Miguel Ángel Velasco. Nació en Madrid a principio de la década de los setenta en la zona de Chueca, en concreto en la calle San Gregorio. Tras estudiar en el colegio Zurbano comenzó Derecho en la universidad privada, en el Cardenal Cisneros, pero el mundo de las Ciencias Jurídicas, con excepción del Derecho Romano, pronto dejaron de gustarles y puso rumbo a Informáticas. De ahí un sinfín de trabajos adornan su currículo profesional. Administración, ventas de coches y motos, Seguros. Todo un bagaje laboral y ninguna propuesta que le llenara. Y de pronto, conoció a Ana Castellano. Una onubense que le hizo olvidarse de la capital del país, de su trabajo y recordarle que lo que tenía, todo, se iba con ella.
De este modo, llega a Huelva Sergio Hernández. Su primera intención fue la de invertir en su pasión inveterada, en el sector de las motos. Pero su instinto y la sabiduría comercial de Enrique, padre de su compañera Ana, le hizo decidir sobre el mundo de la moda. Aconsejado por Enrique, rápidamente realizaron un estudio económico y de mercado sobre ello y llegaron a la conclusión de que la capital onubense estaba huérfana de un comercio tradicional que abarcara el vestir del hombre, en el sentido amplio de la palabra. Una tienda de hombres para todas las edades y condición a un precio asequible, sin necesidad de tenerse que desplazar a otros lugares.
Recorremos la tienda, sita en calle Rábida, de esta ciudad de Huelva, y la mira con expresión de sorpresa. Nunca pensó que en tan poco espacio de tiempo iba a estar en otra ciudad e iba a tener una tienda como ésta.
– Al final te enamoró Huelva, Sergio.
Vine por amor. Ahora me encuentro con tres amores. Ana; Belén y Marta, las dos hijas de Ana, y Huelva y, además, ambos son compatibles. Huelva es una ciudad muy distinta de la que he dejado atrás. No solo por su dimensión poblacional, sino por su calidad vital y humana. En Madrid somos clones y aquí, en Huelva, todavía somos personas, seres humanos. Yo sé que esto es muy difícil de explicar a los de aquí, incluso a los que han vivido durante un tiempo fuera. Los de allí, por nacimiento y vivencia, carecemos del sentido de calle, de barrio; hemos perdido la facilidad de decir buenos días o buenas noches. Los de mi generación, los que rondamos o somos cuarentones, así lo sentimos. De eso tan nimio sólo, me quedan recuerdos lejanos de niñez, cuando mis padres me sacaban a pasear por las zonas cercanas de mi casa. Yo llegué a principios de julio y cuando vi que todo el mundo te saludaba, se sentaban en cafeterías en corros charlando y tal, me hizo recordar otro mundo que había leído. He ganado mucho, sobre todo en calidad de vida.
– Y eso te hizo al final invertir en Huelva.
Pues sí. Eso y, como te he dicho lo que me trajo aquí, Ana. Tenía un dinero y pensé, en un principio, meterme en algo relacionado con la venta de motos que es mi pasión. Pero al conocer al padre de Ana, Enrique, que afortunadamente se ha convertido en mi alter ego en esta decisión y empresa, me planteó y me puso sobre la mesa lo que él pensaba al respecto. Es un hombre que lleva muchísimo tiempo cara al público, un excelente profesional por lo que todo el mundo me dice y cuenta, conoce al dedillo la idiosincrasia del onubense y sabe de lo que a partir del próximo 6 de octubre se va a convertir en nuestro futuro.
– ¿Cuál es tu concepto de la moda?
Tengo que confesarte que no me considero un profesional de este mundo. Soy más bien un hombre de despacho, de papeles. El lado técnico y todo lo relativo a ello lo llevará Enrique Castellano. En este aspecto lo tengo muy claro. Tomaremos las decisiones colegiadamente pero su punto de vista en esta faceta va a ser fundamental. Por ello, te diría que cualquier pregunta, digamos técnica, se la hagas a él. Yo te puedo decir que me gusta vestir bien, que no tengo un perfil predeterminado en la misma. Me gusta tanto vestir con mis vaqueros, un polo y unas deportivas que hacerlo con un traje con todos sus accesorios cuando la situación o el momento así los requieren.
– ¿Cómo piensas que se viste en Huelva?
Si te digo la verdad, me ha asombrado de forma muy positiva. Tanto los hombre como las mujeres. Aquí los hombres van en su mayoría en traje de chaquetas o de sport, debido a la época del año en que estamos y se nota que la saben llevar. Una elegancia natural. Y de las mujeres ni te hablo…. Quizás obedezca al hecho de que ellas tienen muchas más tiendas donde elegir y nosotros, los hombres, nos encontramos bastante carentes de ellas. Y precisamente ese es el espacio que venimos a cubrir.
– ¿Podrías definir cómo ves a Serma como tienda de caballeros?
En primer lugar, debo decirte que todo esto ha sido obra de Enrique Castellanos. Me llama la atención cómo lo ha conseguido y me ha hecho confirmar todo lo bueno de lo que de él me habían comentado. En Madrid y también aquí, muchas tiendas, sobre todo las de las cadenas multinacionales, son repeticiones unas de otras. Nosotros hemos roto con esa imagen, hemos roto los esquemas al respecto. Es una tienda especial en la que destacaría su decoración, los colores de los trajes y camisas. Y no digamos de las corbatas. Tenemos un surtido extenso en todo que se irá complementando conforme veamos las demandas de los clientes. Por ejemplo, los trajes. Aquí tenemos una gama amplia y rica donde predomina el color oscuro, sobrio, el traje elegante en definitiva.
– Por último, Sergio un sueño y un deseo.
Más sueños no puedo tener, Miguel. Esto que estoy viviendo si que es un sueño hecho realidad. Todo es como increíble. Huelva, la tienda, la forma de vivir, Ana. Todo. Lo bien que me han acogido en Huelva, los amigos. Te cuento, hace poco vinieron unos antiguos amigos míos de Madrid aquí y cuando se marcharon me abrazaron por la buena suerte que había tenido. Y en cuanto a un deseo lo tengo muy claro. Si en un futuro me planteara otro proyecto éste volvería a ser el de Segma. Cuadruplicado, triplicado, lo que quieras, pero Serma.
Sergio Hernández un madrileño que llegó a Huelva detrás de un amor y que ahora se ha encontrado con Huelva, Ana y sus hijas, y su nueva tienda masculina.