Mari Paz Díaz. En algunas ocasiones se ha acusado a Huelva de vivir de espaldas al mar. Sin embargo, la historia de la ciudad cuenta con numerosos episodios que ponen de manifiesto la riqueza patrimonial onubense en relación con su ría y su carácter marinero.
Un ejemplo nos llega a través de Antonio Luis Andivia Marchante, un onubense de 32 años Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, que en la actualidad está haciendo el doctorado en el Área de Arqueología del Departamento de Historia I de la Universidad de Huelva. Su tema de investigación: Los Muelles Históricos del Puerto de Huelva, financiado por la Autoridad Portuaria de Huelva.
El primer contacto de Antonio Luis Andivia con el mundo de los muelles embarcaderos onubenses fue su trabajo fin de máster en Arqueología y Patrimonio de la Universidad de Huelva sobre el Muelle de la Compañía de Tharsis, presentado en diciembre de 2011, donde tuvo la oportunidad de adentrarse en la arqueología industrial en Huelva (su historia, sistema de construcción, método de explotación…), centrándose en el conjunto industrial del Puntal de la Cruz y las instalaciones mineras de Corrales.
«En Huelva hemos tenido un conjunto de muelles metálicos probablemente único en el mundo, ya que refleja la evolución de este tipo de estructuras a lo largo del último tercio del siglo XIX y primer cuarto del siglo XX». De esta forma tan clara se expresa este investigador cuando le preguntamos por el papel que juegan estas estructuras en Huelva.
En este aspecto, Andivia pone de manifiesto que, aunque es de sobra conocida la importancia de la minería en Huelva, tanto en su economía como en la sociedad desde mediados del siglo XIX, a veces parece quedar relegado a un segundo plano el Puerto de Huelva, a pesar de ser «donde se embarcaban los productos metalíferos hacia los centros de producción, europeos fundamentalmente. El periodista Fernando Risquet, que escribió una serie de artículos sobre la situación de la zona minera en 1931 en la revista Nuevo Mundo, usó una metáfora que me encanta para definir el vínculo milenario entre la mina y el puerto: «si las minas son el estómago de Huelva, el puerto es el cerebro»».
En este entramado, «el negocio minero no hubiera salido adelante sin los muelles. Fueron las compañías británicas las que implantaron esta nueva tipología arquitectónica en España. Se trata del muelle ferroviario avanzado, a modo de espigón, de airosa estructura metálica en claraboya y dotado de las infraestructuras necesarias para el transbordo de mercancías a través de modernas grúas a vapor u otros sistemas de explotación. El embarque de minerales había consistido hasta el momento en la descarga en embarcaciones de pequeño porte que trasladaban la mercancía desde la orilla hasta los buques de gran tonelaje, anclados en las zonas de mayor calado en el Odiel», explica el investigador.
Sin embargo, a pesar de la extraordinaria importancia de los muelles, hasta el momento nunca se había realizado un trabajo monográfico para conocer su historia, salvo algún que otro estudio inicial centrado sobre todo en el Muelle de la Compañía de Rio Tinto (1876).
Los principales muelles del Puerto de Huelva fueron los dos británicos, es decir, el Muelle de la Compañía de Tharsis (1871/1923, fecha de la ampliación del muelle, cuando se le adosó al viaducto del primitivo un nuevo ramal de embarcadero, que es realmente el que vemos hoy día con la oficina puente, ya que el ramal original fue desmantelado en 1980 por la propia compañía, aunque queda el viaducto de acceso. Este muelle estuvo activo hasta 1991); el Muelle de la Compañía de Rio Tinto (1876), que quedó fuera de servicio en 1975; y los construidos por la Junta de Obras del Puerto de Huelva para el grupo de compañías mineras menores que no podían costearse embarcaderos propios: el Muelle Sur (1888-1893), desmantelado en 1927 para construir el definitivo Muelle de Levante (1932), y el Muelle Norte (1908), que se vino abajo en 1979 por los efectos de una draga que trabajaba en su proximidad.
Al margen de estas grandes estructuras, el Puerto de Huelva ha contado con otros muelles de menor porte, pero no por ello de menor importancia, como han sido el Dique de la Pescadería o el Muelle de Larache, el más lejano Muelle de la Reina en La Rábida (1892), entre otros.
