Alejandro Díaz. No cabe duda al afirmar que la calidad de vida a nivel mundial se ha visto incrementada gracias al estudio, desarrollo y evolución de la ciencia-tecnología. A día de hoy, un médico es capaz de tratar casi cualquier problema medicinal ó «cuadro médico» que se le presente, sin olvidar que existen circunstancias excepcionales que los estudios aún no han sido capaces de solventar. Una de las principales virtudes que adquiere la sanidad a nivel global es la rapidez con la que los especialistas tratan a sus pacientes, todo ello aplicado a la teoría de acción reacción. Para la consecución eficaz del mismo, la tecnología acompañada de la experiencia (las guerras jugaron un papel importante en este desarrollo) progresaron con los medios para facilitar la labor del médico, puesto que ellos están bajo la presión de que el tiempo corre siempre en su contra ante las circunstancias que se les presenta. Un médico carece de funcionalidad para estar en cualquier sitio ante cualquier inconveniente, por ello, las ambulancias se convierten en sus mejores aliados.
Desde un enfoque histórico, el nombre ambulancia, el vehículo destinado al traslado de enfermos y heridos, proviene del latín ambulare que significa «caminar» y ambulans que se interpretaba como «caminar hacia el hospital». Los libros de historia también afirman que el término se les atribuye a los Reyes Católicos de España Fernando e Isabel a finales del siglo XV con la introducción de sus hospitales de campaña en tiempos de guerra, más concretamente la guerra de Granada donde se luchaba por expulsar al pueblo musulman de la península, pero sea cual sea la procedencia del vocablo, la historia de la ambulancia se remonta a tiempos bíblicos. Una simple hamaca, una tela tensada con capacidad de llevar al herido, un tablón de madera, ya se les relacionaba con dicho nombre.
Una anécdota curiosa que cabe recalcar fue la de finales del siglo XVIII, en la que un cirujano francés, Jean Dominique Larrey, miembro destacado de los ejércitos napoleónicos, introdujo un cambio al concepto que se entendía hasta entonces como ambulancia, convirtiéndola en un vehículo pensando en trasladar a los médicos (en vez de a los heridos) con su equipamiento al campo de batalla.
No fue hasta 1865 y 1869 en Cincinnati y Nueva York respectivamente cuando aparecieron los primeros servicios de ambulancias para la atención a la población civil. Estas ambulancias eran carros tirados por caballos que apenas disponían de equipos básicos para el trato con el paciente, prácticamente se dedicaban al traslado a centros hospitalarios más cercanos.
La primera ambulancia motorizada vio la luz para servicio tanto civil como militar en 1899. Se comenzó con un diseño poco eficiente (a fecha de hoy se desconoce el modelo) que apenas lograba alcanzar los 20km/h pero que gracias a él, en 1909, con suspensión, cuatro cilindros y 32 caballos de potencia, dió paso a la primera ambulancia impulsada por gasolina, la ambulancia Palliser, de la mano de Major Palliser, perteneciente a la milicia canadiense que posteriormente sufrió de nuevas optimizaciones y engendró así al modelo más usado hasta la fecha, la famosa Ford T de 1916, con motor refrigerado por agua y velocidades de hasta 72Km/h.
A raiz de esta base, la evolución de prestaciones que han ido teninendo hasta llegar a la actualidad no ha dejado de crecer paulatinamente otorgando la importancia a los medios que disponer y a los recursos que aportar. A día de hoy, no existe un modelo de vehículo standart o favorito.
Huelva Buenas Noticias ha tenido la oportunidad de compartir mañana con un equipo sanitario onubense gracias a la ayuda de AMTAX, empresa líder provincial que suministra los vehíduculos sanitarios. El director de la entidad, Antonio Díaz Gómez nos atendió en persona y no dudó en mostrarnos previamente las instalaciones, que después de verla, se logra entender porque son entidad líder en la provincia de Huelva. Juan José Sánchez Florero y Jesús Monge Ríos, técnicos de emergencias sanitarios, fueron los partícipes de hacernos saber de una forma asequible, la calidad y garantía que ofrecen ante cualquier contingencia.
Actualmente, según la legislación española, Antonio Díaz nos confirmaba que «existen 4 formas de clasificar los tipos de ambulancias que se encuentran en activo por nuestros hospitales. La denominada A1, ambulancia no asistencial para traslados individuales, A2, ambulancia no asistencial para traslados de pacientes colectivos, la tipo B, para proporcionar soporte vital básico y la última, tipo C, proporcionan soporte vital avanzado». Tras sus palabras de aclaración, nos abrió las puertas de una ambulancia tipo B pero con una dotación de dispositivos muy por encima de sus características, rozando en instalaciones las de tipo C.
