Dos jóvenes crean una nueva cerveza artesanal en homenaje al Descubrimiento de América

Mari Paz Díaz. En Huelva Buenas Noticias hemos visto muchos ejemplos de jóvenes onubenses preparados que no dudaban en lanzarse a cumplir su sueño. Iniciativas que nos han sorprendido en muchos casos. Pero si, además, se trata de una propuesta que pretende recuperar el papel jugado por los onubenses en la historia, la cuestión llama aún más la atención.

Sí, porque hoy queremos hacernos eco de la aventura que han emprendido dos jóvenes, que han creado una nueva cerveza con la que desean hacer todo un homenaje al Descubrimiento de América, mirando al 3 de agosto de 1492 y la partida de las tres carabelas del Puerto de Palos.

Se trata de Carmen Infante, natural de Palos de la Frontera, y Ramón Aparicio, de Sevilla. Ella es farmacéutica y él, químico, por lo que un día decidieron unir sus conocimientos para crear de forma artesanal una nueva cerveza, de la que elaboran desde maceración-cocción, embotellado, chapado y etiquetado. Todo de forma totalmente manual y, por tanto, de gran valor artesanal. «Un proyecto que surge como segundo pilar de sustento ante las dificultades laborales en España, que nos llevó a intentar emprender, apostando por aplicar nuestros conocimientos a un campo que nos gustaba mucho como es la cerveza», nos cuentan.

Y es que ambos cuentan una trayectoria profesional paralela, puesto que Carmen es licenciada en Farmacia y está finalizando su tesis doctoral, mientras que Ramón es químico e investigador postdoctoral en el área de la tecnología de los alimentos, que trabaja en el CSIC después de estar dos años trabajando en Estados Unidos.

Realmente, la elaboración de la cerveza no es un proceso fácil. Porque, según nos cuenta Carmen, una fábrica de cerveza artesanal requiere de varios  procesos: maceración-cocción de la malta, fermentación del mosto resultante en fermentadores y embotellado. Luego, llega el momento de chapado y etiquetado de la botella de cerveza, siempre usando material de acero inoxidable de uso alimentario.

Una vez que ha concluido la fase de fabricación, «la cerveza embotellada necesita de un almacenamiento a 18-25º C, al menos, de un mes, aunque nosotros la dejamos madurar como mínimo dos meses para que esté en excelentes condiciones de consumo. Durante este periodo se produce una segunda fermentación en la botella, que confiere el gas carbónico natural a la cerveza -gasificación- y genera un pequeño sedimento en el fondo -la levadura- que, además de tener un alto contenido en vitaminas, es muy nutritivo y saludable«, nos comentan sus fabricantes.

Pero, además de hacer un producto de calidad, los jóvenes querían tener muy presente a Huelva y su historia, como puede verse claramente en su etiqueta, que ha sido diseñada por ellos mismos. En el etiquetado puede observarse la imagen de Cristóbal Colón sobre las carabelas descubridoras.

Para confirmar este homenaje, la cerveza tiene un nombre que hacer referencia directa a la cuestión colombina. Es más, en un principio, la intención de los fabricantes fue la de llamar al nuevo producto como ‘Columbus’. Sin embargo, no pudieron hacerlo porque esta marca ya se encontraba registrada, así que decidieron cambiar su idea original.

Al final, el nombre elegido es ‘El virrey. Expo ferens’, señalando claramente el año de 1492. El motivo de esta elección no es otro que «era la forma en la que también llamaban a Colón y como firmaba cada antiguo documento».

Y es que los jóvenes tenían claro que la marca debía estar vinculada de forma directa con Palos de la Frontera, la localidad natal de Carmen Infante. «Así que inicialmente la llamamos ‘Columbus 1492′ en honor al descubridor de las Américas,  pero como ‘Columbus’ estaba registrada en la Unión Europea optamos por cambiarla. Y, como la ocupación de Colón era la de navegante, almirante, virrey y gobernador general de las Indias Occidentales, al servicio de la Corona de Castilla, decidimos llamarla ‘El virrey’ y usando parte de su firma ‘xpoferens’ (original; “:xp?ferens;”)», nos explica Carmen, que confirma que ya tienen registrada y aceptada la marca.

