Paula Crespo. No muchas personas han vivido unos Juegos Olímpicos desde dentro, ni siquiera son muchas las que han tenido la oportunidad de asistir como espectador al evento deportivo más importante del mundo. En Huelva tenemos a deportistas como el boxeador Kelvin de la Nieve, que ya saben lo que es participar en varias ediciones de los mismos, pero son pocos los mortales de a pie que pueden contar una experiencia olímpica como la que vivió la fisioterapeuta onubense Nuria Camacho en Pekín 2008.
Nuria, apasionada de la fisioterapia y la neurociencia, viajó a través de la Federación de Parálisis Cerebral con el equipo español de ciclismo adaptado, al que ya había acompañado en los campeonatos mundiales de Aigle (Suiza) en 2006 y Burdeos (Francia), en 2007.
«Profesionalmente hablando fue sin duda la experiencia de mi vida. Lo mejor de lo mejor. Cuando voy con el equipo nacional de ciclismo adaptado lo tengo todo porque trabajo con mis vocaciones, que son la fisioterapia y la neurociencia, y además comparto mi gran pasión por el deporte. Lo bueno de la experiencia paralímpica es poder vivirlo desde dentro y en este caso es que hice guardias dentro del servicio médico general, con lo que no me limité a los ciclistas, sino que tratábamos a todo el que llegara de cualquier deporte», explica Nuria.
Por su participación como parte del equipo de recuperadores de esta selección y como parte del servicio médico general de los Juegos Paralímpicos celebrados en China, Nuria pudo desfilar con la delegación española en la inauguración de los mismos y recibió una presea de agradecimiento, que es como una «medalla olímpica» para esta fisioterapeuta de Huelva.
«Me emocioné muchísimo cuando desfilé con el equipo en la ceremonia inaugural. Yo no quería porque como no era deportista no me sentía lo suficientemente importante, pero me convencieron y me alegro enormemente de haberlo hecho. Fue espectacular ver a tanta cantidad de gente en aquel estadio impresionante, que le llamaban el ‘nido de pájaros’. No se me olvidará en la vida».
Su carrera profesional y su vida han estado y están íntimamente ligadas al deporte. Pero, fue la casualidad la que llevó a Nuria Camacho desde el fútbol femenino onubense hasta la capital China a cumplir uno de sus sueños deportivos y a vivir esta experiencia con los deportistas paralímpicos, de quienes dice que «están hechos de otra pasta. Tienen una voluntad y un afán de superación increíbles. Es un lujo trabajar con ellos».
«Lo de viajar con el equipo español de ciclismo adaptado surgió casualmente. Yo trabajaba para el equipo femenino de fútbol del Estudiantes y el preparador físico, que conocía al seleccionador nacional, me comentó que les había fallado la fisio que tenían y que era solo para aquella ocasión. No me lo pensé, la verdad», reconoce Nuria.
Su buen hacer en estos juegos le valió para que cuatro años más tarde la volvieron a llamar para repetir experiencia en Londres 2012, pero no pudo acudir por su trabajo en la consulta que lleva en Huelva.
Pionera y con gran vocación social
En su día a día Nuria trabaja con todo tipo de personas, pero tiene un especial interés por los pacientes con problemas neurológicos, especialidad en la que tiene una experiencia de más de ocho años.
Su ya mencionada pasión por la neurología y la fisioterapia han hecho que esta inquieta fisioterapeuta sea la primera especialista en Huelva en realizar la terapia intensiva de recuperación con el revolucionario método del Thera Suit, cuyos orígenes se encuentran en un traje que se utiliza en la recuperación muscular de los astronautas a su vuelta del espacio: «Cuando un astronauta regresa de un viaje espacial ha perdido mucha masa muscular. Lo que se hace es que se potencia la musculatura con este traje y, por supuesto, con la realización de ejercicios de fisioterapia».
Además, Nuria Camacho, es una persona muy comprometida, entre otras cosas con la lucha contra el cáncer y tiene una gran vocación social de ayudar a los demás. Por eso, tiene en marcha un proyecto para crear una asociación o fundación que permita sufragar los gastos de los tratamientos de fisioterapia de las familias que cuenten entre sus miembros con una persona con parálisis cerebral y que no se lo pueden permitir.