P. M. Olor a salitre, a brisa marina, a intenso verde de pinos piñoneros y enebros. Olor a vida, a naturaleza, a deporte. Olores, quizás descuidados dentro de la urbe, pero que sin duda, se intensifican en estas vías.
Huelva cuenta con un Carril Bici que comienza en la capital y llega a la puntaumbrieña Playa de la Bota, también conocida como Playa de «El Cruce» (por estar situada en el cruce entre las carreteras de Huelva, Cartaya y Punta Umbría).
En estos 13 kilómetros abundan las grandes vistas y los grandes paisajes. Miles de aves recorren al año estos senderos y nos cautivan a su paso. El medio ambiente y el deporte se unen, ya que se mueve el corazón, pero también los sentidos. El carril pasa por las conocidas Marismas del Odiel, una zona con importante valor biológico ya que es reserva de la Biosfera desde 1983.
Cualquier forma es buena para disfrutar de este carril, bien sea en bicicleta, caminando o en rollers. La bicicleta tiene muchos beneficios tanto para uno mismo como para los demás y su ciudad ya que es un medio de trasporte no contaminante, no produce gases tóxicos ni contaminación acústica. Y como no, mejora la imagen de la ciudad y supone una parte importante en la modernización de la misma. Caminando también se fortalece el corazón, a parte de reducir el riesgo de enfermedades, se aumentan los niveles de Vitamina D y en general, los niveles de bienestar. Patinando se gana capacidad aeróbica y se mejora el funcionamiento cardiorrespiratorio.
Además en La Bota hay una ampliación que alcanza hasta El Portil de aproximadamente 1800 metros lineales que transcurre por una masa de pinos piñoneros y enebros. El pavimento está señalizado y hormigonado aunque muchas veces todo lo que cae de los pinos y enebros, al no ser recogido, dificulta y molesta su circulación. La vía se divide en dos carriles bien diferenciados y con medidas de seguridad para los peatones: un carril para la circulación de bicicletas que tiene una anchura de 2,50 metros y una longitud de 1.794 metros; y el otro es para el paseo de los viandantes, con 1,50 metros de ancho y 490 metros de longitud que va desde El Portil hasta un área de descanso.
El objetivo de este carril es impulsar la creación de itinerarios adecuados para fomentar el uso y disfrute de los recursos que ofrecen los entornos naturales de la provincia de Huelva.
En algunas zonas hay deformaciones en el suelo que dificultan por ejemplo a los patinadores, ya que son grietas en la calzada que pueden desestabilizar al deportista y motivar su caída.
Paraje Natural Marismas del Odiel. El sistema funciona como un estuario donde los cauces de ambos ríos depositan al desembocar gran cantidad de sedimentos cargados de nutrientes. Éstos son la principal base alimenticia de las aves que pueblan este espacio natural. A su vez, este aporte continuo de sedimentos y la fuerza de las mareas generan islas separadas por extensos brazos de agua como la Isla de Enmedio, la de Saltés y la de Bacuta localizadas al Sur del enclave. Este medio salino determina el predominio de especies vegetales resistentes a las altas concentraciones de sal, conocidas como plantas halófilas. Un ejemplo de ellas es la salicornia o la espartina, auténtica estructuradora de la ecología y el paisaje de amplias áreas de marismas.
Parte de su riqueza ecológica estriba en la variedad de paisajes que conforman este enclave. Desde marismas mareales, a lagunas como la del Batán y la del Taraje, pasando por la playa del Espigón o los bosques de El Almendral, El Acebuchal y La Cascajera. Al visitante le llama la atención su gran horizontalidad que le permite disfrutar del olor del salitre, de la brisa marina y de la espectacular llegada de centenares de aves que encuentran en esta marisma un lugar idóneo donde nutrirse y en muchos casos un entorno seguro donde poder nidificar.
Un paseo por este Paraje Natural permitirá observar somormujos, cormoranes, flamencos, diversas especies de gaviotas y aves limícolas como archibebes, zarapitos y cigüeñuelas. Éste puede ser un lugar ideal para dar un agradable paseo en barco y disfrutar de cerca de todos estos valores.
La producción de sal es uno de los aprovechamientos de los recursos naturales más interesantes de esta zona. Las salinas de Bacuta son un ejemplo de usos tradicionales, mientras que las Aragonesas presentan un corte industrial. Además, la recolección de piñones, la apicultura, la ganadería, la pesca y el marisqueo forman parte de las actividades que el hombre ha realizado tradicionalmente en este Paraje Natural.
Trece kilómetros para inundar de vida el corazón a la vez y conectar con el medio ambiente y la naturaleza.