Es más, el proyecto incluye la fabricación de varios tipos de cerveza: rubia (Blonde), dorada-oro (Gold), negra (Dark, tipo Imperial Stout) y una de trigo (Wheat). Incluso, están trabajando en la mejora de algunas recetas, desarrollando un tipo de cerveza especial con una aromaticidad distinta a las existentes en el mercado, con algo más de graduación alcohólica.

Por el momento, el producto ha tenido bastante aceptación entre los amigos y la familia, pero su finalidad es hacer una inversión económica mayor para lanzar la idea a nivel industrial, una cuestión que no han podido realizar de momento. Eso sí, lo tienen claro cuando afirman que «nuestro objetivo es sacar adelante este proyecto cervecero que tenga rentabilidad, y si todo va bien, que pueda generar puestos de trabajo que es lo que necesita España».

Todo ello con una iniciativa empresarial pionera en Huelva, puesto que «no tenemos conocimiento de cervecerías artesanales en Huelva, lo cual, si esta sigue adelante sería de las primeras». El lugar de su fabricación sería Palos de la Frontera, como cuna del Descubrimiento de América. Ese es el sueño de estos jóvenes emprendedores, que son conscientes de que «no hemos tenido oportunidades para desarrollarnos. Entendemos que la situación actual no es fácil, pero aun así seguiremos buscando la manera de cumplir con nuestra ilusión y compromiso personal. Porque “un sueño solo puede triunfar sobre la realidad si se le da la oportunidad”.

También saben que el mercado de la cerveza artesanal es bastante más reducido que el industrial. Es cierto que sin llegar a los niveles de la República Checa, Irlanda o Alemania, en los últimos años en España se ha registrado un auge en el mercado de la cerveza artesanal y sigue en aumento. Eso sí, muchos proyectos se ven frustrados casi antes de nacer, no sólo por la inversión económica, sino también por la legislación existente y los numerosos trámites administrativos, pues no existe una ley específica que regule la cervecería artesanal o “micro cervecería”.

Frente a las cervezas industriales, ‘El virrey’ es una cerveza dirigida a un público gourmet, que pueda venderse en una cerveza gastronómica, locales de restauración y algunas distribuidoras especializadas en cerveza artesanal que han comenzado a surgir. Según nos comenta Carmen, «pretendemos que el consumidor disfrute de un producto artesanal de alta calidad que no contiene conservantes, ni clarificantes, ni espumantes, ni estabilizantes y que, además, está demostrado que es biosaludable cuando es ingerido con moderación».

Para disfrutarlo se invita al consumidor que decante el contenido de la cerveza artesanal, dejando el sedimento en la botella. A partir de ahí habrá quienes se tomen los sedimentos y quienes lo dejen en la botella. Es cuestión de gustos, no hay nada escrito, pero su ingesta es beneficiosa para la salud.

Y, en concreto, de cara a los onubenses «queremos que cuando tengan en sus manos nuestra cerveza disfruten del sabor de un producto artesanal y saludable, resultado de un gran esfuerzo llevado a cabo con ilusión, en el que unimos creatividad e innovación con nuestra historia colombina, una bella mezcla que queremos transmitir a los consumidores».

Es más. Estos jóvenes promotores están trabajando en otros proyectos, como es la creación de nuevos licores, especialmente un licor de fresa, al ser un fruto emblemático en la zona. Eso sí, se trata de una actividad más compleja y tienen que estudiar si este tipo de licores tiene cabida en el mercado en la actualidad.

Por el momento, para todos los interesados en el tema o aquellos que tengan alguna cuestión que comentarles, estos emprendedores les invitan a que le escriban a su e-mail de contacto, que es [email protected]

Un proyecto que acaba de nacer y que podría tener mucho recorrido. Esperamos verlo.