I.L.G. Licenciado en Química y amante de su profesión,el onubense Jesús Ángel Gómez Martín lleva a cabo, junto con sus compañeros de Cienciaterapia, una iniciativa en la que combina sus conocimientos como científico y su compromiso con los niños enfermos y hospitalizados.
Cuando sólo le quedaban unos meses para terminar sus estudios, Jesús Ángel, gracias a la curiosidad de una de sus sobrinas, descubrió un método de aprendizaje para niños pionero en España y que actualmente le está ayudando a crecer profesional y, a su vez, mejora la calidad de vida de niños hospitalizados. “Una tarde
estaba en San Bartolomé estudiando, cuando llegó mi sobrina y me dijo que le contase qué era lo que estaba estudiando. Entonces se me ocurrió hacer un experimento científico mezclando vinagre y bicarbonato en una botella. En el extremo coloqué un globo y con el dióxido de carbono que se produjo de la mezcla de los dos elementos se llenó el globo. Mi sobrina quedó sorprendida y cada día se interesaba más por mis estudios y los experimentos”, cuenta el joven científico.
Esa experiencia fue el punto de inflexión para que Jesús Ángel se
plantease la posibilidad de utilizar sus divertidos experimentos científicos con los niños ingresados en el hospital para hacerles su estancia más amena y que conociesen desde una perspectiva lúdica y divertida la ciencia.
“Sabía que solo no podría llevarla a cabo por lo que se lo consulté a unos compañeros y nos pusimos a trabajar para ejecutar mi proyecto, Cienciaterapia”, cuenta Jesús Ángel. El equipo está formado por científicos, psicólogos, educadores, un informático y un gestor de contenidos audiovisuales.
El grupo de científicos se informaron y presentaron el proyecto en una convocatoria de Telefónica, Think Big Jóvenes, un concurso que pone en marcha los mejores de jóvenes menores de 25 años. “Presentamos nuestra idea y pasamos la primera fase. Telefónica nos financió la ejecución de nuestro proyecto en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva con un capital semilla y nos otorgó una mentora para que nos hiciese un seguimiento”, cuenta el joven onubense.
El equipo de Cienciaterapia no ha dejado de trabajar ni de luchar por conseguir su objetivo y prueba de ello es que su proyecto ya se ha puesto en marcha en el hospital “al principio no sabíamos cómo iban a reaccionar, pero desde el primer día terminamos porque comprobamos que los niños aprendían y pasaban unas horas ajenas a su enfermedad”, añade Jesús Ángel.
Tras su primera experiencia, Jesús Ángel y sus compañeros han seguido acudiendo al hospital a enseñar y a entretener a los más pequeños y, según nos ha contado, “la aceptación siempre ha sido buena. Los padres de los niños se involucran con nuestro trabajo y lo agradecen ya que ven a sus hijos disfrutar, participar en las actividades, se relacionan con otros niños y aprenden. Ellos también participan. Es un punto de encuentro de todas las personas que están en la planta”.
Además, la iniciativa y el proyecto de los jóvenes científicos han traspasado las fronteras onubenses y son muchos los jóvenes de otros puntos del país que se han interesado, a través de las redes sociales, de Cienciaterapia y han mostrado su disposición para ayudar y colaborar con el equipo de Jesús Ángel y llevarlo a otros hospitales del país.
Cienciaterapia sigue avanzando y sigue buscando crecer. En el febrero de este año, los onubenses consiguieron otro premio, esta vez han conseguido el capital semilla del premio Revoluciona la Salud, otorgado por la Red de Emrendimiento Social, Ashoka, y la empresa farmacéutica Boeringher. Ambas empresas financian a jóvenes emprendedores con proyectos relacionados con el mundo de la salud.
Actualmente, los componentes de Cienciaterapia continúan trabajando y organizando las sesiones en el hospital y preparando la formación y los materiales necesarios para que los voluntarios de otras ciudades puedan llevarlo a cabo en hospitales de toda España.
Además, están poniendo a punto la página web www.cienciaterapia.org en la que está todo el contenido y la trayectoria del proyecto, las sesiones y la información para los voluntarios. El proyecto Cienciaterapia ha pasado la
primera fase de la convocatoria Think Big Jóvenes, de Telefónica. “Aún el proyecto se está gestando y no obtenemos beneficios económicos, pero con la ayuda de todas las empresas que apuestan por cienciaterapia se está invirtiendo en el proceso de expansión”, cuenta Jesús Ángel. También están en el proceso de patentar el nombre del proyecto y crear una asociación que les facilite acceder a concursos e iniciativas que le ayuden a financiar sus ideas.
“La meta que nos hemos planteado es poder llevar el proyecto a otros hospitales porque la mejora en los niños es palpable; aprenden con los experimentos, fomentamos las vocaciones científicas, es un rato de descanso para los padres… Son muchos los factores humanos que nos impulsan a seguir apostando por Cienciaterapia”, cuenta el joven científico. Otro de los objetivos que se plantean desde Cienciaterapia es importar el proyecto a los centros educativos.
“Para mí haber ayudado a la creación de este proyecto es un aliciente para seguir luchando por exportarlo a otros hospitales para que los niños puedan beneficiarse de nuestros conocimientos y pasen un rato entretenidos y alejados de su realidad hospitalaria. Nos llena de satisfacción cuando llegamos al hospital y vemos que nuestros experimentos tienen resultados en los niños. Son horas de sacrificio pero se ven recompensados, profesional y persolamente.