Ramón Llanes. Mejor ahora, para presumir de paisaje, para invitar. Las bellezas no están lejos que a esta tierra, (a veces –dicen- apática, –nunca indolente-), rodean laderas, extremos y mar abierto con una exégesis de especialidad estética que la hacen seductora e irresistible hasta el mismísimo tuétano. Y luego del manjar natural que en la acera sur se resume en pinar, orilla, agua salada, espejismo y playa, por la Campiña se divisa la fantasía de los pueblos, con églogas de tiempos, con sonoridad de valores, con dólmenes, campos, viñedos y suculencia de amparos; subiendo van asomando las minas, esas cortas inmensas que están allí templando el bienestar de los hombres y poniendo las mitologías del sustento en su sitio. Y en la más altura huele a jamón, a encinar, a leña y devociones.
La provincia enseña sus dones sin esquivar los tesoros ni ocultar la nobleza del reinado de los seres humanos que se prenden a la tierra como la más expresiva dotación de excelencia que ella guarda para todos los momentos, sea Sierra, Andévalo, Costa o Condado, que en cada cortina y emblema la costumbre es hospitalidad y agrado.
Es privilegio vivirla uno tras otro todos los calendarios que anuncian los solsticios pero es más privilegio ser hacedor de ella, protagonista del esplendor, de su compostura y de los contrastes que la encumbran. Volvieron quienes lo saben, estuvieron atentos a su evolución quienes sestearon en las adormileras de cualquier edad y se quedaron quienes comprendieron su eficacia para la sanación o equilibrio del espíritu.
Más que nunca, ahora, que la luz es envolvente y mística; ahora que nadie puede tergiversar los planos mágicos de esta tierra inusual, ahora es cuando también invitamos: ven a Huelva; ven y no extrañaremos tu presencia; ven ahora que estamos casi todos y verás cómo son aquí las miradas, los crepúsculos y los abrazos.
1 comentario en «Ven a Huelva»
Cuando decimos ven a Huelva…. lo dejamos todo, con la luz no sólo de nuestras comarcas, sino de nuestras miradas para recibir a quienes quieren compartir con nosotros nuestra tierra…. lo has descrito muy bien Ramón.. es así de sencillo…