J.A. de Mora. Nacer en Madrid por circunstancias es una anécdota que queda empequeñecida por vivir sus primeros tres años en la tierras rojas de Riotinto y criarse en la etapa clave, aquella en la que se modela uno como persona, en Huelva. Eduardo Ezama Toledo es de esos afortunados que tuvo el privilegio de formarse en sus primeros años en un centro tan singular como el antiguo Colegio Francés, experiencia culminada con el BUP y COU en el Instituto La Rábida. Hasta los dieciocho años cuando entra en el mundo de la universidad cultiva, en este confín del suroeste europeo, a los amigos de verdad, a los de para siempre. Por eso necesita, como muchos otros, volver a su esencia cada verano en Punta Umbría que, según sus palabras, fue y sigue siendo el punto de encuentro de todos nosotros, compartiendo nuestros comienzos universitarios, la vida profesional, los matrimonios y en esta última época celebrando las primeras entradas en los 50 años.
En este ecuador vital Eduardo siente que se encuentra profesionalmente en la mejor etapa creando proyectos nuevos con mucha ilusión, y personalmente con la madurez calmada, disfrutando de los momentos intensamente con mi familia y amigos y deportivamente disfrutando como un adolescente en un segmento de veteranos que me permite competir en otros países y con personas que en la madurez mantienen el espíritu competitivo como a los 18 años.
Casado, con dos hijas de 13 y 17 años, respectivamente, Ezama practica el arte de la esgrima, único deporte olímpico de origen español que, además de cierta resistencia física, sobre todo requiere equilibrio mental y capacidad para anticiparse a lo que se avecina, actuar interpretando lo que el futuro puede deparar. Quizá por eso este onubense afincado en Madrid desarrolla su actividad en torno a un concepto que tanto tiene que ver con esa actitud prospectiva: la innovación.
Tras estudiar ingeniería química en la Complutense, Eduardo Ezama inició un amplio periplo profesional, trabajando en diversas compañías multinacionales como ABB, Yokogawa, Mobil Oil, Exxon Mobil, , Kuwait Petroleum y Galp Energía. También impartió docencia en la Universidad Francisco de Vitoria y ocupó puestos de responsabilidad en Antena 3.
A partir de 2006 se pasó al difícil pero gratificante rol de empresario y sigue desde entonces generando ideas pero ahora para ponerlas en práctica a título personal. Hoy gestiona con éxito cuatro iniciativas distintas, Innovación PLV, Macaronesia Suncare, Avatar Digital Services, y Safari Crowdfunding. Con la primera de ellas, en la que diseña, fabrica e instala elementos en el punto de venta desde un pequeño expositor a grandes “shop in shop”, ha conseguido contar con marcas clientes de la importancia de Sony, Philips, Coca-Cola, Heineken, McDonald´s o Movistar.
Este dinámico empresario piensa que llegar a ser un buen profesional, y también una buena persona, depende de creer en ello. Y está fe actúa en la búsqueda de la felicidad porque para mí luchar por lo que se quiere es vital, por ello, creo que nunca tenemos la felicidad plena, todos los días hay que trabajar para mejorarla, no vale parar y conformarse.
Tal perspectiva, según nos indica, proviene de los valores transmitidos por sus padres que en aquellos tiempos de la adolescencia me inculcaron la importancia de la formación, la dignificación del trabajo, el esfuerzo por conseguir metas basados en el merito y la constancia.
Este concepto nuclear en su actividad, la innovación, es la búsqueda de la excelencia, es como buscar la felicidad todos los días, a nivel empresarial tenemos que tener como objetivo soluciones novedosas a nivel de producto, gestión, desarrollo, estamos en un mundo plano y cambiante en el que la dinámica nos arrolla en cuanto paremos para respirar.
Pero parece que Eduardo Ezama tiene alguna fuente de energía inagotable porque, además de en su intenso trabajo, además de ese entusiasmo practicado en el esgrima y de la atención que le profesa a su familia, aún le resta capacidad para desarrollar otra apasionante afición, la gastronomía donde para el, y como no podía ser menos, la innovación es una fuente esencial. Preguntado por cual sería a su criterio una buena noticia a destacar, nos dice que sin duda, que el paro bajase por debajo del 5% en España.
Venir a Huelva todos los veranos forma parte de la oportunidad de disfrutar, al menos en parte, de la calidad de vida que, según Eduardo Ezama, se goza aquí. A esa carga de energía que la vuelta a sus orígenes le proporciona periódicamente se suma el seguimiento del poema de Rudyard Kliping, “IF”, para afrontar el horizonte con ese afán de superación que le permite cosechar éxitos en su vida profesional y personal.
Enhorabuena, Eduardo.
2 comentarios en «Empresa, esgrima y gastronomía. La innovación según el onubense Eduardo Ezama»
Enhorabuena a Eduardo por el articulo. No lo veo hace mucho tiempo, por lo que me alegra que le vaya tan bien.
Si señor estoy totalmente de acuerdo con su artículo
Esta persona es un ejemplo, un espejo donde mirarse
Felicidades a los 2 a usted por el artículo y a Eduardo por ser como es