Redacción. Con un magnífico ambiente durante toda la feria y la ausencia de incidentes finalizó la I Feria Ganadera Ciudad de Bollullo. En el recinto ferial se dieron cita más de 300 caballos, mulos y algún burro, especie muy escasa en la actualidad, y que desde distintas asociaciones y entidades públicas y privadas, se pretende ahora recuperar, y que pusieron la nota de color y ambiente ganadero a esta primera edición de la feria ganadera. Desde el ayuntamiento de la localidad se hace balance de esta iniciativa que pretende sentar las bases de una futura Feria Ganadera Agrícola e industrial, que acoja además de la venta y trato de ganado, guarnicionería, productos fitosanitarios, herramientas, maquinaria agrícola e industrial complementos del sector equino, entre otros.
En palabras del alcalde de la ciudad, Francisco Díaz, “con esta iniciativa que se ha demostrado exitosa, queremos iniciar un camino que se va a demostrar importante para Bollullos y para el sector, ya que no solo ponemos en valor lo que tenemos, sino que además generamos movimiento económico y riqueza, algo que en los tiempos que corren es fundamental, por ello mostramos nuestra satisfacción por el resultado y ya estamos inmersos en la planificación de la del año próximo”.
Desde el jueves por la tarde comenzaron a ocuparse los palos y corrales previstos por la organización, siendo revisado el ganado entrante por el Centro Veterinario Ramos Neble, que ha colaborado en todo momento con la concejalía. El viernes, ya se había completado el recinto, desbordándose las previsiones, ya que se estimaba una cantidad en torno a los 200 animales, copando la feria, tras el balance realizado, un total de 314 ejemplares.
El sábado, fue el día de la exhibición ecuestre, en la que participaron en las distintas fases de doma a la vaquera, Carmelo Reyes, Fernando Díaz y Fco. Javier García Rosado, de Bollullos, Alejandro López Parrales, de Almonte, y Manuel de la Peña, de Manzanilla, suspendiéndose momentáneamente la exhibición por la lluvia, que en ningún momento empañó el ambiente ni el ajetreo, en que se convertía la feria cuando de compraventas y transacciones se trataba.