Redacción. El próximo jueves, 31 de julio, y presidido por la ministra de Fomento, Ana Pastor, se llevará a cabo el acto de inauguración de las obras de restauración de la Columna Conmemorativa del IV Centenario del Descubrimiento de América, ubicada en La Rábida. Con la colocación de los remates metálicos y la retirada de los andamios, culmina el proceso de restauración del monumento que ha contado con una inversión de 2’5 millones de euros.
Esta intervención se suma a la actuación integral que la Diputación Provincial está llevando a cabo en el entorno de La Rábida en el periodo 2012-2014, que suma una inversión de unos nueve millones de euros enmarcado en el proyecto Forum, cofinanciado con fondos Feder. Todo ello está permitiendo transformar La Rábida en un lugar más atractivo para turistas y visitantes, conservando su esencia.
A la finalización de la restauración de la Columna del IV Centenario le van a seguir otras actuaciones en el entorno, como la construcción de una plaza alrededor de este monumento, la prolongación del paseo que la Diputación ha construido paralelo al estero Domingo Rubio, y las obras de mejora y remodelación del Paseo de los Descubridores, conocido también como el Paseo de los Escudos.
La restauración la Columna del IV Centenario llega tras una largo proceso que se inició en noviembre del año 2009, cuando la que fuera presidenta de la Diputación de Huelva, Petronila Guerrero, y el ministro de Fomento, José Blanco, firmaron un convenio de colaboración para la financiación de las obras. A través de este convenio, Fomento se comprometía a aportar 1,9 millones de euros para esta actuación, con cargo al 1% Cultural de la Ley del Patrimonio Histórico Español, mientras que el resto lo aportaba Diputación. La cantidad aportada por Fomento suponía el 75% del coste total de las obras de restauración, que ha ascendido a 2,5 millones de euros.
Elementos del monumento original. El monumento conmemorativo del IV Centenario tiene una altura total de 54,90 metros, una vez colocados la corona, el orbe y la cruz, elementos que aparecían coronando el monumento original, diseñado por Ricardo Velázquez Bosco en 1892, y que se fueron perdiendo en sucesivas remodelaciones.
La intervención llevada a cabo ha contemplado tanto la reedificación de la columna como la restauración de su basamento, y para ello, planteaba la sustitución de la estructura portante, la ejecución de una nueva cimentación, la limpieza y consolidación del revestimiento pétreo y la recuperación de diversos elementos ornamentales.
A continuación, en una segunda fase, el objetivo de las obras fue la reconstrucción del monumento previamente desmontado. La reposición del forro pétreo -previa su restauración y compleción de las piezas irrecuperables- que caracterizaba su imagen exterior, con la recuperación de aproximadamente el 44 por ciento de las piezas existentes.
Posteriormente se procedió al cambio del remate que tenía el monumento y por último, para posibilitar la inspección frecuente de su estado de conservación y facilitar la realización de buena parte de las tareas que su conservación preventiva y mantenimiento demandan, la estructura se ha dotado de una escalera interna de caracol, que permite subir hasta el orbe. Al dotarlo de esta escalera, se ha recuperado también el acceso que tenía el monumento original y se ha vuelto a la organización en planta hexagonal de su pedestal primitivo.
Cabe recordar que en el verano de 2012 se paralizaron las obras por problemas ajenos a la institución que afectaban a la UTE de empresas que las estaban ejecutando por lo que se tuvo que resolver ese contrato y volver a iniciar todo el proceso de licitación. Culminado ese proceso se reanudó, en agosto del pasado año, la última fase de la rehabilitación del monumento con un presupuesto de un millón y medio de euros. Estas últimas actuaciones han sido realizadas por la Constructora San José, encargada de proyectos tan destacados como la rehabilitación del Museo de El Prado o una nueva pista del Aeropuerto Barajas. El autor del proyecto ha sido el arquitecto Pedro Rodríguez Pérez, siendo los directores de la obra los arquitectos María Luisa Marín, Pedro Rodríguez y Manuel C. Botija Gallego.
