Paula Crespo. Hasta la misma Luna han llegado las influencias de Huelva y los personajes ilustres de nuestra tierra. Así, en plena superficie lunar existe un cráter, que desde 1976 lleva el nombre de Ab? ‘Ubayd al-Bakr? Hwa ‘Abd All?h Ibn ‘Abd ‘Az?z Ibn Muhammad al-Bakr? (Abu Abdullah al-Bakri Al-Bakri). Fue en ese año cuando la Unión Internacional Astronómica decidió cambiar la antigua denominación que recibía este accidente geográfico de Tacquet A por el del botánico, geógrafo e historiador onubense.
Se trata de un cráter de 12,21 kilómetros de diámetro y un kilómetro de profundidad, situado en el borde noroeste del Mar de la Tranquilidad, al sur del brazo este de los Montes Haemus, que limitan con el conocido Mar de la Serenidad hacia el norte. Hacia el sur del cráter Al-Bakri se encuentran los ‘canales’ del Rimae Maclear.
Las coordenadas exactas del cráter Al-Bakri son 14°20 N 20°15 E y se caracteriza por que en sus laderas interiores se perciben manchas oscuras de bajo albedo y rayas radiantes. Primeros planos del mismo hacen que parezca una especie de “nebulosa brillante del anillo lunar”. Así se describe en una de las fichas técnicas del cráter.
Al-Bakri
Para saber más sobre la figura de Abu Abdullah Al-Bakri, HBN ha consultado al ingeniero técnico del Ayuntamiento de Punta Umbría y profesor de la Universidad de Huelva, Fernando Barranco Molina.
Barranco es además autor de varios libros sobre la provincia de Huelva, entre ellos Paisajes de Punta Umbría (1995) y responsable de la denominación de una céntrica plaza del municipio costero con el nombre de Al-Bakri padre: “Abd al-Aziz Al-Bakri, el padre, era el gobernador del reino Taifa de Huelva, en el que Isla Saltés era un enclave importante, y un rey muy querido. Tanto que los puntaumbrieños lo conocían como el ‘rey de Punta Umbría’ porque aunque Isla Saltés se encuentra en término municipal onubense, el acceso a la Isla es mucho más fácil y cerca desde Punta”, explica Fernando.
Su hijo “fue uno de los geógrafos más importantes de Al-Ándalus. En aquella época el rey taifa de Sevilla, Al-Mu’tamid se dedicó a anexionarse el resto de taifas engañando a los otros reyes. Los invitaba a los baños árabes y una vez allí les tapiaba la pared para que se ahogaran y luego les cortaba la cabeza. Cuando Al-Bakri vio que era su turno negoció irse a Córdoba con pensión vitalicia y universidad para su hijo. Al-Bakri era un romántico y un amante de la botánica y quería que su hijo estudiara”.
Aunque pasó toda su vida en Al-Andalus, concretamente entre Sevilla, Almería y Córdoba, “que por aquel entonces rondaría el millón de habitantes”, según explica Fernando Barranco, Al-Bakri escribió sobre lugares que nunca visitó de Europa, África del Norte, y la península arábiga.
Entre los trabajos que han llegado a nuestros días -solos dos-, sobresale Kit?b al-Mas?lik wa’l-Mam?lik (‘El Libro de Carreteras y de Reinos’), que destaca especialmente por su objetividad. Esta publicación de 1068 está basada en la literatura e informes de viajeros y comerciantes como Muhammad ibn Yusuf al-Warraq (904-973) y Abraham ben Jacob para cada uno de los lugares que incluye además de la geografía, el clima y la botánica de las ciudades principales, describe a las personas y sus costumbres, así como varias anécdotas sobre cada lugar.
La de Al-Bakri es una de las más importantes fuentes para la historia de África occidental y da información crucial sobre el Imperio de Ghana, la dinastía almorávide y el comercio trans-subsahariano. Asimismo escribió una enciclopedia del mundo.
Para quienes desconocían este hecho mirar a la Luna será un poco más especial si cabe, pues allí a más de 380.000 kilómetros de distancia hay un pedacito de la historia de Huelva.