M.G.I. Almonaster la Real es un municipio en el que han convivido diferentes e importantes civilizaciones que han ido dejando huellas enriqueciendo el patrimonio cultural y arquitectónico de la localidad serrana. La mezquita, muestra del legado árabe; la iglesia de San Martín, de estilo gótico mudéjar; la ermita de San Sebastián, del medievo o el Castillo de Almonaster, son algunos de los edificios que levantaron poblaciones que habitaron en la localidad siglos atrás.
De la época romana, Almonaster conserva restos de un yacimiento arqueológico romano que viene a poner en valor la importancia del paso de la civilización romana por la provincia. Se trata del yacimiento de Santa Eulalia, uno de los pocos restos de origen romano que se conservan en la provincia de Huelva, según reza en los escritos del profesor A. Jiménez .
Ubicada a 20 kilómetros del municipio y en un valle entre las orillas del río Odiel, se sitúa la ermita de Santa Eulalia, un pequeño edificio de una sola nave, con presbiterio rectangular y está rodeado por un pórtico de arcos mixtilíneos y de medio punto.
Aunque no está claro el origen del edificio, son muchas las investigaciones que han girado entorno al la época a la que pertenece la construcción. La mayoría de las teorías apuntan a que efectivamente se trata de un edificio romano ya que los muros de arranque del ábside parecer hacer formado parte de un sepulcro de la época imperial. Por las características que presenta, podría hacerse construido en la primera mitad del siglo I.
Según las investigaciones que se han llevado a cabo y los restos hallados en diferentes
actuaciones de mejora del entorno, esta construcción pudo estar vinculada a la actividad minera que se desarrollaba en la zona en aquella época. En relación con los restos, el que más destaca es la torre funeraria que ocupa el espacio del ábside de la ermita de Santa Eulalia.
Una de las investigaciones arqueológicas, que más información han aportado, se llevó a cabo en 1992 y en ella se pudo identificar dos áreas de
habitación pertenecientes a la época romana y vinculadas a la minería, una al sur de la ermita y otra al norte, con muestras evidentes de su relación con la actividad metalúrgica.
El edificio sería una de las manifestaciones de sepulcros turriformes (monumentos funerarios con forma de altar) más importantes del occidente de la Península, ya que este tipo de construcciones funerarias son más comunes de la zona mediterránea. El más antiguo de los conservados en la Península es el de Cartagena al que se le conoce como la Torre Ciega.
La necrópolis, sobre la que posteriormente se erigió la ermita de Santa Eulalia, está levantado con sillares de granito, las esquinas de la torre se vez reforzadas con distintos bloques de piedra granítica.
Después de la reconquista cristiana, sobre la necrópolis se erigió una ermita para satisfacer las necesidades de culto de los nuevo repobladores de la zona. A mediados del siglo XV, se restauró el ábside, construyéndose la bóveda de crucería en ladrillo y, a finales del siglo XVIII, se agregaron al templo el porche, los pórticos y la espadaña.
En 1972 descubrieron, en el ábside de la ermita, un conjunto de pinturas manuales que, según los estudios realizados, datan del siglo XV y que han sido restauradas con posterioridad. Las pinturas representan, dentro de una serie de hornacinas, a San Jorge, Santa Julita, Santa Eulalia, la Virgen con el Niño y San Miguel. En el lado izquierdo, aparece San Vicente junto a varias escenas de la Vida de Santa Eulalia y, finalmente, en otro de los muro se representa a Santiago y a San Sebastián.
Actualmente, el yacimiento de Santa Eulalia y la ermita se convirtieron, desde el año 1.606, en un lugar de culto y de celebración de una de las romerías más antiguas de España, la romería en honor a Santa Eulalia. Miles de romeros, devotos y curiosos llegados de distintos puntos de la sierra onubense, se dan cita en el mes de mayo para participar y disfrutar de una de las fiestas con mayor historia y tradición de toda la comarca.
La ermita de Santa Eulalia, su entorno y un antiguo coso taurino fueron declarados Bien de Interés Cultural y pertenecen al amplio Conjunto Histórico de Almonaster, una muestra inequívoca de la riqueza y la importancia histórica, cultural y patrimonial de la provincia de Huelva.