Eso sí, dentro de este rico patrimonio, no cabe duda de que los muelles de Tharsis y el de la Compañía de Rio Tinto deben ser considerados como dos hitos fundamentales dentro de este conjunto patrimonial, «son testigos privilegiados de toda una época y su estudio ha de contribuir al conocimiento de nuestro pasado. Es hora ya de superar la clásica visión antagónica de la minería onubense y valorar en su justa medida las consecuencias positivas y negativas de dicho periodo».
Huelva, a la vanguardia de la ingeniería española de la época. La construcción de estos muelles puso a Huelva en la vanguardia de la ingeniería española de la época. Como explica este doctorando, «la puesta en servicio del Muelle de Tharsis demostró al resto de compañías mineras que operaban en la provincia y a las que tenían intención de hacerlo -como la todopoderosa The Rio Tinto Company Ltd– que la exportación de mineral se podía multiplicar con una moderna infraestructura de embarque en el Puerto de Huelva. Por ello la participación de estos muelles en el desarrollo del negocio minero fue determinante».
Entre las aportaciones de este estudio se encuentra el hecho de que el Muelle de Tharsis inaugura en España la tipología de muelle metálico creada en Reino Unido bajo el impulso de la industrialización, una idea a la que Andivia puntualiza que «si bien es cierto que el Muelle de Hierro del Puerto de la Coruña (1869) se adelanta en dos años al levantado por The Tharsis Sulphur & Copper Company Ltd., es necesario matizar que éste no fue concebido para la gran carga de mercancía, sino para el embarque de pasajeros y pequeños bultos y sin conectar con línea férrea alguna. Es pues el de Tharsis el primer muelle cargadero de mineral construido en España con tecnología importada del Reino Unido. Básicamente consiste en la aplicación de un nuevo material para la construcción, el hierro, que cambió el paradigma mismo de la arquitectura contemporánea y permitió la aparición de un nuevo concepto constructivo, el ensamblaje».
Otra gran novedad de estos muelles es la aplicación por primera vez en España del sistema de cimentación patentado por el ingeniero irlandés Alexander Mitchell en 1834, consistente en el uso de roscas de fundición acopladas a los pilotes de sustentación que permitían la hinca en terrenos tan problemáticos como el lecho marino de la ría.
En este aspecto, el Muelle de Rio Tinto merece mención especial, ya que probablemente sea la única muestra de muelle de embarque por gravedad que queda en el mundo, al margen del ámbito de las islas británicas. Sobre esta infraestructura, este investigador nos explica que «se prescinde del parque de grúas y se opta por un sistema de rampas ascendentes y descendentes que vuelca el mineral directamente sobre las bodegas de los buques sin necesidad de costosos aparatos de elevación. No obstante ésta es una afirmación provisional, sujeta a posibles hallazgos que puedan sucederse a lo largo de la investigación. Lo que sí estamos en condiciones de confirmar es que sólo hay dos obras en el mundo que combinan en su cimentación el sistema de helicoides de sustentación mencionado junto con plataformas de madera a nivel de superficie del terreno para descargar en ellas parte de la gran carga que implicaba la construcción de un muelle con tres alturas como es el de Rio Tinto. La otra obra es el Faro de Maplin Sand, construido en el estuario del Támesis en 1838 por el mismo Alexander Mitchell».
En esta línea, Antonio L. Andivia lanza un mensaje a los onubenses con respecto a la conservación de los muelles: «En 1994 la Compañía de Tharsis inició las obras de demolición de la parte ampliada del muelle, desmontando las grúas y demás material férreo para su venta como chatarra. Fue la iniciativa ciudadana, a través de los diarios locales, la que puso el grito en el cielo y permitió que se iniciara el trámite para su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento. Espero que, tarde o temprano, se pueda contar con la imprescindible colaboración de la institución pública, la iniciativa privada y, cómo no, de aquella participación ciudadana que en su día motivó la salvaguarda de lo que ha quedado de la obra. Ninguna sociedad que se considere civilizada puede obviar la importancia de su pasado».
Y es que este onubense reconoce que en Huelva existen expertos en patrimonio industrial que conocen la importancia de estos muelles, así como muchos aficionados a todo lo concerniente al mundo de la minería onubense contemporánea, como sucede con los antiguos trabajadores de diversas compañías que están aprovechando las posibilidades que ofrece la red para rescatar del olvido muchos de sus recuerdos, «pero me temo que una parte importante de la ciudadanía desconoce la riqueza que implica tener estos muelles en nuestro puerto».
