S. D. De espectacular se puede calificar el recibimiento que ha tenido la onubense Carolina Marín a su llegada a España, procedente de Dinamarca, donde en la tarde del domingo hizo historia al proclamarse campeona del mundo de bádminton, tras derrotar en tres increibles sets a la número 1 del mundo, la china Xuerui Li.
El avión en el que viajaba Carolina, y la expedición española que ha estado presente en el Mundial, aterrizó en el aeropuesto de Madrid, Adolfo Suárez, pasadas las 13:30. Ya en la terminal, una ingente cantidad de aficionados y de periodistas aguardaban a la reina del bádminton mundial, que ha sido la gran protagonista del fin de semana deportivo en España, y en buena parte del mundo, en especial en aquellos donde este deporte es uno de los más practicados.
La verdadera dimensión del éxito de Carolina en realidad no se ha podido descifrar aún, máxime si se tiene en cuenta que en España con esfuerzo se superan las 8.000 licencias, un número irrelevante si se tiene en cuenta que solo en China hay más de cien millones.
Carolina Marín, en la misma pista del Ballerup Super Arena de Copenhague, tras recibir la medalla de oro, anunció que tras su regreso a España iba a tomarse unas más que merecidas vacaciones.