Carlos Arroyo. Plaza de Toros de la Merced, cuarta y última de la Feria de las Colombinas, con media larga en los tendidos, se lidiaron novillos de Cayetano Muñoz, sin fuerza, descastados, muy parados en la muleta, sin dar buen juego, para los novilleros
Lama de Góngora, de purísima y oro, pinchazo hondo y descabello, ovación con saludos; pinchazo y casi entera, oreja.
David de Miranda, de azul rey y oro, pinchazo y estocada, oreja; pinchazo y media, ovación; estocada, oreja.
Roca Rey, de purísima y oro, pinchazo, estocada y descabello, vuelta tras petición; pinchazo y estocada, oreja.
La novillada de Cayetano Muñoz no pasará a la historia por el buen juego que lo utreros desarrollaron en el coso mercedario. Tampoco por una faena memorable de ninguno de los actuantes, pero sí porque se volvió a dar una circunstancia anómala y antirreglamentaria, como es la lidia de un sobrero por parte de uno de los actuantes al no poder triunfar con el toro que reglamentariamente le había correspondido en suerte. Entiendo todos los puntos de vista, posiblemente es frustrante venir a Huelva a ver triunfar a David de Miranda y que éste no pueda hacerlo por las condiciones imposibles de un animal que huía de los engaños. Pero no es más que una tarde de toros.
El público debe saber que la mansedumbre no es una tara física por la que el toro pueda ser devuelto, y hay que lidiarlo de la mejor manera posible atendiendo a sus condiciones. Evidentemente la lidia siempre depende de las condiciones de los toros y la suerte y el buen hacer de los toreros determina el resultado artístico, pero situaciones como la vivida en el coso mercedario descienden de nivel la categoría de la plaza.
Ajeno a todo esto, David de Miranda volvió a demostrar su valor seco y sus condiciones. En su primer oponente quita por saltilleras, llevándose la primera ovación de la tarde, y tras brindar al público, comienza la faena por estatuarios en el centro del anillo, con la planta quieta y el novillo rozándole la taleguilla. En el toreo fundamental tuvo más problemas para que resultara lucido.
El novillo fue perdiendo largura en su embestida y protestaba cuando David intentaba ligarle en las cercanías. Se sucedieron demasiados enganchones, con el toro viniéndose abajo, algo común a toda la descastada novillada. El remate con bernardinas ceñidas volvió a levantar el ánimo del público, valiéndole para cortar la oreja localista.
Después de lo referido con el quinto de la tarde, el sobrero fue un novillo vareado, y más justo de presentación. Se movió algo más, pero con menos clase, y David tampoco estuvo a gusto con el animal, sobre todo con la muleta. Con el capote lanceó bien a la verónica de salida, y el quite por gaoneras después de una fuerte voltereta emocionó a los tendidos. La faena de muleta fue análoga a su primer toro. Comenzó vibrante con el pase cambiado por la espalda en el inicio, pero en el toreo fundamental, redondos y naturales, el toro no permitió el toreo largo y ceñido. Lo mejor vino en el epílogo, con naturales de frente al animal, donde David sí se acopló mejor a su embestida. La estocada le permitió cortar una oreja saliendo a hombros.
Lama de Góngora realizó la faena más estructurada con el cuarto de la tarde. El novillo, un manso que descompuso la lidia con embestida incierta y distraído, se entrega en la muleta cuando se quedan solos toro y torero. Hay derechazos con enjundia y temple por el pitón derecho, bien ligados. Por desgracia, la alegría duró poco, y el toro fue apagándose demasiado rápido, por lo que no prende la llama de la emoción en los tendidos. Su actuación es premiada con una oreja. Con el primero de la tarde, un novillo que blandeó demasiado, sólo pudo demostrar sus ganas, en faena voluntariosa, y arrancarle algún muletazo de buen trazo.
El peruano Andrés Roca Rey estuvo muy en novillero toda la tarde. Intentó agradar en todos los tercios de la lidia, a veces con más suerte que otras, donde la precipitación se impuso al temple. Las faenas a ambos novillos tuvieron un guión semejante.
Los novillos muy a menos, muy parados, y el novillero acortando las distancia y tirando de ellos, en toreo encimista de mucha exposición, pero poca emoción por las condiciones de los bureles. Estuvo variado con el capote, realizando quites por tafalleras, saltilleras y chicuelinas, pero se echa de menos un poco de temple y de torear con la pureza de la verónica. Cortó una oreja de poco peso del sexto de la tarde.
1 comentario en «David de Miranda abre la puerta grande de La Merced»
Muy correcto y amplio su comentario Carlos, los toros son melones por calar, después durante la lidia se comprobará su dulzor o su amargura. Sobre la anomalía de la lIdia del sobrero, tengo entendido que primero se solicitará permiso al presidente de la plaza, no sin antes haberlo consultado y autorizado sus compañeros de terna, y por su puesto con la aceptación del empresario. No es error éste tan grave como para que pierda o se le reste, según su opinión, la categoria adquirida desde siempre el coso de La Merced, asimismo cierto tipo autorizaciones del presidente, a veces, viene otorgado por gentil desprendimiento del palco presidencial para no regatearle al espectador la oportunidad de sentirse satisfecho, en este caso su asesor artístico Francisco Leandro Pirfo sabe de esto y bastante, pero algunos Usías no aceptan ciertos consejos del asesor, por lo tanto es de mi creencia que el presidente ha de poseer una sólida cultura taurina, y, si es asi, obrar en consecuencia según como vaya transcurriendo la tarde en éxitos triunfales. Ante todo ¡HUELVA POR DELANTE!
Atte, saludos cordiales de Regatón.