Mari Paz Díaz. Los dinosaurios habitaron la Tierra dominando el planeta durante 135 millones de años, desde el inicio del Jurásico -hace unos 201 millones años- hasta el final del Cretácico -hace 66 millones de años-, cuando se extinguieron. Sin embargo, a pesar de ello, los dinosaurios siguen llamando mucho la atención.
Películas como Jurasic Park, libros o series de dibujos animados han provocado que el conocimiento sobre los dinosaurios se haya generalizado, especialmente en los niños y jóvenes, que en muchas ocasiones son auténticos expertos de las distintas especies de dinosaurios que hace millones de años dominaron el planeta. Y nos podría sorprender saber que hubo miles de especies diferentes, siendo los carnívoros, los más temidos. Sin ir más lejos, la palabra ‘dinosaurio’ significa «lagarto terrible», aunque no se trate de lagartos, sino de reptiles prehistóricos.
La fascinación por estos animales viene siendo tradicional, puesto que desde que los primeros esqueletos de dinosaurios fueron reconocidos en el siglo XIX suelen ocupar los lugares predilectos de los museos de todo el mundo. Sin embargo, mirando el tema desde una perspectiva onubense podemos preguntarnos: ¿Hubo dinosaurios en Huelva? ¿Habitaron hace millones de años esta provincia?
Para poder responder a estas cuestiones hemos querido conocer el tema de manos de un experto, de Eduardo Mayoral, catedrático de Paleontología del Departamento de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva. La Paleontología es la ciencia dedicada a estudiar los dinosaurios. Y la disciplina que estudia las huellas o pisadas dejadas por ellos en las rocas, en los que la Península Ibérica es uno de los mejores lugares del mundo, se llama Paleoicnología.
Licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad de Zaragoza en 1979 y Premio Extraordinario de Licenciatura en 1981 por la misma Universidad, en 1986 obtuvo el doctorado en Ciencias Geológicas por la Universidad de Sevilla en la especialidad de Paleontología, ganando ese mismo año el premio Ciudad de Sevilla, concedido por el Ayuntamiento de Sevilla a las mejores Tesis Doctorales.
Además de participar en diferentes proyectos de investigación, cuenta con una amplia producción científica, con casi dos centenares de trabajos especializados relacionados con el campo de la Paleontología, la Paleoecología, la Sedimentología y la Bioestratigrafía, especialmente de los fósiles de la Cuenca Terciaria del Guadalquivir, en las provincias de Huelva y Sevilla.
Aunque también ha trabajado en la Cordillera Ibérica, la Cantábrica y Sierra Morena. Con este bagaje, Mayoral nos adelanta que, aunque teóricamente fue posible, es muy poco probable -o, al menos, es muy remotamente posible- que en lo que hoy conocemos como la provincia de Huelva existieran dinosaurios.
Según nos explica, «sus restos o sus huellas (pisadas) aparecen en rocas de la Era Mesozoica, básicamente en el Jurásico y/o Cretácico, aunque también pueden hacerlo en el Triásico. En la provincia, el Triásico está mal representado (área de Niebla), apareciendo areniscas rojas en su base (Buntsandstein), que podrían tener algunas pisadas de reptiles, pero su espesor y su continuidad lateral son muy reducidos, con lo que las probabilidades de que apareciera algo es muy difícil».
En este sentido, el catedrático de la Onubense añade que «también del Triásico se encuentran unas calizas que pertenecen al Trías medio (Muschelkalk), pero son marinas, con lo que no es posible encontrar dinosaurios. Rocas de edad Jurásico afloran (pocas) en el entorno de Ayamonte, pero también son marinas, así que las posibilidades también son prácticamente nulas».
A pesar de ello, en Huelva Buenas Noticias hemos querido indagar un poco más en estos datos, por el interés que puede generar para los onubenses.
-Eduardo, ¿en qué está trabajando en estos momentos?
-En la actualidad, mi línea de investigación se centra en el estudio de los registros fósiles (pistas o huellas) dejados por los organismos (básicamente invertebrados) durante el Cenozoico superior (Mio-Plioceno) en las rocas que se encuentran en la Cuenca del Guadalquivir y en las islas de la Macaronesia (Archipiélagos de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde). También desarrollo esta misma línea de investigación en los registros que se encuentran en las rocas del Paleozoico inferior (Cámbrico), así como en los aspectos de protección, conservación y difusión del Patrimonio Paleontológico.
-Hablemos de Huelva. ¿Pudieron existir los dinosaurios en la actual provincia de Huelva?
