo que ocurrió sobre el terreno de juego.
Lo cierto es que el Zaragoza se pudo ir al descanso con ventaja, pero el Recre, al menos sobrevivió hasta el intervalo. Que no era poco. En este Recre cogido con tantos alfileres, ganar tiempo es esencial. Y el lo ganó a su manera, cerrando el primer periodo con el marcador a cero, aunque buena parte de culpa de esa situación la tuvieron los famosos errores ajenos, esos tan recurrentes para explicar historias cuando vienen maldadas.
En este caso el colegiado Trujillo Sánchez, que anuló un gol olímpico a Pedro, por presunta falta de Vallejo a Dani Sotres que no existió; y del propio Pedro, quien solo, solito, a menos distancia del punto de penalti, mandó una pelota casi al Moncayo. Fueron las dos acciones más peligrosas de un Zaragoza que hizo más, mucho más, que este Recre de culpas y pecados, que se sostiene como puede.
De entrada José Luis Oltra, sufrido entrenador albiazul, ya tuvo que hacer más cambios de los inicialmente previstos. Sabido era que Montoro y que Cabrera debían ser relevados, y ahí estaban en las quinielas Antonio Núñez, y probablemente Dani Molina para ello. Al final tuvo que cambiar a un defensa, porque Juanan en la previa sufrió un fuerte proceso gripal. Puede que todo eso lo trastocara todo. O que en mente del técnico ya estuviera eso de lo que ha hablado muchas veces en la sala de prensa: “los inventos”.
Porque Diego Jiménez fue el relevo natural de Juanan, y Antonio Núñez de Cabrera. Lo de Fernando Vega como lateral zurdo, adelantando a Víctor Díaz llevaba la firma de un entrenador. Dio igual, la consigna era no cometer fallos, competir con ganas, hacer un partido incómodo al Zaragoza y sobrevivir que no es poco.
Dicho esto, llegar al descanso con el empate sin goles era un premio a ese esfuerzo y a esa hoja de ruta marcada. Lo consiguió, aunque tuviera que sobreponerse al principio de los arreones iniciales del equipo local, y del empuje de Javi Álamo, el más incisivo de los jugadores aragoneses, que vieron como la ruleta del infortunio le privó del gol con la jugada anulada a Pedro y su error posterior.
Lo que vino a continuación fue una pesadilla para el Recre. Desde el pitido inicial en este periodo, el Zaragoza entró en la defensa del Decano como puede entrar un cuchillo en la manteca, y si no marcó nada más que dos goles fue por propia ineficacia a la hora del remate. Porque ocasiones tuvo de sobras.
Un disparo de Pedro y un remate de Vallejo de cabeza al larguero fueron las cartas credenciales de un Zaragoza que se comió al Recre en la reanudación. A duras penas el cuadro de Huelva se sostuvo en pie, hasta que a los nueve minutos, en una falta al borde del área, Jaime Romero encontró el hueco que dejó la barrera al saltar. 1-0, y a partir de entonces nula respuesta del Recre.
Pedro, Ruiz de Galarreta, William José, Borja Bastón… todos -en el caso del primero en varias ocasiones- tuvieron más goles en sus botas, pero por error y omisión fallaron ante un Dani Sotres nervioso, fallón a más no poder, y que era un regalo para los delanteros locales. Para bien del Recre el Zaragoza sólo marcó un gol más, el de Basha, al rematar de manera impecable desde fuera del área, tras recuperar un balón después de una mala salida del Recre.
Porque hasta ese tanto (67′), y desde el mismo, el partido fue un tormento para el Recre, completamente a merced de un Zaragoza que nunca, nunca, va a tener mejor ocasión de darse un auténtico festín de goles.
Sólo al final, muy al final, con un disparo en semifallo de Víctor Díaz, y el mencionado de Manu Molina, ambos con Pedro Ríos como protagonista, llegó al área rival el Decano, que no hizo absolutamente nada para merecer algo que no fuera una amplia derrota, la que por fortuna no llegó por mor de los errores de los delanteros locales.
REAL ZARAGOZA: Bono; Fernández, Vallejo (Mario, 89′), Cabrera, Rico; Basha (Ruiz de Galarreta, 69′), Dorca; Javi Álamo, Jaime Romero (William José, 59′), Pedro; Borja Bastón.
RECREATIVO: Dani Sotres; Córcoles, Menosse, Diego Jiménez, Fernando Vega; Dimas (Nana, 59′), Jesús Vázquez (Manu Molina, 81′); Pedro Ríos, Antonio Núñez (Caye Quintana, 71′), Víctor Díaz; Rubén
Árbitro: Trujillo Suárez (colegio tinerfeño). Mostró la cartulina amarilla a Basha (62′), por el Real Zaragoza; y a Antonio Núñez (40′), Menosse (53′) y Jesús Vázquez (65′), por el Recre.
Goles: 1-0 (54′) Pedro Romero, al lanzar una falta rasa, desde el borde del área, y colocar el balón en el hueco que dejó la barrera al saltar. 2-0 (67′) Basha, de gran disparo desde fuera del área, tras una mala salida de balón del Recre.
Incidencias: Partido correspondiente a la 22ª jornada en Segunda División disputado en el estadio de La Romareda.