Mari Paz Díaz. Hablar de Pedro Naranjo en Huelva no es nada fácil. Principalmente porque son muchos onubenses los que han pasado por sus manos y saben de su generosidad a la hora de realizar su trabajo. Una labor que hace unos días ha sido reconocida: Pedro Naranjo recibía durante los actos conmemorativos de la festividad de La Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias, la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario. Un acto que tuvo lugar en el Centro Penitenciario de Huelva.
El reconocimiento al jefe de Cirugía General del Hospital Infanta Elena de Huelva le llegó por sorpresa, «no me lo esperaba, ni que tuviera tanta repercusión, sobre todo porque es un trabajo que realizo con mucho gusto, como una actividad cotidiana. Así que me ha sorprendido gratamente».
Naranjo es el responsable de la puesta en marcha en la Prisión Provincial de Huelva de un servicio que presta la Unidad de Cirugía del Infanta Elena, que ha permitido reducir de forma considerable el número de traslados al hospital.
Tal y como nos cuenta este cirujano, «este servicio surge en el año 2007 en el marco de un curso de asistencia primaria ambulatoria que realizamos todos los años sobre técnicas de cirugía menor al que en esa edición asistieron un grupo de enfermeros y médicos del Centro Penitenciario. Uno de esos profesionales nos planteó en mayo la posibilidad de llevar a cabo un programa para atender a los internos en la misma cárcel, sin necesidad de llevarlos al hospital. Nos gustó la propuesta y en el mes de junio me trasladé al centro, donde pude comprobar las magníficas instalaciones que tienen en Enfermería. Así que nos pusimos de acuerdo para ponerlo en marcha de inmediato».
De esta forma, durante los últimos seis años, este facultativo lleva trasladándose una vez mes al Centro Penitenciario de Huelva, donde suele atender a una veintena de pacientes, personas que no tienen que ser trasladadas al hospital, con todo lo que ello supone, desde las medidas de seguridad a otras cuestiones relacionadas con la dignidad de las personas, «ya que yo en el Centro Penitenciario puedo ver al enfermo acompañado sólo por un funcionario, resolviendo la consulta en cinco minutos con un coste cero e incrementando la rapidez en solucionar la patología».
Así, más de 700 internos han pasado por la consulta de Cirugía en el Centro Penitenciario desde que en junio de 2007 diera comienzo la actividad, además de llevarse a cabo por parte de los cirujanos del Infanta Elena unas 300 intervenciones de cirugía menor ambulatoria en las mismas instalaciones de la Prisión, normalmente patologías no de mucha envergadura, como quistes, verrugas o uñas encarnadas.
Cirugía es la segunda unidad del hospital que se desplaza a la cárcel onubense. La primera fue la de Infecciones, a la que se han ido añadiendo otras áreas, como Trauma y Salud Mental.
Ahora, con el reconocimiento obtenido se ha puesto de manifiesto esta labor, pero también se ha fijado la mirada en la figura de Pedro Naranjo, un cirujano muy querido en Huelva, que a pesar de ser de San Fernando (Cádiz) se siente como un onubense más después de llevar ejerciendo su actividad médica en la provincia de Huelva desde 1985, hace ya casi 27 años. Por este motivo, el médico asegura que el Infanta Elena «lo es todo para mí desde el punto de vista profesional, dado que he desarrollado aquí todo mi trabajo, prácticamente desde que acabé la Residencia en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla». Además, reconoce que para un gaditano adaptarse a Huelva es muy fácil, debido a que existen muchas similitudes entre Huelva y Cádiz.
Todo ello sin olvidar el lado más solidario de este cirujano, jefe de servicio de Cirugía del Infanta Elena desde el año 2000. Un aspecto de su personalidad desconocido por muchos, pero que pone de manifiesto la calidad humana de este profesional de la medicina.
En concreto, Pedro Naranjo ha formado parte entre los años 2007 y 2010 del proyecto onubense de Médicos con Iberoamérica, Ibermed. Esta entidad se encargaba de enviar en la segunda quincena de septiembre dos expediciones, una a Guatemala y otra a Ecuador, con el objetivo de realizar intervenciones quirúrgicas. Cuatro años en los que este profesional tuvo la oportunidad de desplazarse a dos ciudades ecuatorianas en las que de lunes a viernes se dedicaban a operar a su población, mientras que durante el fin de semana se desplazaban de un lugar otro. «En 40 días teníamos la oportunidad de operar hasta 400 pacientes, lo que hacía una media de diez por día. Lo hacíamos con todo tipo de patologías, desde cataratas, varices, vesículas, problemas abdominales, etcétera. Una experiencia muy bonita, irrepetible», nos comenta este cirujano, onubense de adopción.
Unas vivencias que recuerda con mucho cariño y que compaginó con su trabajo en el Hospital Infanta Elena de Huelva, donde llega a diario a las ocho de la mañana, «o un poco antes porque me gusta llegar temprano, me doy una vuelta por la planta y ya realizamos el trabajo según la organización semanal. Todo ello, a pesar de las dificultades que pueda haber, con ilusión y pensando siempre en el paciente y en ayudar para mejorar y salvar vidas humanas«.
Un trabajo y una dedicación que ha merecido el respeto y la consideración de sus compañeros de profesión, de las instituciones y de sus pacientes, que reconocen el trato que reciben de este médico, que, por encima de su perfil como buen profesional, destaca por su calidad humana. Así es Pedro Naranjo.
1 comentario en «Pedro Naranjo, medalla a la solidaridad»
Las buenas obras son las que quedan en la memoria y pasan a la historia como un testimonio de servicio a la humanidad sufriente.Que El Señor le conceda su merecido.