Miguel Ángel Velasco. Con puntualidad británica, a las siete de la tarde se abrieron paso por el marco de las puertas de la iglesia de La Concepción los lanceros de la Banda de La Salud, seguidos por la Cruz del Santuario de La Cinta y los representantes de las Hermandades de Gloria y Penitencia, con motivo del rosario extraordinario del Cincuentenario de la nominación de la Virgen de La Cinta como patrona de la ciudad.
El cortejo estuvo también formado, siguiendo el protocolo previsto, por el Guión de la Hermandad cintera acompañado de su equipo de gobierno, por Rafael García Wakelin, en calidad de pregonero del Cincuentenario y por autoridades civiles, religiosas y corporativas de la ciudad.
Toda la marcha fue acompañada por los sones de ‘La Salve marinera’, dando el aroma característico a esta tierra el cierre de la misma con cargo de los Campanilleros, dirigidos por Rafael Vélez. El rezo del Rosario Extraordinario transcurrió por entre los templos de las Reverendas Hermanas Agustinas, Las Hermanas de La Cruz, la Hermandad de la esperanza, la Capilla de La Milagrosa y, por último, la del Jesús del Calvario antes de que finalizase el mismo a las puertas, nuevamente, de su ahora casa de acogida, la iglesia de La Concepción, a la espera de su regreso a la Catedral choquera.
Especialmente emotivo fue el transcurrir de la Virgen Chiquita por la zona cofrade por excelencia de Huelva, la Plaza Niña y el convento de las Hermanas de La Cruz, en concreto. Cerca de las 20.30 de la tarde aparecía el paso de la Patrona, dirigido por el capataz José Ramón Romero, por la esquina de la calle Berdigón con Garci Fernández cuando la Plaza Niña era ya un hervidero de gente y fervor cintero. Huelva, la Huelva de siempre, había salido a su ciudad para reencontrarse con sus orígenes, con una tradición popular que nunca se debió perder y que afortunadamente parece que comienza a recobrar. Huelva en la calle, las calles perdidas de Huelva.
Si me permiten una reflexión breve y pasajera, y días como el de ayer y como el que vamos a gustar hoy, con la nueva salida de la imagen del Corpus, también de la iglesia de La Concepción, hasta la Casa Hermandad de la Virgen de La Esperanza, invita a ello. Cuando los paisajes de nuestra infancia desaparecen, y en Huelva de ello sabemos mucho, nos encontramos con un solar vacío en nuestra memoria y sin saber qué hacer y cómo colocar los recuerdos. Los onubenses no le hemos dado la espalda al mar, a la ría, como decimos hasta saciedad; nos la hemos dado a nosotros mismos, a nuestra condición de huelvanos. Días como ayer, con independencia de credos o cualquier sentimiento religioso, sirven para poder volver a encontrarnos, para que la ciudad se engalane de esas cadenetas de nuestra niñez y de la niñez de siempre, de ahora, de antes y de luego.
Reflexión aparte, las Hermanas de la Cruz, recibieron a la Virgen de La Cinta con su fachada principal hermosamente adornada con grandes cortinajes azul turquesa orlando sus puertas, sujetos por dos bellos rostros de ángeles . En el interior del zaguán un bello altar plateado y las Hermanas y fieles esperando impaciente la llegada de La Reina del Conquero. Banda musical y campanilleros se unieron en un mismo son musical, en tributo de pleitesía a tan queridas conciudadanas, cuando el “paso” giró su cuerpo para mostrar la hermosura de la virginal figura hacia la casa de Ellas.
Hasta bien entrada la noche siguió el cortejo su religioso y festivo andar por las feligresías de Huelva para llegar de nuevo a las puertas de La Concepción, donde se rezó el último Rosario. Se cerró una jornada. Hoy, jueves 26 de junio se abre otra.
