Mari Paz Díaz. ¿Te gusta el cine? ¿Y el verano? Durante décadas, los cines de verano han sido la principal posibilidad de ocio de los onubenses durante la temporada estival, una tradición popular que tras muchos años de decadencia parece que ahora, cuando cumplen 53 años de vida, vuelven a resurgir en muchos pueblos y playas, quizás con formas distintas, pero siempre con la misma filosofía: disfrutar del séptimo arte al aire libre, bajo las estrellas.
Ayamonte, Aracena, Bollullos, Lepe, Moguer, Palos, Valverde, San Juan o el Festival de Cine Inédito de Islantilla vienen apostando en los últimos años por recuperar esta fórmula. Y están teniendo bastante éxito, ya que son muchos -nostálgicos o no- los que se acercan a disfrutar de un éxito de taquilla o revivir algún clásico en una gran pantalla. Todo ello a precios muy asequibles o, incluso, de forma gratuita.
Una forma de que niños y jóvenes conozcan la magia de los cines de verano que nos cautivaron a todos, a nuestros padres, a nuestros abuelos y a nosotros mismos.
Una buena excusa para recordar que la provincia de Huelva ha contado con un buen número de cines de verano, donde muchos de nosotros hemos vivido anécdotas imborrables, por lo que permanecerán en nuestra memoria para siempre.
Huelva capital, por ejemplo, ha tenido a lo largo de su historia un buen número de cines, tanto de verano como cubiertos para todo el año. Tan sólo hay que tener en cuenta que la capital onubense llegó a tener hasta ocho salas de proyección a finales de los años sesenta. Entre ellos podemos citar el ‘Rábida’, ‘Odiel’, ‘Palacio del Cine’, ‘Cine Fantasio’, ‘Gran Teatro’, ‘Cine Apolo’, ‘Oriente’ y ‘Cine Emperador’, aunque tampoco puede olvidarse el mítico Teatro Mora. Eso sí, durante el verano, las salas de cine en Huelva se trasladaban a la Plaza de Toros, al Cine Rocío, Oriente, Cinema Park, Jardín Cinema en Adoratrices o el Cine Isla Chica.
También comenzó como cine de verano y luego pasó a cine todo el año el Cine Apolo, inaugurado en 1958 en la Avenida Federico Molina de Huelva, en Isla Chica. La primera película emitida fue ‘Cuando ruge la marabunta’. Todo un clásico hoy en día.
Precisamente fue en otro diario onubense, en Huelva Información, donde se publicó el cierre de otro cine de la zona, el Cine Isla Chica. El periódico hacía alusión a la pérdida de salas en la ciudad a causa de las nuevas formas de ocio de los onubenses, como el video.
En concreto, el primer cine de verano que tuvo la capital data del año 1947 y estuvo situado en el Paseo del Muelle, luego Paseo de las Palmeras. Un año después, en 1948, se abrió otra sala en la antigua calle Generalísimo Franco. Isla Chica contaría con cine de verano propio desde 1949, según recoge el Expediente de altas y bajas de salas, que se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Huelva, perteneciente al Fondo Documental de la Delegación Provincial del Ministerio de Industria en Huelva.
Luego, en los años cincuenta y sesenta comienzan a proliferar los cines de verano por la ciudad, abriéndose en la Alameda Sundheim (1950), Nicolás Orta y Méndez Núñez (1950), Viaplana (1950), la Plaza de Toros (1950), Millán Astray (1952), Barriada de Jesús (1957), General Mola (1960), en el Estadio Municipal (1961) o la Avenida Santa Marta (1963).
Y lo mismo sucede en la provincia, donde resulta casi imposible hacer un inventario de todas y cada una de salas de verano que existieron, teniendo en cuenta que a mediados de los años setenta se llegaron a contabilizar hasta cien cines en exhibición entre la capital y provincia -terrazas veraniegas incluidas.
