HBN. Con motivo del centenario de ‘Platero y yo’, la revista Viajar ha realizado un amplio reportaje del Moguer de casas blancas, al que recomienda una visita casi obligada con motivo del aniversario de la obra universal de Juan Ramón Jiménez.
Según este artículo, firmado por Carlos Pascual, «Moguer, a orillas del río Tinto (que antes fue ría, y por tanto mar), vive la efemérides entregada a su poeta. Pues Juan Ramón nació allí, la víspera de Nochebuena de 1881, en la calle Ribera, número 2. En una casa neomudéjar que acaba de ser remodelada para mostrar la relación de Moguer con el mar, y con el vino (el padre era vinatero, en una comarca que ostenta ahora la Denominación de Origen Vinos del Condado)».
Además, la publicación añade que «cuando Juan Ramón tenía solo 4 años, la familia se mudó a una casa mejor acomodada, en la Calle Nueva. Una casona andaluza, del siglo XVIII, que desde entonces ha sido lieu de mémoire del autor. El muchacho se fue a estudiar a Cádiz, luego a Sevilla (pintura) y con 19 años se lanzó a la conquista de Madrid. Tuvo que regresar a la casa de Moguer en 1905 (muerto el padre, el negocio familiar había quebrado), y allí vivió hasta 1912. Luego vendría la marcha definitiva, primero a Madrid, luego al exilio, a América. La casa, de dos plantas en torno a un patio interior cubierto, con un pequeño aljibe, reúne ediciones de libros, fotografías y objetos personales de Juan Ramón y de Zenobia; incluso muebles, como si la pareja solo hubiera salido a dar un paseo».
Dos puntos de una localidad que ofrece otros muchos atractivos, como su vida marinera en su antiguo puerto fluvial o su rica historia colombina, mostrada por ejemplo en el Convento de Santa Clara.
Atractivos más que suficientes para hacer una visita a lo largo del año a esta localidad onubense vive los últimos meses del centenario de la primera edición de ‘Platero y yo’.