Para ello, considera que una declaración como Bien de Interés Cultural no es suficiente, como lo demuestra el hecho de que «la salvaguarda, conservación y puesta en valor de los muelles, en parte, sí se ha cumplido con el Muelle de la Compañía de Rio Tinto, objeto de diversas restauraciones, aunque su puesta en valor se ha puesto en duda ya que con la imagen que presenta hoy día es imposible hacer una interpretación del mismo, saber cómo funcionaba, pero el Muelle de Tharsis, paradójicamente declarado BIC antes que el de Rio Tinto, languidece ahora sobre las aguas del río que lo vio nacer, mostrando una imagen de ruina industrial«.
Andivia afirma que «el estado que presenta el Muelle de Tharsis requiere de medidas de urgencia que culminen en la restauración de una de las obras más emblemáticas de la historia de la arquitectura onubense y la puesta en valor de su excepcional atractivo como recurso patrimonial. Rescatar así la memoria del muelle implicaría asumir una serie de costes que cierta mentalidad tacha de prescindibles dada la coyuntura económica que se atraviesa. Por ello debe ser también tarea del investigador contribuir a la difusión de su trabajo para una mayor sensibilización de la sociedad hacia los bienes del patrimonio industrial como generadores de una riqueza no sólo cultural sino también económica».
Su estudio es el primer paso hacia este fin, ya que su objetivo es documentar la trayectoria vital de estas estructuras, consciente de que el patrimonio arquitectónico es un patrimonio vivo, siempre sujeto a cambios, lo que ofrece una visión general de la historia de Huelva de sumo interés, sin olvidar otros datos como pueden ser los trabajadores jubilados de las compañías mineras.
En definitiva, «se trata de contribuir al conocimiento histórico de la Huelva contemporánea partiendo de los remanentes físicos de su pasado más inmediato (…) Porque para respetar el patrimonio primero hay que conocerlo, hay que saber lo que tiene uno entre las manos y quizás sea una deuda pendiente que tenemos los onubenses, pues las más de las veces pasamos por la ciudad delante de hitos arquitectónicos y no les prestamos ninguna atención».
Para realizar esta importante contribución, Andivia cuenta con la colaboración de su director de tesis, Juan Manuel Campos Carrasco, Catedrático de Arqueología de la Universidad de Huelva y actual Decano de la Facultad de Humanidades, y la codirección de la doctora Mª Asunción Díaz Zamorano, profesora de Historia del Arte de la Onubense, gran experta en arquitectura y urbanismo onubense contemporáneo, y de la doctora Ana Mª Mojarro Bayo, directora del Archivo del Puerto de Huelva y máxima autoridad en el conocimiento de la historia del puerto.
Estos condicionantes hacen presagiar que este estudio que está en proceso de elaboración tendrá un largo recorrido, teniendo en cuenta además que la Arqueología Industrial es una disciplina científica muy joven, ya que nació en el Reino Unido en la década de los sesenta del siglo pasado y poco a poco se está asentando aquí en España. Ahora, con este trabajo, se inaugura una nueva línea de investigación en la UHU, que, junto con Córdoba, son las únicas universidades españolas que están aplicando la m
2 comentarios en «Los Muelles del Puerto de Huelva, un conjunto metálico único en el mundo»
Excelente trabajo en relación a uno de los pilares más importantes en el desarrollo de Huelva y su provincia: el puerto y sus muelles. Es necesario poner de relieve cuanto ha contribuido la actividad portuaria en este desarrollo, en unión de otros sectores como la pesca y, muy especialmente con el sector minero entre finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Esto no habría sido posible sin el conjunto de instalaciones portuarias, tanto públicas como privadas y que deberán seguir teniendo su protagonismo en la economía onubense.
En el Muelle de Río Tinto debería restituirse la elininada portada metálica de acceso al Paseo Francisco Montenegro y continuar la via hasta detrás de la Estacion de f.c. de Sevilla,dotando esta instalación de un sistema eléctrico que permitiera ver los vagones subiendo y bajando por las rampas del muelle ( aunque se prescindiera de las locomotoras). Y esperar, ahora que en Huelva se desarrollan muchos proyectos mineros………