Redacción. El escritor Juan Gómez Bárcena ha rescatado en su novela ‘El cielo de Lima’ (Salto de Página) una anécdota poco conocida del poeta Juan Ramón Jiménez, víctima del engaño mediante cartas de dos jóvenes peruanos, aspirantes a poetas también, que se hicieron pasar por una limeña enamorada del autor de ‘Platero y yo’.
Gómez ha explicado que eligió esta anécdota como punto de partida de su nueva novela porque «encaja muy bien con el tipo de cosas» que suele abordar el escritor: trabajar con la Historia y con un ejemplo de ficción que puede acabar convirtiéndose en realidad.
Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada e Historia, Gómez ha renunciado a contar esta historia únicamente desde un punto de vista cómico, sino como la construcción de un personaje literario a través del engaño de dos adolescentes al escritor español.
«Renuncio a ello por varios motivos. No me apetecía hacer un ‘biopic’ a partir de esta historia porque sería muy fácil caer en la parodia», justifica el autor, quien también evitó narrar el episodio desde el punto de vista de Juan Ramón Jiménez. «No había nada de particular desde el punto de vista de su historia», explica.
José Gálvez y Carlos Rodríguez son dos jóvenes limeños, acomodados, que viven su sueño de convertirse en escritores en el Perú de comienzos del siglo XX, donde todavía hay una gran fractura entre las clases acomodadas y la clase trabajadora.
El envío de una carta a Juan Ramón Jiménez fingiendo ser una muchacha llamada Georgina Hübner y la posterior respuesta del poeta desencadenan una serie de acontecimientos que cuestionarán la amistad de Gálvez y Rodríguez en su búsqueda por la gloria literaria: un poema del escritor onubense inspirado en Georgina.
La bohemia parisina. ‘El cielo de Lima’ traslada a sus páginas el ambiente literario y social de la época en Perú gracias a la labor de investigación del autor, quien indagó en los meses previos a la escritura para saber «qué era verosímil y qué no». En cualquier caso, decidió también dar a sus protagonistas un «toque tomado de la bohemia parisina», haciéndoles deudores de la cultura francesa y europea.
Gómez se encontró con problemas a la hora de recomponer el papel de Juan Ramón Jiménez en esta historia, precisamente porque en las correspondencias «parecía un pelele» y el personaje tal y como se mostraba en esas cartas «habría sido muy inverosímil pese a que era el personaje real».
«En la correspondencia estaba todo el rato quejándose, con un sufrimiento casi paródico y una confianza casi ingenua en todo lo que se decía», ha apuntado.
El ideal romántico de la época. El personaje inventado de los dos jóvenes limeños va agrandándose a medida que avanza la obra, convirtiéndose finalmente «en una proyección de los dos protagonistas«. Georgina es «culta, fina y frágil», lo que le acercará al ideal romántico de la época y ayudará a sus creadores a acercarse al poeta.
«Ante la mediocridad de sus proyectos literarios, lo único que les quedaba era crear la musa y entrar a formar parte de la biografía de Juan Ramón Jiménez. Pero quizás detras de esos logros hay menos de lo que se esperaban», concluye Gómez.