-Teóricamente pudo ser posible, pero las rocas donde pueden aparecer sus restos (o sus pisadas) son muy escasas y prácticamente no afloran en superficie, por lo que hasta el momento -y me temo que para siempre- no se han encontrado evidencias directas de su existencia.
-¿Qué zonas de la provincia de Huelva serían sus hábitats más propicios?
-Las rocas que pueden albergar sus restos no se encuentran en ningún sitio de la provincia. Los dinosaurios, en general, gustaban de medios continentales, con abundancia de vegetación y en proximidad a zonas con agua, ya fueran medios lacustres (incluso fluviales) o de los llamados de transición, es decir, aquellos que están cerca o en conexión con zonas marinas, en contextos deltaicos o palustres.
-¿De qué cronología estamos hablando?
-Las rocas que reflejan el tipo de ambientes anteriores pertenecen a la era Mesozoica, que abarca los sistemas geológicos llamados Triásico, Jurásico y Cretácico y que comprenden edades que van desde los -250 millones de años hasta aproximadamente los -65 millones de años.
-Por tanto, ¿se puede afirmar que no hubo dinosaurios en Huelva?
-Prácticamente sí, ya que en la provincia solo afloran algunas rocas del Triásico inferior (llamado Buntsandstein, que aflora en la zona de Niebla), que podrían tener algunos registros -reflejan ambientes fluviales donde podría haber alguna pisada de estos o similares reptiles-, pero están mal representadas, pues su extensión lateral y vertical es bastante reducida.
Estratigráficamente por encima aparecen unas rocas de ambientes marinos, correspondientes a lo que se llama el Muschelkalk, también en la misma zona, cuyo espesor y extensión lateral también son muy reducidos, y que no son favorables a la presencia de estos restos.
El Triásico en la provincia acaba con rocas formadas por arcillas de varios colores, algunas areniscas y yesos que pertenecen a una facies llamada Keuper, que aflora en el sector de Ayamonte y que tampoco es favorable, ya que corresponden a sedimentos que se formaron en cuencas marinas cerradas con intensa evaporación y por tanto de ambientes muy salinos. El Jurásico aflora también muy reducido en las cercanías de Ayamonte y corresponde a medios marinos que son también poco favorables para la presencia de dinosaurios.
-¿Por qué este tema suele generar tanto interés?
-Está claro que encontrar restos de estos fantásticos reptiles, normalmente de tamaños gigantescos -aunque también los había muy pequeños- o descubrir rastros a veces de varios centenares de metros, con decenas o centenas de pisadas de uno o varios individuos, son razones más que suficientes para estimular nuestra imaginación e intentar reconstruir cómo eran estos seres, donde habitaban y cómo se comportaban, ya fuera entre ellos mismos o en relación con el medio ambiente en el que vivían.
-Por tanto, ¿qué idea es la que le gustaría dejar clara?
-En relación con los dinosaurios, desechar la idea de que puedan aparecer en la provincia de Huelva, ya que las rocas que contienen sus restos o sus pisadas no afloran en superficie y cuando aparecen algunas que podrían ser favorables, su extensión lateral es muy reducida y su espesor vertical también, con lo que es prácticamente imposible que se puedan hallar. Esto no quiere decir que en el futuro no pudieran encontrarse algunas huellas de reptiles, especialmente en el Triásico inferior (Buntsandstein), pero seguramente no serían del grupo de los dinosaurios.
-¿Algún mensaje a los onubenses?
-Sí. Decirles que el registro fosilífero de la provincia es muy rico y variado, si bien como dije antes, no precisamente en dinosaurios. Existen yacimientos muy interesantes de invertebrados tanto en la Sierra Norte (en rocas de la era Paleozoica) como sobre todo, en la zona del valle, que pertenece a la Cuenca del Guadalquivir y que está representada por rocas del Cenozoico superior, básicamente de la época Mioceno y Plioceno, que abarcan los últimos 7-8 millones de años.
Estos fósiles corresponden a restos de animales marinos, tanto invertebrados, en su mayoría moluscos, como también de vertebrados, generalmente cetáceos (ballenas, delfines). Es importante comprender que todos estos fósiles, algunos únicos en el registro paleontológico, forman parte de un acervo natural y cultural que es patrimonio de todos y, por tanto, son restos que hay que proteger y conservar. Es necesario que su estudio sea llevado a cabo por personas formadas científicamente en esta disciplina, en la Paleontología, para que puedan poner en valor estas pequeñas (o grandes) maravillas y difundir de forma adecuada esta información con la finalidad de ser aprovechada y disfrutada por todos aquellos interesados en conocer algo más de la historia natural de nuestra tierra y de nuestro planeta.