Mari Paz Díaz. Antonio Guillermo López Villadóniga es un Ingeniero Técnico Industrial, especializado en Mecánica, de 25 años, que está finalizando Ingeniería Industrial por la Universidad de Huelva. Unos estudios que le ha brindado la oportunidad de obtener una beca Erasmus, que le ha permitido marcharse desde hace unos meses a Polonia para continuar sus estudios en la Wroclaw University of Tecnology.
No es la primera vez que vive en el extranjero, puesto que hace unos años estuvo en Irlanda y en Reino Unido gracias a otra beca del Ministerio de Educación. Experiencias que le han ido enriqueciendo.
Ahora, tras más de cuatro meses en la ciudad de Wroclaw, situada al suroeste de Polonia, a 3.080 kilómetros de Huelva, nos cuenta cómo está siendo sus vivencias en este país europeo, donde está viviendo una etapa muy positiva.
-¿Por qué decidiste solicitar una beca Erasmus?
-Debido a que quería darle prioridad a mejorar mi nivel de inglés, por conocer nuevas culturas, y por qué no, vivir la experiencia.
-¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
-Actualmente llevo más de cuatro meses, que, aunque se dice pronto, al ser la primera vez que vivo, o mejor dicho “sobrevivo”, fuera de casa, te hace ver la vida de otra manera, desde otra perspectiva. Resolviendo todos los problemas que te surgen por ti mismo.
-¿Es tu primera estancia en el extranjero?
-No. Ya estuve hace varios años en el extranjero. En esa ocasión fue gracias a las becas de inmersión lingüística del Ministerio de Educación, tanto en Reino Unido como en Irlanda, aunque, en ninguna de ellas, pasé más de un mes fuera de casa.
-¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
-Mi nivel de inglés era básico, por lo que al principio me costaba bastante entender o poder mantener una conversación. La verdad que los inicios se hacen duros, pero a medida que va pasando el tiempo, te vas dando cuenta que vas mejorando. Sobre todo, la capacidad auditiva se desarrolla bastante. Aun así, en cuanto llegue a Huelva quiero continuar con la progresión para mejorar cada día un poquito más.
-¿Cómo es vivir en Polonia?
-La vida en Wroclaw no difiere mucho de la onubense, pues hay un espíritu bastante joven al haber muchas universidades repartidas por la ciudad. De hecho, algunos polacos me comentaron que la ciudad en periodo universitario roza el millón de personas. El tiempo aquí, es bastante irregular. Lo mismo un día amanece con relámpagos, que al otro día hace bueno. Aun así, y a pesar de encontrarme en Polonia y de haber llegado en pleno invierno, no me ha nevado.
La gastronomía aquí sí difiere mucho de la mediterránea. Y, aunque he probado bastantes platos típicos, me sigo quedando con el puchero que me hace mi madre.
Lo más característico de esta ciudad para todo turista es el Sky Tower, un rascacielos de 49 plantas, donde desde la última puedes contemplar toda la ciudad. Y los recónditos enanos. Hay un total de 212 enanos repartidos por toda la ciudad. Es una labor bastante ardua encontrarlos a todos, ya que lo mismo te los encuentras por el suelo o subidos en una farola. Además, Wroclaw es conocida como la Venecia del Este, ya que se encuentra formada por muchas islas.
-¿Cómo es esta ciudad?
-Aunque comencé viviendo en una residencia universitaria durante dos semanas, después decidí marcharme a un piso compartido con otro onubense y una eslovena. Al vivir con un extranjero, hace que tengas que pensar constantemente en inglés, por lo que también es positivo.
-Y los polacos, ¿cómo son?
-Desde mi experiencia puedo decir que veo dos tipologías distintas de polacos: los mayores y los jóvenes. Los primeros son mucho más cerrados y distantes. En cambio, los jóvenes son mucho más cercanos. Te intentan ayudar en todo lo que pueden. De hecho, me llevo de Wroclaw bastantes amigos polacos.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-Me ha llamado especialmente la atención que conocen bastante bien la problemática que tenemos con respecto a la crisis y el desempleo.
-En estos momentos estas finalizando Ingeniería Industrial en la Wroclaw University of Tecnology. ¿Cuáles son tus planes a partir de aquí?
-Sí. Estoy aprovechando la oportunidad de poder aprender polaco -un idioma bastante complicado por cierto. Mi próximo objetivo será el realizar el proyecto final de carrera. Y, posteriormente, me marcaré algún nuevo objetivo. Porque siempre hay que reciclarse, formarse constantemente, ya no solo para ser un buen profesional, sino por crecimiento personal.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Mi familia obviamente quiere que esté junto a ellos. Y, realmente, los echo mucho de menos. Pero saben que si es por mi bien, me van a apoyar siempre. Sin duda alguna, no me podré acostumbrar a no tenerlos cerca, pero gracias a las nuevas tecnologías, todo ha sido mucho más fácil, y les he llevado a todos un trocito de Polonia, haciéndoles partícipes de mi experiencia fuera. Así todo es más llevadero. Además, mi novia me hizo una visita el pasado mes de mayo. Estuvimos disfrutando de la romántica ciudad de Praga, de la histórica Cracovia, etcétera.
-¿Y tus amigos?
-Mis amigos también me apoyaron. Me dijeron que ni me lo pensara… Aunque tendré que replantearme ciertas amistades de aquí en adelante, ya que ninguno se ha atrevido a cruzar media Europa para verme (risas).
-Ya estás finalizando los exámenes y regresas en breve a Huelva. ¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?
–Por supuesto, y ante todas las cosas, a mi familia, incluyendo a mi novia y a mis amigos. Además, mi Recreativo de Huelva, que aunque no me encontrara cada quince días en el Colombino, sentía que estaba allí tocando las palmas por Huelva.
¿Y qué no echar de menos de Huelva? Me muero de ganas de comerme unos choquitos fritos o un plato de coquinas, de ver una puesta de sol en Punta Umbría escuchando las olas de fondo y, por supuesto, disfrutar de su gente.
-A pesar de todo, ¿recomiendas la experiencia?
-Sin duda alguna. Porque le das mucho más valor, si cabe, a todo. Absolutamente todo lo que dejas allí. Te abre mucho más la mente, te hace ser más maduro e independiente. Yo lo catalogaría como una experiencia por la que todo el mundo debe pasar.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-A mis paisanos decirles que luchen por sus sueños. Y si ello conlleva abandonar nuestras raíces por un tiempo, ¡¡¡Háganlo!!! Muchas gracias a Huelva Buenas Noticias por poder transmitir mis sentimientos desde la distancia.
4 comentarios en «Antonio Guillermo López Villadóniga, un ingeniero industrial en Polonia»
Muy orgullosa de una persona tan trabajadora, inteligente y constante. Llegará lejos como ingeniero y como persona.
El hijo que todo hombre anhelaría tener.Y además del puchero le encanta las papas con chocos.
Un producto made in onuba.
Conseguiras en la vida todo lo k te propongas.
Ole mi sobrino!!!
Ese sobrino bueeeeeeno:
Ni te imaginas loorgullosos que estamos de tí. Cada vez que veo a tu abuelo Guillermo o a Lola siempre le pregunto por ti, porque se nota que eres un Villadóniga de los pies a la cabeza.
Recuerdos de Carmencita y el resto de los villadóniga de San Juan