A continuación, Juan José Sánchez Florero nos acompañó a las entrañas de estos «hospitales móviles» y desde que pusimos un pie en el primer escalón que nos ayudaba a subir a ella, hasta la posición de gobierno de la misma, estuvo explicándonos detalladatemente cada uno de sus componentes.
Comenzando desde la posición de entrada de un paciente en camilla a la ambulancia, Juan José nos selañaba que «a nuestra derecha, disponemos de la silla de evacuación pensada exclusivamente para facilitar la bajada de escaleras de cualquier paciente, y a nuestra izquierda encontramos las bombonas de oxígenos que solemos utilizar para el paciente que las necesite mientras proporcione facilidades en la movilidad, ya que el peso de las mismas la dificulta mucho». Avanzando un poco más hacia el interior del vehículo, empezando por la izquierda, nos encontramos una pequeña estantería perfectamente ordenada y organizada que disponía de «Sueros de todo tipos, gasas de todo tipos, vendas, apósitos y material necesario para cualquier tipo de cura, además de las mascarillas necesarias para la situación que el paciente requiera». Avanzando la estantería de forma diagonal hacia abajo, nos encontrábamos con el aspirador de secreciones y justo a la izquierda de este hayamos el monitor desfibrilador «que además de desfibrilar, conectando 12 electródos en ciertas posiciones en el cuerpo del paciente, nos proporciona el rítmo cardíaco y nos facilita detectar las patologías que vaya mostrando. También dispone de pulsioximetro (para el pulso) y un tensiómetro (para la tensión)».Cabe recalcar que el desfribilador que nos enseñó era, hasta hace pocos años, ya que la tecnología no para de avanzar, casi de los más avanzados que se encuentran en estos momentos en las dotaciones móviles, pudiendose actualizar este mediante software.
Justo a la izquierda del último asiento que se encuentra encarando la entrada en camilla de un pacienten, Juan José nos mostraba «el calentador y la nevera, para cierto tipo de medicamentes que deben de conservarse a una temperatura específica, junto, nuevamente a su izquierda, el ambulario, lugar donde se guarda la medicación de todo tipo lista para suministrar de cualquier forma». Este se encontraba justo en unos cajones desplegables debajo de las estanterías previamente mencionadas.
Dirigiendo nuestra mirada al otro lado de la ambulancia, justo a la derecha de la entrada de la puerta corredera, se mostraban los maletínes de rescates «uno equipado de oxígeno y otro equipado con cura. Arriba de estos tenemos los cascos de protección, que los utilizamos sobre todo en casos de accidentes de tráficos aparatosos, donde suelen aparecer aristas cortantes. Para finalizar, ahora que hemos hablado sobre los casos de accidentes de tráfico, debajo de la camilla principal de la ambulancia, encontramos la tabla rígida, utilizada pues para lo que he comentado anteriormente, accidentes donde mostramos politraumatismo severo».
Ya como curiosidad, Juan José nos explicaba 2 cosas. La primera era un pequeño enchufe que presentaba el fusejale de la ambulancia por el ala izquierda, para asegurar la batería que surte la alimentación electrica de la parte sanitaria. La segunda era que las ambulancias durante 24 horas al día en los 365 días del año, se encontraban plenamente localizadas mediante GPS y controladas desde una base de control (perteneciente a AMTAX) facilitando así el servicio hacía el lugar de la incidencia.
Los unubenses podemos estar tranquilos al conocer de primera mano las instalaciones que disponen los equipos móviles sanitarios que velan en nuestra provincia.
2 comentarios en «Las ambulancias, hospitales a cuatro ruedas»
Es para mi un orgullo,contar con Tecnicos tan eficientes, y que dia a dia se esfuerzan por conseguir llegar a tiempo a cualquier eventualidad.
¡¡¡ Enhorabuena a todos !!!.
Firmado: El padre de Juanjo.
Hola. Me interesa conocer cuàndo se introdujo y en què ciudad de España se puso en funcionamiento una ambulancia motorizada. En practicamente todas las pàginas consultadas se reseña la utilización de un sistema de recogida de heridos y traslado a otro lugar para su atención médica, en el reinado de Isabel I de Castilla, mas concretamente en la guerra de expulsión de los musulmanes de Granada. Pero ni he visto ninguna fotografía ni reseña de dónde y en qué año se puso en funcionamiento jun vehiculo a motor con la finción de «ambulancia». ¿Me podrían ayudar? Gracias y un fuerte abrazo.