Ángel Custodio. Hace unos días cuando estaba viendo en la televisión como el jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, se llevaba para su casa el balón con el que se había jugado el partido, me dio por volver en mi pensamiento hacia el año 1940 y pensé que esto no se podía hacer en aquellos tiempos, y explicaré el porqué:
Cuando finalizó la guerra civil, los niños jugábamos con unas pelotas de trapo y apretadas con cuerdas, en las que algunos eran auténtico artistas y las hacían en lo que nosotros llamábamos de cuadritos, que era enlazando las cuerdas como los paralelos y los meridianos en las reproducciones de la bola del mundo.
Entonces, los balones no eran de una sola pieza como los actuales, estos se componían de dos piezas, uno que era la parte exterior de cuero y con los trozos de piel cosidos a mano. El interior era el “gomatico”, (asi llamábamos a la goma interior de los balones aquí). El cierre era abertura en el balón, que se unía con una tira de cuero, (como los cordones de zapatos), y que si rematabas de cabeza y tenías la “suerte” que te diera en la frente, te acordaba de ello durante una o dos horas.
Los balones eran muy caros y escasos y recuerdo que el utillero del Velódromo, que creo se llamaba Salvador, reparaba a diario los balones descosidos en los entrenamientos. También se untaba una grasa en los balones, para la conservación de la piel.
Por todo esto, creo que si en el año cuarenta le hubieran dado el premio al que marcaba tres goles, le hubiesen entregado un “diploma” en lugar del balón.