Entre las salas más emblemáticas o cuya trayectoria fue más duradera se encontraron el Cinema San Fernando, en Punta Umbría, recordado no sólo por los puntaumbrieños, sino también por los onubenses que pasan sus vacaciones de verano en la localidad costera. Un cine gestionado por una familia de Sevilla amante de Punta Umbría.
Situado en la Plaza Pérez Pastor, sin embargo, no fue el único cine de verano de la localidad costera, que llegó a tener hasta tres salas de estas características -como el Cine Ría y Cine Pescadores-, pero sí es el más recordado. Un edificio emblemático que fue derribado en el año 2005. Otros cines de Punta han sido el Saltés y el Rimba.
Muy recordados son también los cines de verano de Moguer, el Cine ‘Santa Clara’ y el Cine ‘Central’, situados en la Plaza de las Monjas y la Plaza del Marqués desde 1954 y 1963 (aunque abrió en 1946 su sala de invierno), respectivamente.
En el resto de la provincia, siguiendo los datos del Ministerio de Industria recogidos por el Archivo Histórico Provincial, entre los primeros cines que se abrieron, podemos citar los dos cines de verano que tuvo Calañas, en las calles Troyano (1951) y Queipo de Llano (1954); en Campofrío, en calle Calvo Sotelo (1962); Cartaya tuvo su cine en calle Cánovas del Castillo (1947), si bien un año antes funcionaba uno portatil; Chucena fue muy prolífico, pues lo tuvo en la Plaza de la Encarnación (1953), en la calle Calvo Sotelo (1955), calle José Antonio (1955) y en José Antonio Primo de Rivera (1976); incluso Corteconcepción tuvo su cine de verano en calle José Antonio Primo de Rivera (1952); muy temprano tuvo Cortegana su cine en la calle Ruiz de Alca (1949) y, después, en la calle Peñas (1950), en la calle Esperanza (1958) y en la Plaza de Toros (antes de 1952);
Cumbres de San Bartolomé y Cumbres Mayores en 1954; El Campillo, por su parte, tuvo dos cines, uno iniciado en 1952 y otro en 1958;El Cerro del Andévalo, en calle Conte Haro y en Padre Domínguez, ambos en 1951; Encinasola tuvo tres, que comenzaron en 1949, 1951 y 1953; en Escacena del Campo (1963) el cine de verano estuvo en la calle José Antonio; y en Fuenteheridos (1952) en Canalejas; por su parte Galaroza (1947) lo tuvo en Gumersindo Márquez; y en Gibraleón estuvieron situados en la Plaza Calvo Sotelo desde 1953 y en Queipo de Llano desde 1963.
Continuando con las salas de verano de la provincia de Huelva, en Higuera de la Sierra el cine de verano se instalaba en la plaza de toros y en la calle Virgen del Prado desde 1952; en Hinojales se vio cine de verano desde 1959 en la calle Francisco Martínez; en Hinojos (1959) fue en la calle Altozano; en Isla Cristina se encontró desde 1948 en Diego Pérez Pascual y Serafín Romeu; por su parte, en La Palma del Condado estaba situado en la calle Alcázar y Pérez, desde 1955 y a partir de 1962, en Alegría de la Huerta; en Lepe, el cine de verano se instala en 1947 y, luego, en 1959, estando en lugares como Plaza de la Antilla y Juan Santana. También en La Antilla se instaló una sala en 1963; Lucena del Puerto tuvo cine de verano desde 1948 en la calle C. Cortés; el mismo año que Manzanilla en la calle Santo Cristo; Moguer, como hemos comentado tuvo el Cine Central y el Cine Santa Clara; y en Mazagón, instalado en 1963; en Nerva los diferentes cines de verano estuvieron en las calles Llano de los Caballitos (1951), Jardín Viejo (1952) y Topete (1962); y en Niebla fue en la calle Comandante Haro (1947).
