Redacción. Aumenta el Clero en nuestra diócesis. El próximo sábado, 8 de noviembre, la Santa Iglesia Catedral acogerá, a las 11 horas, la ordenación sacerdotal de Nicanor Rubén Sánchez Arancibia, quien celebrará su primera misa en el monasterio San Juan Bautista de las Carmelitas de Villalba del Alcor el 9 de noviembre, a las 17.30 horas.
Además, junto a Nicanor Rubén Sánchez, el 8 de noviembre, tres seminaristas serán ordenados al diaconado de manos de nuestro obispo, José Vilaplana. Son Quisito Desiderio Ndivo Nchama, Manuel Beltrán Borrero y Antonio Fernández Albarrán.
Para nuestro obispo, José Vilaplana, cada vocación es como “un milagro en este momento que vivimos” y subraya el hecho de que “haya una persona que decida dejarlo todo por Jesucrito y por servir a la Iglesia es una gran alegría”. Además, el Obispo señala el horizonte esperanzador que se abre de cara a los años venideros, ya que la perspectiva es que “tendremos ordenaciones cada año, algo que es un motivo para dar gracias a Dios y para seguir pidiendo por las vocaciones, porque todos sabemos el bien que un buen sacerdote y un buen diácono puede hacer a una parroquia”.
RUBÉN SÁNCHEZ. “Quiero ser un sacerdote cercano y referente para la vida con Dios”. Por mi vida han pasado figuras sacerdotales muy fuertes que han marcado mi vida. Sacerdotes que tienen una vida espiritual firme, que creen realmente en Cristo y en el proyecto del Reino de Dios y que viven su pastoral de una forma cercana a la gente. Esa experiencia que yo viví de cerca como parroquiano, como seminarista, como diácono y, ahora, como futuro pastor, es lo que quiero ser: un sacerdote cercano a la gente y referente para la vida con Dios. Como decía el cardenal Van Thuan, más que hacer obras, vamos a acercarnos a Dios y Él nos llevará a hacer cosas grandes para la sociedad, para el mundo y para nuestras vidas. En fin, Dios sabrá qué quiere hacer conmigo. Yo estoy dispuesto a servirle y también al pueblo y a la gente. Me hace mucha ilusión estar con ellos pero, sobre todo, como decía San Agustín, para ellos soy su pastor, pero con ellos soy cristiano y eso es lo que quiero ser, un hermano para esas comunidades.
MANUEL BELTRÁN. “Para mí el diaconado es servir desde la humildad”. Me planteo el diaconado como servir desde la humildad. Como dice el libro del Éxodo, “Descálzate, porque la tierra que pisas es sagrada” (Ex 3,5) y toda persona que se ponga delante de nosotros es sagrada. Tenemos que llegar con humildad, no irrumpiendo en sus vidas, sino desde la sencillez. Precisamente, yo voy a los pueblos donde ha estado Rubén (Alájar, Linares de la Sierra, Fuenteheridos, Castaño del Robledo y Cortelazor) y es gente sencilla y muy cariñosa.
ANTONIO FERNÁNDEZ. “Hay que ser espejo de Cristo desde la caridad”. El servicio es una de las principales características del diaconado. Yo creo que la humildad tiene que ser un elemento primordial en el servicio, no ir avasallando y ser espejo de Cristo y ser capaces de reflejar la luz que Cristo nos da y transmite y hacer todo eso desde la caridad. Todo nos va a llevar a ser verdaderos Cristo aquí. Como diácono, estaré en Valverde.
QUISITO DESIDERIO NDIVO NCHAMA. “Es transmitir a la gente el amor de Dios en tu vida”. Yo parto de que “No he venido a ser servido, sino a servir” (Mt, 20, 28). Y en esa misma línea, el Señor se pone en nuestras manos, para que también hagamos lo que Él ha hecho por nosotros. Me remito a otra frase que hemos recogido en nuestro recordatorio: “El Señor ha sido grande, grande es su amor”. Es decir, después de haber experimentado la misericordia del Señor, su grandeza y amor sobre tu vida, no te queda otra alternativa que ser capaz también de transmitir ese amor. Tener ojos de misericordia y de compasión a la gente que el Señor va a poner a nuestro alcance y ser reflejo de ese amor suyo que ha pasado por tu vida y también hacerlo pasar por la vida de esos hermanos. Seré diácono en Almonaster la Real.