En Palos estuvo en calle Rábida (1950); en Paterna del Campo, en calle José Antonio (1960); Paymogo en José Antonio Primo de Rivera (1949) y C. Sotelo (1963); en Puebla de Guzmán, en Bebadilla (1953); Punta Umbría, como hemos comentado, tuvo varios cines de verano, siendo el primero de ellos el situado en la zona forestal en 1949, al que le siguió la calle Ancha en 1962 y La Ría en 1963; en Minas de Riotinto, el cine de verano se instalaba en el campo de fútbol desde 1967; en Rociana estuvieron en Teniente Molina (1948) y en Coronel Aranda (1953), entre otros; en Rosal de la Frontera se inicia en 1952, en lugares como la Avenida de Portugal o C. Sotelo, en 1955; en San Bartolomé lo hizo en Queipo de Llano en 1960, un cine que venía funcionando como de invierno desde 1950;
en San Juan del Puerto estuvo en Calvo Sotelo desde 1952; en Santa Bárbara se encontraba en la calle Portugal desde 1962; en Santa Olalla en Carlos Asencio desde 1952 y en Franco y Francisco Muñoz Leal, desde 1954 y 1960, respectivamente; en Trigueros estuvieron en la carretera de Beas (1952) y en la calle Jesús (1952); también utilizó la Plaza de Toros como cine de verano Valverde del Camino desde el año 1949, mientras que en 1955 se instala una sala en Pozo Juan s/n; en Villablanca lo encontramos en C. Sotelo desde 1958 y en José Antonio y Comandante Haro desde 1969 y 1970, respectivamente; Villalba del Alcor tuvo cine de verano desde 1949 en Calvo Sotelo; Villanueva de las Cruces desde 1955 y Villarrasa desde 1954; y en Zalamea la Real, estuvo en D. Juan Díaz desde 1953.
Como se puede comprobar fueron pocas las localidades que se quedaron sin su proyección de cine veraniega, ya que estamos seguros que hubo otras alternativas no recogidas en esta relación conservada en el Archivo Histórico Provincial. Curiosamente, muchas de estas salas se inauguraron antes que las de invierno o, bien, las de todo el año se reconvertían en salas veraniegas en la temporada estival dado el éxito que tenían.
Y no era extraño que algunas localidades onubenses, algunas relativamente pequeñas, tuvieran más de un cine. La década de los cincuenta fue una época en la que se produce una fiebre de este tipo de salas en España. La oferta cultural y de ocio era muy escasa, por lo que el séptimo arte se convirtió en una de las diversiones preferidas de miles de personas.
A todo ello se unían las altas temperaturas que se registran en verano. Este hecho propicia que en toda Huelva se abrieran salas de verano. La práctica de salir a ver una película mientras se toma un refresco se convierte en una diversión barata a la que se une de forma masiva el público de todas las edades. Era lógico, por cuanto los momentos de diversión entonces se centralizaban en los paseos por el centro y escuchar la radio.
Pero, ¿cómo fue el cine que se exhibió en aquellas pantallas de verano? Seguro que todos tenemos más de una película en la mente que vimos en una sala de verano y que nunca olvidaremos.
Será una cuestión que trataremos mañana en la segunda parte de este reportaje en recuerdo de aquellos cines que forman parte de nuestra historia, de nuestra propia vida. ¿Te lo vas a perder?
(Continuará)
3 comentarios en «Aquellos maravillosos… cines de verano (I)»
Bien, cono, bien …
Me encantan los cines de verano. Buen y oportuno artículo. A ver si algún empresario ve una oportunidad de negocio readaptar los cines de verano, sin duda sería un éxito. Tal vez en la playa o quizá en los jardines del muelle?. !!!! Que vuelvan!!!!!
soy de la atalaya de riotinto y he leido las fechas de inauguración de los cines de verano de huelva y provincia y debo decir que la fecha de puesta en marcha del cine de verano de riotinto en el campo de futbol es erronea, dice que se puso en marcha en el año 1967 y yo en el año 1961 hacia ya varios años que iba al cine en el campo de futbol, creo que la fecha debió ser en los años 50 ,el año exasto lo ignoro.